Capítulo 15

Los recuerdos de la noche anterior eran demasiado vividos para que haya sido un sueño, casi podía sentir el olor de la sangre fresca, en mis fosas nasales, me mire las piernas, y estaba usando la pijama para niños que Dominic me dio, otra prueba de que lo de anoche fue real, la pregunta ahora era, ¿cómo diablos llegue a esta habitación?

Me sentía tan sucia, que decidí primero darme un baño, no era como que el agua borraría los recuerdos de anoche, pero me haría sentir mejor, no sé cuánto tiempo estuve bajo el chorro de agua, pero cuando salí me sentía un poco mejor, me seque un poco el cabello, y salí a buscar mi ropa, el reloj digital sobre la mesita marcaba las nueve, eso me hizo recordar que era viernes, yo debía ir a la universidad, ese era el pretexto perfecto para, salir de esa casa, al menos por unas horas, e ir a ver si aun podía volver a los dormitorios, pues haberme lastimado el brazo, seguía retrasando mi regreso.

Puse mis laptop en la mochila, y mis otras cosas, también algo de efectivo, y mi tarjeta necesitaba pasar al cajero, una vez que tome mis cosas, y vi por última vez que no olvidaba nada, me dirigí a la puerta solo para llevarme la sorpresa de que estaba cerrada por fuera.

Deje todo en el piso e intente abrirla, pero fue en vano, comencé a buscar mi celular para llamar a Damián y pedirle que abriera, pero no lo encontré, solo después de vaciar todo el contenido de mi bolsa en la cama, recordé que donde lo deje, vi el reloj y ya faltaban quince para las 10. 

Abrí mi computadora, internaría comunicarme con Carlo, para decirle que llegaría más tarde, pero al encenderla me lleve una sorpresa, no había internet, estaba comenzando a desesperarme y tenía hambre, dejando la computadora a un lado regrese a la puerta e intente llamar a alguien.

-¿hay alguien ahí? Por favor habrá necesito ir a clases – paso como 10 minutos golpeando la puerta, pero nadie vino, me deje caer contra la puerta, doble mis rodillas y escondí mi cara en ellas, intentando llorar, pero las lágrimas nunca vinieron, sentía que aún seguía en una pesadilla. ¿Dónde diablos estaba Damián? 

......................

En algún momento medio me quede dormida, y reaccione cuando me di cuenta de que alguien estaba abriendo la puerta, me levante y pare frente a ella, lista para echarle la bronca a la persona del otro lado, pero era Dimitri, que traía una bandeja con comida, Dominic estaba tras él.

-lamento haber tardado tanto en venir pero, no tenemos personal –

-¿Dónde está todo mundo? – le pregunte mientras mi mente pensaba que tan lejos podría llegar si me echaba a correr 

-hemos estado interrogando a los empleados también, nadie ha dormido en toda la noche, además de ustedes – me dijo y señalo a su hermano menor con la cabeza, dejo la bandeja sobre la mesita, y vio el desastre que tenía yo en la cama sin decir una palabra 

-necesito ir a la universidad – 

-lo lamento, pero hoy no se va a poder, las puertas están cerradas, nadie entra nadie sale –

Dominic solo se encogió de hombros, el seguía en pijama

-¿Dónde está Damián? – pregunte 

-está un poco ocupado, pero vendrá más tarde, así que coman algo, de nada sirve que hagan huelga de hambre, ustedes no son presos así que dejen de comportase como tal, si están encerrados es por su propio bien – dicho esto se salió y volvió a cerrar la puerta y nos dejo solos, solo ahí note que Dominic traía una bolsa de lona 

-¿Qué tienes ahí? – pregunte 

-son juegos de mesa, en algo hay que matar el tiempo – 

-¿tú también estabas encerrado? – le pregunte y el asintió 

-muero de hambre -me dijo tomado un sándwich y dándole una mordida enorme

Me senté y tome la taza de café, el aroma me hizo rugir el estomago, así que también tome un sándwich y me dispuse a  comer.

-dime una cosa, ¿Cómo desperté aquí? – me dieron escalofríos de pensar que Dimitri pudo haberme traído 

-Damián te trajo, me despertó alrededor de las cinco, y dijo que podíamos volver a subir, se veía exhausto, y aun así cargo contigo hasta acá –

-¿el nos encerró? – 

-si, dijo que era por nuestro bien para que no fuéramos a deambular por ahí, esta mañana te oí tocar pero no podía abrirte la puerta estaba en la misma situación que tu, lo siento –

-¿tú tienes tu celular? me gustaría comunicarme con mis amigos y avisar que no iré a clase-

-lo siento, también me lo confiscaron como si yo tuviera amigos –

-me voy a volver loca aquí en cerrada – le dije  

-juguemos algo me dijo -el vaciando su bolsa de lona 

Resignándome a que no saldría de ahí, en un buen rato me senté en el piso con Dominic a jugar juegos de mesa.

...****************...

-Ya me estoy preocupando, Val no responde el teléfono – le dije Carlo 

-a mí tampoco me responde – dijo el mirando la pantalla de su celular 

-¿Qué otra cosa podemos hacer además de esperar a que responda? – le dije, mirando mi almuerzo, Valentina no solía faltar a clase y jamás se desparecía sin avisarnos, intente almorzar pero la comida no me pasaba.

