CAPÍTULO 20

Kenshi, quien estaba recostado contra la puerta del carruaje, se sentía un tanto nervioso, ya que el lugar tan cerrado provocaba que el aroma a rosas de su guardiana se intensificara. No obstante, este intentó cambiar el tema para calmarse un poco.

—Tengo entendido que mi madre te cito para almorzar juntas—dijo—es muy raro que mi madre lo haga, sobre todo a puertas cerradas, ¿Te dijo algo con respecto a cuidarme?

—Sí, aunque también me dio un nuevo nombre—respondió mientras lo observaba al frente de su asiento—cómo sabrá, Lightning era solo un alias o nombre clave.

—¿Qué nombre te dio la reina?—preguntó curioso.

—Diana, su alteza—respondió sin tapujos.

El duque se quedó en silencio varios segundos, mientras controlaba su respiración, ignorando su malestar un momento. Aquello lo dejó no solo sin habla, sino que muy sorprendido, ya que ese era el nombre que una vez su madre le contó le hubiera dado a uno de sus hijo de nacer mujer.

Siendo que su madre era una reina extranjera, para hacer que el lazo se reforzara, el rey permitió que tanto él como su hermano tuvieran nombres orientales, aunque con la condición de que si tuvieran una niña le daría el nombre de su abuela paterna fallecida.

"¿Quién eres, Diana?"

Se preguntó mientras intentaba analizar la situación, ni siquiera Sara había llegado al punto de confianza con su madre, como ella lo había hecho. Siendo ese el caso, no podía comprender como la santa podía tener menos favoritismo inicial en la realeza que la mujer de otro tiempo.

—¡Joder!—gritó al sentir una segunda punzada más fuerte en la cabeza.

Diana, al ver que el duque estaba por desmayarse, se acercó de un salto a su asiento e hizo que este apoyara su cabeza en su regazo. Colocando su mano en esta, sintió como la presión de Kenshi aumentaba, por lo que comenzó a influir energía mágica, mientras oraba en su mente. Aquello provocó que poco a poco el malestar del hombre se calmara.

—No soy un niño, ¿Sabes?—volvió a preguntar aun acostado en su regazo—no es necesario que me atiendas como si lo fuera.

—Está mal, a duras penas aguanta sentado, ¿De verdad cree que lo dejaré así?—respondió mientras seguía influyendo energía—así que no sea terco y déjese tratar, de lo contrario juro que lo cargaré cuando lleguemos, ¿No quiere eso, verdad?

Sintiendo que ella era capaz de cumplir sus advertencias, se quedó callado un rato, no quería que nadie lo viera siendo cargado por una mujer y menos una tan autoritaria como ella. Aunque quedó más perplejo, ya que si bien como guardiana y supuesta prometida debía cuidarlo, por más que el contacto físico no le gustaba, sentía que estaba haciendo más de la cuenta.

—Tuve un sueño hace unos días, vi que casi moría cuando fui capturado y me pasaste energía vital por medio de un beso—dijo con los ojos cerrados, dejándose llevar por el tacto de la mujer mientras acariciaba su cabello—sé que quieres ayudarme, pero no quiero tampoco agobiarte con el contacto físico después de que tu esposo te intentara asesinar.

—Ese es mi problema, no el suyo—respondió haciendo que el duque intentara aguantar su enojo por su grosería—aunque me esté muriendo del asco por tocar a alguien, si es por salvarle su vida, no me importa caminar por fuego. Así que cállese y duerma un rato.

—Bien puedo castigarte por tu insolencia al hablarme así, ¿Sabes?—preguntó somnoliento—¿Cómo es que no puedes tener el más mínimo decoro o respeto?

—Esa misma pregunta me la hizo el rey Felipe antes de reclutarme en los Kingsglaive—respondió aun acariciando su cabello—es mejor ser llamado insolente que mentiroso.

Dicho eso, ladeó un poco su cabeza, mirando el paisaje del antiguo London, mientras recordaba su primera reunión con el rey de su actual tiempo. Ya sea por compasión a su maltrecha situación o por el hecho de que había renacido como un "ángel" el monarca no la había enviado a prisión a causa de su lengua afilada, por lo que terminó acostumbrándose a decir las cosas sin tapujo alguno.

"Supongo que mi yo actual no quiere callarse como lo hacía mi anterior yo"

Pensó analizando su situación, comparándose con la mujer que una vez fue. No sabía nada de su anterior esposo, pero de algo estaba segura y es que no sería como era antes.

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Comments

Marina Hinostroza

Marina Hinostroza

Me gusta que esten juntos aunque sea de mentiras

2023-10-23

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