Una disculpa

Estaban sentados los tres al rededor del fuego era la primera noche de aquel viaje y la jornada se les había hecho eterna. Estaban tan agotados los tres que no probaron bocado, sin embargo el episodio vivido con Zonia no salía de sus cabezas y los tres se miraban alternativamente sin cambiar palabra mientras los soldados montaban guardia.

- Bueno - dijo Adelaida rompiendo el silencio - está enfriando la noche.

- Conforme avancemos será más frío el clima y más accidentado el terreno.- contestó Sadek

- Jamás he visto la nieve - dijo Zonia - Seguro es preciosa

- No tanto como tú pequeña princesa he visto de todo y nada me intriga tanto como tú - respondió Sadek, mientras Adelaida sintió una sensación irracional y desconocida hasta ese momento. Palideció y bajó la vista gesto que no pasó desapercibido para Sonia.- Puedes contarnos tu historia?

- Déjala en paz - dijo Adelaida que conocía la historia de Sonia por sus padres.

- No, está bien, - contestó Sonia- Soy la hija de Boro general en jefe de los ejércitos valtranos y de Shar princesa del pueblo élfico y descendiente de una larga línea de pitonisas. Puedo predecir el futuro con la mayor precisión, mis profesias siempre son exactas y se cumplen, jamás recuerdo mis vaticinios una vez los lanzo pero siempre se llevan a cabo.

- Espera, tu padre era un orco y tu madre una elfa - dijo Adelaida perpleja.

- Perdón, habló de sangre y muerte y te dice que sus predicciones siempre se cumplen y a ti te preocupa quienes eran sus padres.- dijo Sadek a Adelaida, miró a Zonia y dijo- Conocí a tu papá lo admiraba mucho era un militar valeroso, y en cuanto a Shar era la criatura más delicada y bella que he visto cada gesto cada rasgo era perfecto parecía esculpida, tu tienes mucho de ella.

- Muchas gracias príncipe - dijo Zonia emocionada casi hasta las lágrimas- es una suerte que me parezca más a ella que a papá - dijo sonriendo mientras mostraba una dentadura pequeña y afilada.

- Bueno ahora ya no estoy intrigado voy a dormir, Adelaida vienes?

- No, gracias - dijo Adelaida con un tono mas firme de lo que hubiera deseado.

- Ocurre algo - preguntó Sadek sorprendido - lo digo como que siempre hemos...

- Es hora de cambiar viejas costumbres - le interrumpió Adelaida - además no creo que sea bien visto. Tienes una total ignorancia de las normas que rigen nuestro mundo.

- La que se va soy yo -- dijo Zonia apenada- creo que debería dormir ya.

- No, evidentemente quien estorba soy yo- dijo Sadek mientras se alejaba hacia el bosque.

Las chicas se quedaron en silencio sin poder levantar la cabeza

- Adelaida, - dijo finalmente Zonia- no soy quien para juzgarte, perdiste a tu madre, a tu padre lo tienes lejos y también has sido arrancada de tu tierra, mi padre murió hace una semana, a mi madre no la conocí, me siento sola, el sentimiento de desamparo es devastador, imagino que en tu caso debes de sentirte incluso traicionada por tu familia, pero creo que acabas de ser muy injusta con alguien que solo quiere tu bien, y lo peor es que ni siquiera estás en edad o en condiciones de asumir lo que sientes.

- Zonia lo siento muchísimo, no he pensado en ti he estado tan sumida en mi dolor que me he olvidado de ti.

- A mí no me debes pedir disculpas, no te juzgo, pero has lastimado su corazón y si su corazón está lastimado también el tuyo lo estará. Hasta mañana princesa que pases buena noche.

Adelaida se quedó mirando el fuego, esperó a Sadek durante varias horas hasta que el agotamiento la venció. Cuando despertó, estaba sobre el carruaje y este iniciaba su marcha, iba envuelta en una capa negra que le era muy conocida y olía como su dueño. Sonia la miraba de soslayo.

- Sadek ha venido, él me trajo aquí?

- Anoche cuando te dormiste el príncipe avivó el fuego, y se sentó junto a ti velo tu sueño toda la noche.

- Qué he hecho? - dijo para si Adelaida mientras sus ojos se arrasaba en lágrimas.- Sadek- gritó a todo pulmón

- Qué ocurre- dijo Sadek sin asomarse

- Detén la marcha necesito hablar contigo

- De acuerdo - dijo el príncipe haciendo ademán para detener la tropa - de cualquier manera la jornada de ahora en adelante debe ser a caballo. Se que no cabalgas , pensaba ofrecerte mi montura pero...

- Por favor discúlpame.

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