-¿ese no es Joshua, o es Caleb? Mierda no logro distinguirlos – dijo Carlo ajustándose las gafas 

En lugar de responderle me levante y corrí a alcanzarlo –oye espera – le dije parándomele enfrente 

-¿Cuál es tu problema? – me dijo 

-necesito hacerte una pregunta – le dije mientras intentaba recuperar el aliento 

-hazlo rápido, tengo prisa me respondió de mala gana – 

-¿sabes donde esta Valentina? No vino a clase y tampoco responde el teléfono, ella no es así –

-sucedió algo ayer, en casa de mi tío, pero ya todo está arreglado, seguro vuelve mañana – 

-espera… ¿Cómo que sucedió algo? No puedes irte así sin más, necesito que me digas si ella está bien – 

-¿acaso nadie te ha dicho que la curiosidad mato al gato? – me dijo y siguió caminando 

-Caleb espérate – 

-no soy Caleb – me respondió y se fue 

-¿Qué te dijo? – me pregunto Carlo 

-me dejo peor, por cierto era Joshua – 

-¿y ahora qué hacemos? – 

-aquí están, los estaba buscando – nos dijo el otro mellizo, venia del mismo lugar por donde se había ido Joshua 

-¿tu si eres Caleb? – le pregunte 

-lo soy – 

-si nos estas buscando me imagino que tu si no dirás ¿Dónde está Valentina? – Le pregunto Carlo 

-Valentina está bien, solo hubo un pequeño error el día de ayer con el sistema de seguridad, mientras le hacían algunos ajustes, y la casa se cerro, nadie puede entrar o salir por al menos 24 horas, o hasta que lo reparen – 

-y que hay del internet, ella pudo habernos enviado un mensaje – 

-no hay internet tampoco, yo iré ahí por la tarde, le diré que los llame en cuanto puedo, y ya no persigan a Joshua, esta de malas, y se desquita con cualquiera que se le ponga enfrente – 

-claro como si pudiera diferenciarlos – le respondí, pero el ya se había ido y no me escucho 

-bueno creo que ya me regreso el apetito – me dijo Carlo- terminemos el almuerzo –

-vamos, que más podemos hacer – le respondí, aunque una parte de mí sentía, que Caleb nos había dicho, una parte de la verdad mezclada con un montón de mentiras.

...****************...

En algún momento Dominic y yo nos quedamos dormidos en la alfombra, y ambos reaccionamos, cuando alguien abrió la puerta.

-¿tienen hambre? – pregunto la persona que entro, me frote los ojos, y vi que se trataba de Damián, me puse de pie y fui hacia el 

-¿Cómo te atreves a encerrarme? – le reclame, Dominic debía sospechar que discutiríamos, por que se levanto y se salió, dejando sus cosas regadas por el piso 

-lo hice por tu bien – me respondió

-¿por mi bien? ¿Tienes idea de lo asustada que estaba cuando desperté? –él ni se movió, no había intentado tocarme desde que entro 

-entiendo que estés molesta, pero estas a salvo y eso es lo que importa –

-¿eso es lo que importa? Mis amigos seguro están preocupados por mí, además falte a clases, y tampoco pude reunirme con la encargada de los dormitorios, pero es obvio que a ti nada de eso te interesa –

-tienes razón, lo único que me importa eres tú. Y tu seguridad – 

-¿y mis sentimientos qué? ¿Acaso no te importan? Eres un idiota Damián, no solo estaba asuntada, estaba preocupada por ti –me mordí el labio, reprimiendo mis ganas de llorar 

-¿Qué quieres que te diga Valentina? – Me respondió cerrando la puerta – me importan tus sentimientos, pero en ese momento no eran mi prioridad, lo era ponerte a salvo, ya te lo dije – Damián no había hecho ni el mínimo intento de acercarse a mí, se veía cansado, probablemente no hubiera dormido nada, su ropa estaba sucia y arrugada.

-nada, no quiero que me digas cosas que no sientes, es claro que tu definición de proteger a alguien y la mía, son diferentes – le respondí ya no quería seguir discutiendo – deberías ir a descansar, es obvio que lo necesitas más que yo –

-si eso es lo quieres – me respondió, pero en lugar de irse, dio un par de paso hasta quedar frente a mí y me tomo por las mejillas – tu eres mi prioridad, y desde ahora te voy a proteger a mi manera, así tu estés en contra, no quiero que termines de nuevo en una situación así, y si alguien se atreve a tocarte soy capaz, hasta de matarlo – me dio un beso en la frente y se fue azotando la puerta al salir. 

Mis piernas se doblaron y termine en el piso, después de haberlo visto dispararle a Ivana, sabía que lo que acaba de decirme era completamente cierto, la parte más sensata de mi me pedía que saliera corriendo de esa casa, y no mirara atrás, que me alejara de todo, sobretodo de Damián, pero era demasiado tarde, mis sentimientos por el ya eran demasiado fuertes. Así que a pesar de saber que estar con Damián podría significar mi propia destrucción, era demasiado tarde para salir corriendo, pues él tampoco parecía dispuesto a dejarme ir.

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Comments

Marshaan Sanchez

Marshaan Sanchez

es de esas novelas que te enganchan y quiere que lo protagonista se den un si te amoooo

2024-03-14

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