Capítulo 12

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Cuando por fin llegue a casa había oscurecido, encontré a Ivana bajando la escalera y le pregunte por Valentina, y me respondió de mala gana, que estaba en la habitación de Dominic, así que fui directo hasta haya, toque la puerta y no hubo respuesta, así que entre, los encontré armando algo.

Dominic estaba sentado en el piso, con todas las piezas, y Valentina estaba sentada arriba de la cama viendo un enorme instructivo, estaban tan ensimismados que ni me escucharon entrar, hasta que me senté en la orilla de la cama, pero solo Dominic me miro. 

-volviste – dijo Dominic, y después siguió en lo suyo 

-esa pieza de ahí creo que ya sé donde va – le dijo Valentina, seguía sin mirarme, era obvio que estaba enojada conmigo 

-¿tienen hambre? – les pregunte 

-ya comimos – me respondió de nuevo mi hermano 

-¿Qué comieron? – 

-fuimos a comer con los amigos de Val – me dijo Dom, ¿Val? Sabía que esos dos se llevarían bastante bien, pero me sorprendió que se acercaran tan pronto  

-¿tan molesta estás conmigo que ni siquiera vas a mirarme? – le pregunte y por fin la hice darse la vuelta, pero en lugar de responderme se puso de pie y tomo su celular 

-no voy a discutir contigo delante de tu hermano – me dijo – terminamos otro día – le dijo a Dom y se salió 

-puede que no me creas, pero ella estaba preocupada por ti, no dejaba de revisar el celular, seguro estaba esperando a que te comunicaras con ella – me dijo Dominic, antes de que me saliera de su habitación.

Encontré a Valentina de pie afuera, la tome de la mano, y la lleve conmigo a mi habitación, una vez adentro cerré la puerta, fui hacia el sofá, y me senté, pero ella solo me miro. 

-¿tan molesta estas? – 

-al menos podrías haberme dicho tu, que no me recogerías, desapareciste por horas y no fuiste capaz de enviar ni un mensaje – me dijo haciendo pucheros, y eso me hizo darme cuenta que no era tanto que estuviera molesta, estaba preocupa por mí, y eso me hizo sentir bien  

Saque mi celular y se lo mostré – murió hace mucho, así que está apagado – 

-pretextos – me respondió dándome la espalda, así que la tome por la cintura y la senté en mis piernas 

-lo siento – le dije y le di un beso en la mejilla 

Ella se dio la vuelta y me miro - ¿Por qué? – 

-por no haberte avisado que no podía traerte a casa – 

-está bien te perdono – me dijo ella e intento levantarse 

-¿A dónde vas? – le dije y la detuve, pero ella se levanto de todos modos  

- a mi habitación – 

-¿Por qué? Se supone que ya me perdonaste – 

-por una cosa no por lo demás – 

-¿Qué otra cosa hice? – pregunte pues ahora si no sabía de que estaba hablando 

-olvidaste que me llevarías a mi revisión médica – me dijo quitándose la férula – me voy dar un baño, te veo más tarde – antes de que intentara irse me puse de pie, y la tome por la cintura 

-dime que necesito hacer para que me perdones – yo odiaba rogar y ahí estaba rogándole, pues de verdad había olvidado su revisión 

Ella lo medito un momento – puedes ayudarme a lavar mi cabello, no lo he lavado en días, y ya está sucio, el doctor me dio permiso de quitármela un rato, pero aun no confió mucho en mi – 

-tus deseos son ordenes – le dije la levante y me la eche al hombro, ella grito, pero no le di tiempo de nada, y me fui hacia el baño de mi habitación, la baje una vez que estuvimos adentro, ella me dio un manotazo, e hizo una mueca de dolor, cuando se lastimo. 

-tranquila, tómatelo con calma – le dije riendo 

-¿tiene que ser aquí? – me pregunto, y yo asentí, el baño de la otra habitación es más pequeño, no cabríamos los dos 

-no nos vamos a bañar juntos – me dijo sonrojándose 

-¿entonces como voy a lavar tu cabello cariño? además ya vi todo –

-no todo – me dijo pero se había puesto completamente roja, y me hizo sonreír – al menos ve por mi champú, no voy a usar el tuyo – me dijo y me saco del baño 

...****************...

Damián volvió casi enseguida con mis productos de aseo personal, pero tocaron la puerta y volvió a salir, dejándome sola.

La habitación de Damián era enorme, y estaba dividida, al entrar había una especie de oficina, la cual tenía un escritorio bastante grande, siempre lleno de documentos, también tenía sofás, y una televisión enorme, en la pared, solo había una ventana detrás de él escritorio, pero las cortinas estaban cerradas y no dejaban entrar mucha luz natural.

Para poder acceder a la recamara, debías cruzar una puerta corrediza, detrás de esa puerta había una cama enorme, un gran armario, lleno de ropa, y el baño que también era enorme, la sola habitación de Damián ocupaba el espacio de un departamento pequeño.  

Mientras el volvía, aproveche para quitarme la ropa, y me metí bajo el chorro de la regadera, dejando que mojara mi cuerpo desnudo, mi cabello llegaba a la mitad de la espalda, por eso no había podido lavarlo sola, pero me negaba a que Damián lo hiciera, porque una parte de mi sabia lo que sucedería una vez que el entrara en la ducha conmigo, y eso me ponía un tanto nerviosa, si bien el me había visto casi desnuda, yo no había visto mucho de él. 

