capitulo 10

Era temprano en la mañana, Edgar que se había levantado desde ya temprano. Mientras Edgar desayunaba, Nina estaba a su lado limpiando su cuarto. Disfrutando el buen ambiente.

Pues, el sol estaba en lo alto, radiante y hermoso. Acompañado de los cantos de los pequeños pajaritos. Edgar lo disfrutaba, estos momentos de paz eran realmente tranquilizadores para el, más aún con la compañía de Nina.

Nina, que limpiaba el cuarto de su amo Edgar, junto a toda la ropa de la cual después tendría que llevar para que la lavasen, poniéndola en una canasta, Nina la cargo y se dirigió a Edgar.

-amo Edgar, voy a llevar a la ropa a que la lave. - Nina dirijo la mirada al plato de Edgar, el cual estaba terminado por la mitad. Frunciendo levemente el celo, dijo - joven amo, tiene que comer más. Me preocupa su salud, usted sabe que su salud no es muy buena.

Nina, realmente se preocupaba por Edgar, mirando a su joven amo Edgar, que era muy delgado que hasta daba la impresión que se podría quebrar fácilmente, le preocupaba que realmente eso ocurriera.

Edgar, sabiendo las preocupaciones de Nina, sonrió y le dirigió la mirada, diciendo con un tono de voz tranquilizador.- tranquila, Nina ve, - haciendo una señal con la mano, para que vaya. - ve, comeré todo y para cuando vuelvas el plato estará vacío.

Edgar, miraba a Nina con una sonrisa. Nina que vio que su amo Edgar no mentía, dijo antes sin irse. - bueno, pero tiene que estar vacío el plato joven amo.- para después cerrar la puerta.

Edgar, que en realidad era de no comer mucho, miro a su plato que estaba por la mitad.

Aunque en su casa cuando vivía con su madre, según su madre comía más de lo debido, el realmente sabía que comía poco. Si no como podría ser tal delgado, Omega ya de por sí eran más pequeños físicamente que un alfa o beta, pero el era realmente delgado, no al punto de parecer desnutrido, pero si un poco más delgado que el Omega promedio.

Suspiro, se tendría que terminar su comida antes de que volviera Nina, si no el sabía que Nina se preocuparía por el.

Además, él realmente quería ganar algo de peso. Debido a que el era delgado su fuerza y resistencia era baja, cada vez que lo golpeaban el tenía que pasar bastante tiempo en reposo y el doctor una vez le había dicho, que si seguía así. Sería perjudicial para su salud, además de que había notado de que no comía bien, este doctor una vez trato de decírtelo a su madre, solo consiguió que lo despidieran no antes de castigarlo por meterse en asuntos de sus patrones.

Mientras se disponía a comer, se preguntó si en la mansión tendrían una biblioteca, claro que seguro la tendrían. Únicamente esperaba poder ir.

Con tal idea de qué tal vez, podría ir a la biblioteca Edgar. Empezó a comer con un poco más de rapidez, cuando estaba emocionado o de buen humor podía comer un poco más de lo normal.

Cuando terminó de comer, dejo los cubiertos sobre su plató. Ordenando las cosas sobre la bandeja que Nina había dejado en la mesa, él cuando Nina no estaba presente se encargaba de por lo menos no ser una carga para ella, aunque no pudiera hacer algo realmente grande para ella, el estaba eternamente agradecido.

Nina fue la única sirvienta que se quedó con el después de saberse que era Omega, sabía que pasaba necesidades, ella siendo una joven sirvienta que lo empezó a cuidar a pesar de que ella también era joven, no lo dejo. Había escuchado a las sirvientas hablar, de que a Nina la hacían hacer trabajo de más, lavar ropa, limpiar los pisos entre otros trabajos, aun cuando su único trabajo era cuidar de el.

Cuando era pequeño, en sus 15 años le había llegado el estro. Una vez que el niño o niña cumpliera los 10 o 11 años podría saberse casta, si era alfa, Omega o beta.

Una vez sabida su casta, si era alfa u Omega, tendría que esperar a su primer estro cuando cumplieran los 15 años, para Edgar no fue más que una pesadilla, en aquel momento no recuerda nada.

Pero, cuando recupero la conciencia se encontraba totalmente débil, con Nina cuidándolo, a su lado.

Aunque Nina no le dijo que pasó, el pudo escuchar vagamente de los sirvientes que cuando llego su estro, Edgar están muy débil. Perdiendo la conciencia y estando inconsciente mientras si cuerpo estaba con fiebre que no bajaba, Nina estaba muy preocupada por el, desesperada por la salud de Edgar. Nina fue con su madre solo para escucharla decir, qué según ella Edgar era “débil” y que el estro era algo normal del Omega, Nina arrodillándose ante ella, su madre la puso a prueba diciéndole que si aguantaba estar arrodillada durante dos días fuera de la mansión, sin moverse llamaría al doctor.

Cuando pasaron los dos días, Nina aún estuvo arrodillada, a la madre de Edgar no le quedó de otra que llamar al doctor, fue cuando el doctor le dijo que estaba muy débil para cuando había llegado si estro.

Esos dos días, en Nina no estuvo cuidando de Edgar, nadie lo había cuidado. Edgar no sabía por cuántas cosas tuvo que pasar Nina por el, Nina realmente pudo elegir ignorarlo y ser como los demás sirvientes, pero ella no lo ignoró. Y Edgar por eso la apreciaba más que a nadie en el mundo.

Pensando en las cosas del pasado, Edgar no se había dado cuenta hasta en aquel entonces. De qué Nina se estaba tardando de más, no creía que llevar la ropa para que otros la lavaran fuera algo que tomase mucho tiempo, la posibilidad de que se haya quedado hablando con alguien no era posible. Nina le había dicho que no se hablaba con ningún otro sirviente, más que con el mayordomo Pedro.

Pensando en ellos, hoy Pedro tendría que venir a buscarlo para enseñarle la mansión, pero no era momento para pensar en eso, por alguna razón sentía una molestia en su corazón, diciendo que algo malo estaba por pasar.

Solo esperaba que no tuviera nada que ver con Nina.

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