Capítulo 4

Cuando desperté me senté de golpe, estaba en mi dormitorio, la pregunta era, ¿Cómo llegue ahí? Intente hacer memoria, pero me quede en blanco, según yo no había tomado tanto la noche anterior. Los pantalones de cuero que había usado, estaban en el piso echos bola, y yo usaba pijama, eso me trajo un recuerdo.

-ayúdame a quitarme esto – 

¿A quién le había dicho eso yo? Busque mi celular y llame a Dana, pero no respondió, me dirigí al baño, y cuando me vi al espejo me di cuenta de que tenía el maquillaje corrido, seguro terminaba con un grano en la cara, por dormir con maquillaje. Abrí la regadera, me desnude y me metí a bañar, cerré los ojos mientras que dejaba que el agua empapara mi cuerpo.

-tienes las manos frías –

-no es mi culpa que este pantalón sea tan jodidamente ajustado– 

Abrí los ojos de golpe, ¡Damián! No, no era tan tonta, ni estaba tan borracha para pedirle eso, ¿o sí? Termine de bañarme y mientras lo hacía más imágenes venían a mi mente y ya no quedaba duda, era él quien me había traído la noche anterior, aun que no entendía como era que lo habían dejado subir hasta acá, siendo que esto era una residencia de mujeres.

Mientras me secaba el cabello tocaron la puerta, y corrí a abrir, creyendo que era Dana, pues le había dejado un mensaje, para que viniera.

-hasta que apareces, ¿Dónde diablos estabas? – dije mientras abría la puerta

-estaba en mi casa – me respondió Damián 

Trate de cerrar la puerta, moría de pena, pero el atravesó su pie y me lo impidió, empujo la puerta y entro como si nada.

-¿Qué tal la resaca? – me pregunto sentándose en la cama 

-¿Cómo subes hasta acá? – le pregunte 

-por las escaleras – respondió, mirándome como si fuera tonta 

-me refiero al hecho de que te dejan entrar siendo hombre –

-¿crees que soy el único hombre que entra aquí? Entrar a esta residencia es demasiado fácil –

-¿lo dices enserio? no creo volver a dormir tranquila ahora –

-si no fuera por eso, anoche no habría podido traerte hasta aquí – 

-hablando de anoche – comencé a decirle – ¿tu…? –

-¿yo qué? – me pregunto, recostándose en la cama y poniendo sus manos detrás de su cabeza, su sudadera se levanto y dejo al descubierto, parte de su abdomen, y el borde de su ropa interior donde se podía leer la marca de esta, así que voltee hacia otro lado.

-¿tú me ayudaste a quitarme el pantalón? – pregunte de manera directa señalando el pantalón que estaba tirado en el piso.

Damián se enderezo, apoyándose en sus brazos - ¿así que de eso se trata esto? ¿Quieres saber si te vi en ropa interior? – Pregunto sonriendo – la respuesta es sí –

-y lo dices de esa manera tan descarada – 

-y eso que, no eres la primera mujer que he visto desnuda, y no paso nada, solo te los quite, porque tu no podías, yo no me aprovecharía de una chica que esta borracha, no soy ese tipo de hombre –

-no sé si puedo ser amiga de alguien que ya me vio en ropa interior – le respondí 

Y él se puso de pie, y comenzó a desabrocharse el cinturón –

-¿Qué haces? –

-tú dices que no serás mi amiga porque te vi en ropa interior, si tú me ves en ropa interior, estaremos a mano, y podremos ser amigos – respondió, desabrochando el botón de su jeans 

-eso no es necesario – le respondió abrochando su pantalón, pero para mi mala suerte, la puerta mi dormitorio se abrió, justo cuando yo hacía eso, y dio la impresión de que yo hacia lo contrario.

-lo siento – dijo mi compañera – sigan con lo suyo – y cerró la puerta 

-¿vez lo que provocas? – le dije a Damián 

-¿yo provoque esto? No es mi culpa que ella no tenga educación – 

-¿Qué van a pensar de mí?- 

-que piensen lo que quieran-

-¿Por qué viniste a mi habitación en primer lugar? –

-para llevarte a desayunar –

-¿Quién dice que quiero desayunar contigo? No he empacado nada y esta tarde me voy –

La sonrisa de Damián se borro, y me miro bastante serio - ¿a dónde vas? - me pregunto

-a mi casa, no voy a pasar navidad aquí – 

-¿de dónde eres? – 

-lo ves Damián, no sabes nada de mí, y aun así quieres ser mi amigo, ya vete a tu casa, tengo mucho que empacar – 

-tú tampoco sabes nada de mí, así que eso no tiene relevancia alguna –me respondió mientras volvía a abrocharse el cinturón – pero si tanto te molesta mi presencia me voy –

-eres un dramático – 

-ahora soy un dramático, pero anoche… -

Me pare frete a él, y le puse un dedo sobre los labios – shhh, está bien seamos amigos, pero de verdad necesitó que te vayas, solo me estas distrayendo, mejor nos vemos cuando vuelva, que tengas una muy feliz… - no pude terminar de decir la frase, porque esta vez el me callo a mí. 