Escuche la puerta del baño abrirse y cerrase, yo estaba de espaldas a la puerta mirando hacia la pared, finjiendo no haberlo escuchado entrar, mientras me enjabonaba el cuerpo, se sentía bien usar ambas manos, pero la izquierda aun dolía, si usaba mucha fuerza. 

En cuanto Damián se metió bajo la regadera conmigo, me quito la esponja y comenzó a enjabonar mi espalda.

-¿Por qué no me esperaste? – me pregunto, y me dio un beso en el hombro 

-tardaste mucho en venir-  le respondí 

Se porto mejor de lo que yo esperaba, y lavo mi cabello con cuidado.

-ahora tu talla mi espalda -me dijo y yo tome el gel de ducha que el usaba, pero cuando me di la vuelta lo deje caer, no sabía cómo reaccionar, su espalda estaba llena de marcas, hechas por alguna vara o látigo, había cicatrices más viejas, y otras que parecían más nuevas.

-tu espalda – solté sin saber muy bien que decir, el se dio la vuelta y me miro

-olvide que estaban ahí, debiste haberte impresionado mucho, pero te juro que ya no me duelen –

-¿Quién te hizo eso? – pregunte, pero luego note que en el pecho también tenía algunas otras cicatrices, pero estas parecían hechas con un objeto punzo cortante 

-ahora eso realmente ya no importa – me respondió el tomándome por la cintura, y haciendo me recordar que estábamos desnudos, cuando me beso, supe que eso que se había pospuesto muchas veces entre nosotros pasaría hoy.

Damián cerró la llave de la ducha, y me saco de ahí, no supe en qué momento termine sentada sobre el lavabo, el cual estaba frio, pero en ese momento era lo de menos. 

-recuerda que debes usar preservativo – le dije de repente, y el abrió un cajón y saco un paquete, yo había olvidado que tenía un brazo lastimado, hasta que lo apoye, por que sentí caerme y me volví a lastimar.

Damián tomo el paquete de preservativos y los puso en su boca, después me tomo en brazos y me saco del baño, y sin importarle que estuviéramos mojados, ambos terminamos en la cama. 

-estás loco vamos a mojar las sabanas – le dije, pero el solo sonrió y siguió besando me cuello, y después siguió bajando, yo solo cerré los ojos, y los abrí cuando lo escuche abrir el paquete de preservativos, para después volverlos a cerrar y dejarme llevar, por sus caricias, al final tuve un orgasmo tan satisfactorio que me preocupo que todos en la casa me hubieran escuchado.

-eso estuvo estupendo –dijo Damián dejándose caer a mi lado exhausto 

-pero mojamos la cama –le dije cubriéndome un poco con la sabana 

-la íbamos a mojar de todos modos – respondió burlón, le di un almohadazo, el se levanto y se fue al baño riéndose 

-eres un desvergonzado – le dije cuando volvió, envuelto en una toalla 

Pero el solo me lanzo un beso, y se perdió entre su armario, al salir traía un pijama en la manos

-vamos cariño levántate, hay que secarte el cabello – y me ayudo a sentarme, me puso la parte de arriba de su pijama, esta me llegaba a mitad del muslo, y me cargo hasta el baño, realmente se estaba portando bien, me dejo en el piso, y se salió por un momento al volver traía mi férula, y me la puso.

Yo estaba parada frente a la puerta del baño por eso lo vi quitar las sabanas, y tíralas al piso, casi en ese momento tocaron la puerta corrediza y vi a Ivana, no supe en qué momento la llamo, pero me sentí avergonzada cuando ella me vio, pues era más que obvio lo que había sucedido, Damián entro al baño y la dejo tendiendo la cama, antes de que cerrara la puerta vi claramente como pronunciaba una palabra, me llamo zorra. 

No tenia caso decir nada así que no lo hice, cuando Damián me seco el cabello, yo lo deje en el baño, y me fui a acostar en la cama con sabanas ya limpias, sin pensar mucho me quede dormida.

......................

Desperté cuando escuche algo caerse, me senté de golpe, la cama a mi lado estaba vacía, Damián debía estar trabajando o haciendo tarea. Me baje de la cama, y me restregué los ojos tratando de adaptarme a la oscuridad, fui y abrí la puerta corrediza, afuera estaba oscuro, sin embargo, vi a alguien intentando abrir un cajón con un mano, mientras se aluzaba con una linterna con la otra.

-¿Por qué no enciendes la luz? – pregunte creyendo que era Damián, pero la persona, al verme soltó la linterna y salió corriendo, y ahí caí en cuenta, que ese cajón en particular tenia llave, y que ese no era Damián

 - ¡DAMIA…! – grite, para que quien sea que anduviera por ahí me escuchara, pero no termine de decir su nombre cuando alguien me cubrió la nariz y la boca con un paño, así que arañe a esa persona con todas mi fuerzas, e intente darle un cabezazo, pero me estaba sintiendo mareada y perdía la conciencia. 

Antes de quedar inconsciente la escuche claramente insultarme de nuevo, y ahí supe de quien se trataba.  

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