CAPÍTULO 12

Sus dos hijos, nacidos de una reina extranjera, fueron los primeros nacidos después de que él asumiera el trono de manera tan violenta cuando el reino dejó de ser un imperio, por ende, los adoraba con locura, ya que su existencia le trajo un poco de alegría en ese tiempo oscuro.

Tras una reverencia, se fue del despacho para ingresar al salón del trono y observar la audiencia. Si bien aquello le aburría, así como traía recuerdos amargos de su pasado, por más que tuviera sueño, debía estar pendiente de la única persona que de verdad le importaba en esos momentos y era el duque.

—¿Qué?—fue lo que se preguntó la reina al ver entrar a su hijo con otra ropa.

Si hubiera sabido que en ese momento que su hijo, la persona que tanto le dio traer al mundo, había sufrido una nueva lastimadura en su herida a causa de la santa, hubiera obligado a su esposo a aceptar el divorcio de manera inmediata. En tanto que Kenshi, cansado de todo, tuvo que cambiarse la parte de arriba de su traje para que nadie viera la sangre que volvió a brotar de sus vacías cuencas oculares.

—Hagamos esto rápido—indicó el rey acongojado por el mal estado de su hijo—¿Por qué la santa Sara Lafaye desea divorciarse de mi hijo, príncipe y duque de London?

Sara, quien quería hacer quedar como un abusador a su esposo, con el fin de tener más ventaja en el divorcio, se mordió los labios acorralada. Ya que había sido la guardiana del duque la que provocó aquello, entonces la llevaría con ella.

—Tuve la revelación de nuestro gran dios, padre creador—dijo mintiendo, sacando un cristal revelador—¡El gran padre desea que yo sea revocada como esposa del duque y sea puesta en mi lugar a su guardiana! ¡Como santa es mi deber cumplir su mandato!

Aquella mentira provocó que todos, que creían ciegamente en la santa, se quedaran en shock. Inclusive Lightning, cuyo sueño le estaba haciendo pasar un mal momento, sintió que terminaba por despertarse tras esas palabras. Tanto era su asombro que aquello lo notó el rey, por más que su rostro estuviera oculto.

"Ni siquiera en las obras de teatro vi un giro tan dramático, ¡Ella hubiese sido un actriz perfecta en mi tiempo! Aunque, ¿Cómo fue que consiguió un cristal revelador tan rápido? ¿Acaso alguien la está ayudando?"

La soldado observó con detalle, desde la lejanía, el artefacto en las manos de la santa. Si bien el monóculo no mostraba nada sospechoso, algo maligno proveniente de ese cristal hacía que su piel se erizara.

Sara sonrió por debajo, segura que nadie descubriría la verdad tras el cristal. Sea como fuera que ella consiguiera el divorcio, lo importante es librarse de quien consideraba era una peste, por ende, usaría la presencia de su guardiana a su favor. Aquello la volvería una mujer abnegada, siempre lista para cumplir la palabra de dios.

—Pobre lady Sara, ¡Apartarse para cederle su lugar a una sucia y vulgar mujer! ¡Una mujer que se viste de hombre y dice ser soldado!—cuestionó uno de los ministros allí presentes, secundado por varios de la comitiva de la santa.

Tras escuchar los murmullos de todos a su alrededor y de ver la cara pálida de su hijo, así como la postura inmóvil de la guardiana de este, tuvo que pedir silencio para poder analizar todo lo que se había enterado. Miró por lo bajo a Lightning, quien también lo estaba viendo, le costaba un poco pensar. Si bien como rey debía procurar mantener todo su reino unido, pero no quería llevarse a su hijo para cumplir aquello, menos con la iglesia con la que tanto se llevaba mal.

"Ya veo porque uno de mis descendientes decidirá crear un ejército separado de la iglesia en un futuro"

Fue lo que pensó antes de hablar. Sea lo que sea que estuviera ocurriendo en realidad, si había una posibilidad de salvar de una vida peor a su hijo, la tomaría sin dudar.

—En visto que la santa ha dicho sus razones, deseo escuchar al duque—cedió la palabra a su hijo.

—¡Me niego a acatar la orden! ¡Sara es mi única esposa!—respondió en vano, algo en su corazón le decía que ya no había oportunidad.

Toda la comitiva comenzó a hablar mal del duque, no podían entender como alguien de la familia real iba en contra de los designios de su dios. No obstante, siendo que la palabra de dios era la única de peso, si el rey no aceptaba, le estaba declarando entonces la guerra a la misma iglesia.

"Perdóname hijo"

Fueron las únicas palabras que pensó, ya con la decisión clara a tomar. Aunque sería doloroso, sabía que a futuro aguantaría el dolor del rechazo de su hijo que el de la ausencia de este.

—Yo, Jacobo I Borbón De Oliveira, acepto divorciar al duque de London y a su duquesa, la santa Sara—dijo con seguridad—en visto que ha sido un designio divino la razón por el divorcio, quedará por escrito lo ocurrido. Es entonces que a futuro, no se aceptara ninguna razón fuera de la oficial para argumentar sobre esta audiencia. Con respecto a la revelación de dios, lo abordaré en una próxima reunión con el papa.

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Comments

yelit

yelit

esa supuesta santa lo que es una ambiciosa maltrata al duque de viejo pero si es por eso,
el rey con el cual ella añora tanto casarse es mayor que el duque porque nacio primero

2024-07-03

0

Sandra Garnica

Sandra Garnica

Nunca habia leido a un Duque tan patetico e imbecil que se deja pisotear humillar y quien sabe cuantas cosas mas de la esposa la cual le dice que quiere el divorcio y el idiota sigue hay de estupido rogandole😡😡😡😡

2024-05-20

1

Blanca Montero Angulo

Blanca Montero Angulo

mal parida zorripondia. ojalá la descubran pronto. 😡😡😡😡

2023-11-30

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