Sola en casa

Me desperté por la alarma de mi celular un sábado a las siete de la mañana. La apagué al instante para seguir durmiendo pero de pronto la puerta de mi habitación es abierta de golpe y entra mi madre.

— ¡Kerstin Edda Weber! ¡¿Que es todo este desorden?! — me gritó mientras habría las cortinas de mi habitación.

— Espera mamá — supliqué tapandome con las sabana y haciéndome un ovillo en la cama.

— ¡Despierta! ¡No crié a una hija vaga! — reclamó mientras me destapaba completamente.

— ¡¿Pero que te pasa?! ¡¿Por qué actúas así?! — ella me miró por un largo tiempo y dijo.

— Te tengo que contar una noticia importante. — habló con un tono calmado.

¿Acaso mi madre es bipolar o qué?

— ¿Y no podrías contármela después? — le cuestioné sacándome las lagañas.

— No, así que te espero en el comedor. — informó para luego salir de mi habitación.

Uff ¿Por qué estás clases de cosas me pasan siempre a mí? ¡En un maldito sábado!

Me vestí con la ropa de andar por casa qué casi siempre uso y caminé al comedor arrastrando los pies. Ahí estaba mi madre esperándome mientras se servía café.

— En unas horas me iré a una cita. — soltó ella en cuanto mi trasero tocó la silla.

— ¿Qué? — eso sí que no me lo esperaba.

— Conseguí una cita, con un hombre extranjero — me contó mientras se sentaba al frente mío en la mesa.

— Eso es fantástico, ¿Vive aquí? — pregunté mientras me servía una tostada.

— Sí, al parecer es alguien que tiene mucho dinero, ya que vive en CloseDen.

En cuanto dijo ese nombre casi me atraganto con mi comida. Trague lentamente y abrí la boca asombrada.

— Pero mamá, ese es el vecindario más rico de toda la ciudad.

Mi madre levantó las cejas graciosamente mientras me miraba con un brillo en los ojos.

— Te dije que tengo mucha suerte con los hombres. — dijo bromeando y yo no pude evitar reírme.

— Bueno, creo que me ganaste — bromee — Qué suerte tienes, te conseguiste un novio extranjero, millonario y encima romántico.

— Ya lo sé es divino, él quiere llevarme a un viaje a Rusia.

— Rusia es un bonito país, ¿Pero cuantos días estarás fuera?

— Tan solo estaré fuera por unas cuantas semanas, no será nada grave tranquila.

— ¿Pero y tú trabajo?

— Me dieron unos dos meses de vacaciones. — contó y yo pude respirar tranquila.

— ¿Crees que sea lo correcto que salgas con él? ¿Hace cuanto lo conoces?

— Lo conozco desde hace unos cuatro meses, y antes de que digas algo Kerstin, esta es mi vida.

— Ya lo sé, pero no quiero que salgas lastimada. — confesé mientras llevaba mis platos sucios al fregadero.

— En la vida eso es inevitable, y creo que ya es tiempo de superar a tu padre.

Mierda, eso sí que dolía. No hablábamos mucho de mi padre desde que nos abandonó a mamá y a mí.

— Esta bien mamá, sea lo que sea te voy apoyar, ¿Y cuando podré conocerlo? — ella soltó un suspiro y se encogió de hombros.

— No lo sé... Supongo que después de nuestra cita. Así que quiero que te comportes en este tiempo que voy a estar fuera, ¿De acuerdo?

Asentí como niña obediente.

— Voy a llamarte todos los días a partir de ahora, así que quiero que estés atenta, si no me contestas al teléfono te juro que...

— Vendrás inmediatamente — terminé por ella, entendía su preocupación. Desde que decidí contarle que el hermano de Haru me había seguido a casa, estuvo mucho más atenta conmigo.

— Así es, te quiero bebé.

— Y yo a ti mamá.

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Mi madre se fue a la tarde cuando un auto la vino a buscar. Realmente parecían esos autos que solo ves en las películas de carreras.

Llamé a Jessica para contarle todo, y nos quedamos charlando por un buen rato hasta la noche.

Después me puse a ver unos cuantos capítulos de mi serie y finalmente me decidí comer unos macarrones que había cocinado ayer. No había mucho por hacer por aquí, así que me fui a mí habitación a leer un poco.

De pronto mi celular empezó a sonar y era un mensaje de un número desconocido.

*¿Preparada?*

¿Que mierda? Esto ya me estaba dando miedo. No iba a contestarle por nada del mundo. Simplemente lo bloquee.

¡Stahs!

Un ruido en la cocina me sacó de mis pensamientos. ¡Mierda! ¡Seguro es un ladrón!

Y yo no eran tan tonta como para darle la bienvenida. Me escondí debajo de la cama y de pronto empecé a escuchar pasos viniendo hasta mi habitación.

¡Ay por favor Dios santo, no me dejes morir!

Abrieron la puerta despacio y pude observar como unos pies caminaban alrededor de esta. Estaba buscándome.

Me tapé la boca para evitar que se escuche mi respiración o algo que delate mi ubicación.

La persona se quedó ahí lo que parecía ser una eternidad hasta que empezó a irse.

Menos mal.

Y cuando pensaba que me había salvado el culo de ser casi asesinada, mi celular empezó a sonar.

¡Maldita sea!

Lo apagué lo más rápido que pude, pero eso no sirvió para nada, por qué sentí como unas manos agarraban mis tobillos y me arrastraban.

— ¡No! ¡Sueltame! — traté de golpear a cualquiera que sea que me estaba sujetando y creo que conseguí darle una bofetada hasta que la persona me golpeó en la cabeza.

Caí pesadamente al suelo y la persona que creía que era un hombre se sentó a horcajadas sobre mí aplastandome.

— Eres buena luchando mi amor, pero no te servirá de nada en esta situación. — dijo el hombre y me colocó un trapo húmedo en mi nariz y boca.

Yo aguanté la reparación y golpee al hombre en su barbilla logrando que me suelte y pueda arrastrarme lejos de él.

— ¡Maldtita perra! — se tocó la mandíbula y jadeo de dolor — Creo que me la rompiste.

— ¡Ayuda! ¡Por favor! — grité para ver si alguien podía ayudarme pero nadie iba a venir a mi rescate a tan altas horas de la noche.

El hombre llegó hasta mi y me sujeto de la cabeza golpeándola fuertemente contra la pared, y eso fue lo único que pude saber.

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HOLA!! Estoy compitiendo en el torneo de MANGATOON así que si les gustó el capitulo déjenme su voto, ayudaría mucho. 🖤🖤

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