Borrador

Ya era de noche, para cuando Edgar. Sintió unos pasos aproximarse a si habitación. Por el sonido de los pasos. Se notaba que eran pesados.

Ya era de noche, por lo que Edgar supuso que Eduardo no vendría. Se había equivocado.

Sin siquiera golpear la puerta, Eduardo entro. Mirando a Edgar con disgusto. Hablo fríamente.- espero que ya te hayas recuperado.

Edgar, creyó haber escuchado mal. El tono de vos y mirada que le dirigía Eduardo a Edgar. Era de disgusto.

No cabía duda, Eduardo lo odiaba.

Entonces. ¿Estaba preocupado?

No, eso no era posible. Eduardo fue quien lo golpeó y lo dejo en el estado en el que se encontraba actualmente.

¿Entonces?,¿ que quería?

Eduardo, que parecía ver la duda en el rostro de Edgar, hablo con burla.- espero, y no te creas que estoy preocupado. Menos por algo tan inútil como tú.

Edgar se sintió como un tonto. Ya el mismo sabía que Eduardo no le importaba lo que pasará con el.

Había traído a su segundo esposo, dejo que golpearan a Nina. Y lo golpeó a el, sin siquiera escuchar una palabra de Edgar.

No tenía que esperar nada, menos de Eduardo.

Se rio del mismo, simplemente se sentía ridículo.

- no espero que te preocupes por mí.

Eduardo, que vio la risa, inconscientemente. Se molestó, acercándose a Edgar, agarró el rostro de Edgar, por la mandíbula. Acercándose a Edgar.

- es mejor así, - mirándolo a los ojos, Edgar vio el desagrado y la molestia en los ojos de Eduardo. Simplemente sintió escalofríos - las cosas asquerosas como tú, no deben de esperar nada.

Sí, eso se lo sabía de memoria. Las personas que se suponían. Debían de quererlo, sus propios padre. Se lo repetían a cada momento que podían.

Él jamás fue querido por sus padres, aunque todo eso fue después de saber su subgénero. El logro acostumbrarse se acostumbró a no ser querido por sus padres, a ser ignorado, y tratar de vivir sin llamar la atención de su madre.

Aunque no lo quisiera admitir, Edgar. Tenía miedo a ser golpeado por Eduardo, Eduardo era un alfa de gran musculatura. Alto y fuerte, sabía que si era golpeado por el esta vez. No se salvaría, su cuerpo aún no se recuperaba.

Eduardo, que lo tenía agarrado de la mandíbula. Noto el pequeño temblor en el cuerpo de Edgar. Lo soltó con una sonrisa burlona. Y dijo lleno de desprecio.- quédate tranquilo, no pienso golpearte.

Mientras se acomodaba en cabello hacia atrás.- solo, espero. Y vuelvas a perturbar a Lucas, a cambio de ti, que eres un ser despreciable.- dijo Eduardo lleno de odio hacia Edgar. - Lucas, no merece que lo hagan llorar. Menos un ser como tú.

Edgar, que escucho lo que Eduardo decía. Únicamente tenía ganas de reírse, ese tal Lucas, el ya lo había visto. No era nada inocente, menos un ser que pareciera bueno.

Aunque, ese no era problema de Edgar. El que Eduardo este ciego o no sobre si segundo esposo, no era asunto suyo.

No iba a gastar saliva en algo, que para el. No tenía por qué meterse.

-¿Entendiste? - la voz fría y llena de desprecio, de Eduardo saco a Edgar de sus pensamientos.

Edgar, solo se limitó a asentir con la cabeza. No le interesaba ese tal Lucas.

Eduardo, aunque no muy conforme con la respuesta de Edgar, únicamente prosiguió con lo que tenía que haCer.

-en cuánto te recuperes, te irás de esta mansión. - dijo Eduardo, miro a Edgar. El cual estaba tranquilo, sin darle importancia a lo que él le decía, - te irás junto con aquella mucama que llegó a la mansión contigo.

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