-te voy a decir una cosa sobre mi – comenzó Damián – detesto la navidad, así que no termines esa frase – 

-como tu digas – respondí – pero al menos comes con tu familia ese día, o algo por estilo – le dije y vi su reacción, eso me hizo sentir que fue un gran error de mi parte 

-sabes que si me voy a ir, de repente ya no estoy de humor para desayunar, y otra cosa, mi familia no celebra ni navidad, ni hallowen, ni ninguna de esas tonterías – tomo la otra chaqueta que traía encima de su sudadera, y se fue con ella en la mano, incluso cerro de un portazo, no estaba segura, pero debí haberme metido sin querer en un terreno que no debía. 

...****************...

Cuando llegue a mi casa, lo primero que encontré fue a Dominic mi hermano, con un pequeño árbol de navidad en la mano.

-¿Qué hace eso aquí, Dom? –

-es un arbolito de navidad – me respondió 

-eso ya lo sé mocoso, ¿para qué lo quieres? –

-para ponerlo de adorno – 

-Dom, llévate eso a tu habitación antes de que papá lo vea – 

-¿crees que se enoje mucho? –

Pero no le pude responder mi padre venia entrando, mi hermano escondió el árbol detrás de él, pero fue demasiado tarde, nuestro padre ya lo había visto.

-¿Qué tienes ahí Dominic? – le pregunto 

-un arbolito – respondió mi hermanito 

-tira eso a la basura – dijo mi padre – y tú ven conmigo – me señalo a mí 

-deja que lo tenga en su habitación padre – 

-por eso Dominic es un mocoso mimado, tu le consientes y le cubres todo – intervino, mi hermano mayor 

-¿un mocoso mimado? Tú y papá no lo dejan hacer absolutamente nada – respondí 

-para que, si no sabe ni defenderse, recibiste cada paliza por él, cada que se porto mal –

-¿para que necesitas que defienda? Yo puedo cuidarlo – respondí, nunca había querido que Dominic fuera como yo, y mucho menos como Dimitri.  

-¿y cuando tu no estés, quien va a cuidarlo, yo? – me reclamó Dimitri 

-¿cuidarlo tú? No cuidas ni a tu propio hijo – le respondí, y Dominic se escondió detrás de mí, sabiendo lo que podía pasar.

-¡SUFICIENTE! – grito mi padre, y me dio con su bastón en la pierna haciéndome caer de rodillas 

-¿acaso dije mentiras? – le respondí a mi padre 

-Damián ya cállate – me rogo Dominic , arrodillandose a mi lado.

-discúlpate con tu hermano – me dijo mi padre 

-no dije ninguna mentira, debería estar educando a su hijo, en lugar de darnos clases de cómo debemos comportarnos, yo puedo cuidar de Dominic, siempre lo he hecho – respondí y mi padre me soltó una bofetada 

-no creen que ya son ambos lo suficientemente grandes para que aun tenga que castigarlos por insoburdinacion – nos dijo y se fue con Dimitri tras el 

-padre no me quiere, porque me parezco a mamá, ¿verdad? – me pregunto Dominic 

-vete a tu cuarto Dom, y guarda eso donde nadie lo vea – le respondí, mientras seguía de rodillas 

-me quiero quedar aquí contigo – 

-que te vayas – le responde sin ponerme de pie, sabía lo que mi padre esperaba de mí í, que me disculpara con Dimitri o que me quedara de rodillas, pero yo siempre hacia lo segundo, podía aguantar bastante en esta posición, después de todo, siempre cumplía mis castigos y los de Dominic, era ridículo que aun me castigara de esta manera, pero este sería el castigo de mi hermano si yo no lo cumplía.

Además Dominic tenía razón mi padre no quería verlo, porque le recordaba a mi madre. De nosotros tres era el que más se parecía físicamente a ella, y verlo le recordaba constantemente que su mujer, prefirió abandonar a sus hijos que quedarse con él.

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