Confesiones

Lydia Weber:

Cuando tocaron la puerta el martes por la mañana yo estaba en mi cama tratando de dormir un poco, era la primera vez que lo hacía desde hace 48 horas.

Y mi hija se encontraba desaparecida desde hace una semana y media.

Caminé hasta la puerta con un evidente cansancio y cuando la abrí me encontré otra ves con esos policías.

— Hola, pasen — dije como era habitual y me saqué las lagañas de los ojos.

— Hola señora Weber, sentimos interrumpir tan temprano pero acabamos de hacer los interrogatorios y creo que le interesará saber lo que tenemos que decir.

Yo asentí y nos sentamos en los respectivos sillones.

— Bueno, estuvimos interrogando a los compañeros de Kerstin y lo que nos dijeron no fue muy amigable. — dijo Barrios

— ¿Cómo?

— Ellos hablaron un montón de cosas de ella y no se si esto es cierto o solo nos vieron la cara de idiotas.

— ¿Pero que es lo que dijeron?

— Qué su hija fuma y bebe por ejemplo — contó él

Mis ojos se abrieron de repente y negué con la cabeza frenéticamente.

— ¡Claro que no! ¡Kerstin no hace esas cosas!

— También dijeron que era muy agresiva y que estaba enamorada de un compañero suyo.

— ¡No puede ser! ¡¿Ustedes les creen?! — cuestioné enfurecida al ver duda en sus ojos.

— No les creemos, pero todos los chicos dijeron eso y nos parece extraño.

— Miré oficial, mi hija no fuma ni bebe y mucho menos es agresiva. ¡Ella es un sol!

— ¿Podemos revisar su habitación? — me pregunto Tévez

Yo asentí solo para evitar insultarlos.

Ellos caminaron hasta la habitación de mi hija y yo me quedé sola en la sala. Escuchaba como estaban probablemente estaban revolviendo cosas, buscando cualquier excusa para inculpar a mi hija.

Pero no iban a encontrar nada.

Al poco rato vinieron otra vez y se sentaron de nuevo en los sofás al frente mío.

— No había nada. — informó Barrios

— Ya lo sabía. — contesté y de pronto no pude evitar temblar.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que uno de ellos lo rompió.

— Mire Lydia, la hemos notado un poco extraña últimamente y solo queríamos que supiera que si no nos dice todo lo que sabe, no podremos ayudarla a encontrar a su hija.

En cuanto dijo eso, mi mente empezó a maquinar el momento cuando me amenazaron por mensaje.

— No pasa nada.

— Lydia... mentirle a la policía es un rompimiento de la ley. Eso involucra diez de años en prisión.

— No escondo nada, se los prometo. — les dije

— Espero que sea así, y no esté mintiendo por que sino no habrá forma de que recuperemos a su hija.

De un momento a otro recordé la imagen que me habían enviado cuando me amenazaron, de mi Kerstin toda amordazada y en el suelo en muy malas con condiciones.

Lloré por la impotencia que me daba todo esto, por no poder saber que era lo correcto. Por tener tanto miedo.

— Les contaré todo. — dije tomando una decisión — Pero quiero que me prometan que la encontrarán lo más rápido posible, antes de qué ellos sé enteren.

Los policías me miraron confundidos y los entendía, mis palabras en cierto modo daban hasta miedo.

— Esta bien Lydia, se lo prometemos — dijo Tévez.

Empecé a contarles todo. Desde que mi hija me había hablado sobre que el hermano de Haru la había perseguido de camino a la casa, hasta la amenaza que había recibido en el teléfono.

— ¿Puede pasarme su teléfono? — preguntó y yo se lo di, ellos lo revisaron y copiaron el mensaje.

— Siento haberles ocultado esta información.

— Esto es muy grave Lydia, ¿Por qué nos ocultó algo así?

— Tenía miedo — confesé — No podría ser la culpable de la muerte de mi propia hija.

— Escuche Lydia, vamos hacer lo posible por encontrar a su hija, pero tenga también en cuenta que esto no va a quedar impune.

Yo asentí, sabía que me acababa de meter en un serio problema y hasta podría ir a prisión por mentirle a la ley, pero ahora nada podía importarme menos.

Luego de eso los policías se marcharon y yo miré de nuevo mi telefono, rogando que ninguna amenaza llegue.

Tévez:

Nos estábamos dirigiendo hacia la casa de Haru Nakamura para poder interrogar a su hermano. Luego de haber salido de la casa de la señora Weber, empezamos a investigar el mensaje y pudimos obtener la dirección del emisor y coincidía perfectamente.

Definitivamente uno de los dos hermanos había sido el causante de la amenaza y quizás del secuestro de Kerstin Weber.

— No puedo creer que ella nos haya ocultado algo tan importante, sino no fuera por su estupidez ya la habríamos encontrado. — se quejo Barrios.

— Tenía miedo, tan solo actuó por impulso. Recuerda que ella pensaba que su hija iba a morir si se lo contaba a alguien.

— ¿La estás defendiendo?

— Sí — afirmé — Creo que yo también hubiera actuado con impulso si Helena estuviera en peligro.

Barrios asintió y no dijo más nada hasta que nos encontramos frente a la vivienda del porblable captor.

Bajamos del auto y caminamos hasta la puerta.

— ¿Estás preparado? — me pregunto y yo asentí.

Tocamos la puerta y no se escuchó nada. Tocamos de vuelta y tampoco.

— ¡Policía! ¡Habrá la puerta! — gritó Barrios

— ¿Crees que haya escapado? — pregunté mirando las ventanas.

— No lo sé, hazte atrás voy a romper la puerta — hice lo que me ordenó y Barrios apuntó con su pistola el picaporte rompiendolo al instante logrando así abrir la puerta.

— ¡Alto! ¡Policía! ¡Las manos arriba donde pueda verlas!

......................

HOLA!! Estoy compitiendo en el torneo de MANGATOON así que si les gustó el capitulo déjenme su voto, ayudaría mucho. 🖤🖤

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play