Capítulo 10

Encontré a Valentina sentada en una camilla,  mirándose el brazo, ni siquiera levanto la mirada cuando entre.

-solo te deje sola un momento y terminaste en el hospital – le dije y al fin levanto la mirada, pero no me dijo nada -¿Cómo sucedió? – le pregunte 

-fue un accidente – respondió finalmente 

-¿entonces por qué no me respondiste el teléfono? –

-porque pensé que una persona gruñona como tu se enojaría y me gritaría – me respondió

-¿Cuánto vas a durar con eso? – le pregunte señalando la férula que le habían puesto 

-de dos a tres semanas – me respondió mirando al piso 

- ¿ya te dieron de alta? – 

-no sé, Dana fue a preguntar – 

En eso apareció Dana, la cual se negaba a mirarme 

-¿ahora si me vas a explicar qué diablos paso? – 

-fue mi culpa lo siento, pero no te preocupes, yo me hago cargo, la voy a llevar a mi casa, y la voy a cuidar hasta que se recupere – 

-Valentina no va a ir a ningún lado contigo, eso te lo digo desde ya – le dije a su amiga 

-¿y quién la va a cuidar, tu? – 

-nunca le ha pasado nada conmigo, tú le rompiste la mano – 

-solo es una pequeña fisura – intervino Valentina 

-tu mejor ni digas nada, yo voy a ver al doctor, y a pagar la cuenta, tú te quedas aquí, y tu quiero que me des las cosas de Valentina, nada de eso está en discusión – le dije a ambas y me fui 

......................

-¿y cómo sabe cual doctor te trato? – me pregunto Dana cuando se fue Damián 

-no tengo la menor idea – le respondí – por cierto, ¿Por qué dijiste que fue tu culpa? Tú tampoco sabes cómo termino ese pisapapeles ahí –

-yo te pedí que me pasaras la tela, además estabas en mi casa- me respondió Dana – por cierto, ¿te vas a ir con él? -  

-¿ves que tenga alguna otra opción? Además el cuarto de visitas de tu madre, parece un motel, está lleno de cosas raras, y cuadros muy subidos de tono, y esa lámpara de luz roja, no sé qué cosas han pasado en esa cama y no quiero saber –

-¿entonces irte a la casa del señor de la mafia es mejor idea? – 

-no es como que pueda irme a mi casa, tengo que ir a la universidad – le respondí – además mi madre sería capaz de demandar a tu madre si me ve así, dirá que fue su culpa – 

-entonces ve con él y cuando necesites ayuda para bañarte se la pides a él – me respondió Dana sonriendo

-todo está listo podemos irnos – dijo Damián recorriendo la cortina que me daba algo de privacidad de otros pacientes, y dejándome con la duda de si escucho nuestra conversación o no.

-yo me voy yendo – dijo Dana y comenzó a cerrar la cortina 

-espera no te vayas – le dije, pues hasta ahora no había pensado que tanto necesitaría ayuda los próximos días, y no estaba lista para quedarme a solas con Damián

-el equipaje de Valentina está en mi casa, así que si me das una dirección yo te lo envió – le dijo mi amiga a Damián 

-tengo una mejor idea, tú me das la dirección y yo envió a alguien por el – 

Dana no quería discutir con él así que hizo le que le dijo y se fue, el camino de regreso fue de lo mas incomodo, pues Damián estaba en silencio, incluso cuando llegamos a su casa me dejo en mi habitación y se fue, mis cosas llegaron más tarde, pero las traía alguien más, si lo que había dicho más temprano acerca de que ahora éramos novios era verdad esta era una pésima manera de comenzar une relación.

Como evidentemente no podría hacer nada, y tampoco tomar un baño, lo mejor sería ponerme mi pijama y descansar, pero eso se volvió todo un reto y no quería pedir ayuda  así que me tomo casi quince minutos poder sacar mi pijama, sin hacer un desastre, pero para ponerme la pijama debía quitarme el suéter primero, y ahí comenzaron los problemas, primero lo saque de mi brazo izquierdo, donde tenía la férula, cuando quise pasarlo por mi cabeza se atoro.

 La puerta se abrió mientras yo luchaba con mi suéter, y la persona que entro vino a mi rescate.

-eres una ardilla tan torpe – me dijo Damián, se había cambiado de ropa y parecía un tanto más tranquilo 

-creí que estabas enojado, ¿Qué haces acá? – le dije dándole la espalda, pero me abrazo por detrás, y me dio un beso en la mejilla 

-por supuesto que estoy enojado, te deje solo unas horas y ya habías decidido quedarte donde tu amiga, y después te rompiste el brazo ve a tu a saber cómo – 

Me di la vuelta zafándome de su agarre, y me senté en la cama, para proceder a contarle la historia del pisa papeles.

-pero, ¿no te golpeaste en otro lugar? – me pregunto y comenzó a revisar mi cabeza, su aparente enojo se fue mientras yo hablaba  

-estoy bien, dentro de lo que cabe- le respondí  

-ahora la pregunta es ¿Quién demonios pone un pisapapeles en un lugar así? –

Yo solo me encogí de hombros en respuesta, mientras el examinaba mi blusa térmica, la cual me cortaron con unas tijeras para revisar mi brazo.

-Déjame ayudarme me dijo – y termino de romper la manga con sus manos

-¿Por qué hiciste eso? – 

-es más sencillo que te la quites así, además ya no sirve para nada – me respondió, y procedió a quitármela, para después desabrocharme el sostén, antes de que yo pudiera evitarlo

-¿Qué haces? Tengo frio – le dije cubriendo mi pecho con mi mano sana, pero el solo sonrió 

-lo vi en la mañana cariño, no tienes por qué cubrirte – 

-deja de burlarte de mí, y ayúdame, tengo frio – le dije un tanto sonrojada por la manera en la que me estaba mirando, y por que se estaba tomando su tiempo para ayudarme con la parte de arriba de mi pijama, era obvio que lo estaba disfrutando.

-vamos con la parte de abajo – me dijo sonriendo y empujándome suavemente en la cama, para después desabrochar mis jeans -¿Qué es esto? – pregunto al ver las mayas térmicas yo traía debajo para el frio.

-no es necesario que hagas eso, yo puedo hacerlo – le dije pero no me hizo caso, y jalo hacia abajo mis mayas también, yo atravesé mi mano que no estaba lastimada, al sentir que mis pantis, también se estaban bajando – de verdad no es necesario que lo hagas yo puedo sola – le dije mas sonrojada que antes. 

-yo no tengo ninguna prisa tampoco me respondió y comenzó a darme besos en el vientre, pero para mí buena o mala suerte tocaron la puerta.

-¿Damián, estas ahí? – pregunto Dominic 

Yo lo empuje y me senté como pude cubriéndome un poco, lo deje entrar, aunque Damián me hiciera mala cara.

-¿Qué necesitas Dom? – le pregunto de mala gana 

-¿interrumpo algo? – pregunto 

El dijo que sí, yo dije que no, Dominic nos miro confundido

-voy a cenar y quería saber si querían acompañarme, no quiero comer solo – 

-eso me encantaría – le respondí de inmediato 

-está bien Dom vamos a cenar contigo, danos un momento ahorita bajamos, estamos un poquito ocupados -  

Dominic nos dio una última mirada y se salió 

-¿en que estábamos? - dijo Damián, queriendo empujarme de nuevo sobre la cama 

-espera ahí – lo detuve de nuevo – de verdad tengo hambre, lo único que quiero hacer en este momento es cenar algo – 

Una vez que Damián se resigno a que no pasaría nada más me ayudo a terminar de ponerme el pijama y bajamos a cenar.

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