capitulo 4

El sonido de las campanas sonando, anunciando que llegan el gran momento esperado, el sol tan resplandeciente, iluminando toda la iglesia por dentro, entrando por las ventanas.

El sacerdote, vestido de blanco con sus ropas sacerdotales, enfrente de la pareja que estaban jurando sus votos.

- Y tu, Edgar Díaz, juras amar a Eduardo Dimitri. En la riqueza, así como en la pobreza,como en la enfermedad hasta que la muerte los separé.

Edgar, sintiendo se un tanto nervioso, miro a su, ya casi esposo. Era mucho más alto de lo que recordaba, con hombros anchos y piernas largas, los músculos apesar de usar traje, no podían disimular su cuerpo ya bien entrenado.

con rasgos faciales bien definidos, con sus ojos grises. dándole a toda su persona, como una persona fría y noble.

- Sí, acepto.- dijo Edgar, ya lo había decidido. No podría seguir viviendo en su casa, no estaba seguro cuánto tiempo podría seguir viviendo.

- ¿ y usted , Eduardo Dimitri? - el sacerdote, mirando a Eduardo. Repitió lo que había dicho a Edgar - acepta casarse con Edgar Díaz, jura amarlo y respetarlo en la riqueza, y también así como en la pobreza, en la enfermedad hasta que la muerte los separé.

Eduardo, miro al sacerdote. - acepto - resonó su voz fríamente.

- con el poder que se me confiere, los declaro marido y marido, ya pueden besarse.

Edgar, estando un poco nervioso. Su cuerpo se puso rígido, aún más cuando sintió unas manos grandes y con callos, tomando su rostro, en cuanto miro a Eduardo , pudo ver cómo sus rostros se acercaban.

aún estando un poco nervioso, se quedó helado ante el comentario de Eduardo, - no esperes que te ame - hablando fríamente, luego. Beso a Edgar en los labios, no fue un beso duradero.

Luego de unos segundos, se separaron. Eduardo miro a su ya esposo fríamente. tomándolo de la mano, pasando entre la gente que lanzaban flores de todos los colores, saliendo de la iglesia.

Recibiendo las bendiciones de todos los familiares, después de eso. Se subieron a su carroza, una vez dentro. Edgar salió de su aturdimiento.

Miro a Eduardo, que es ahora su esposo. Mientras esté también lo miraba fríamente, si las miradas pudieran matar, Edgar sintió que Eduardo ya lo había matado.

mirando a Eduardo, Edgar pensó. Que se debía mantener lejos de este hombre. En su mirada podía ver, que Edgar no era de su agrado.

- no quiero verte enfrente mío, - hablo primero Eduardo, hablando fríamente siguió - vive como si estuvieras muerto. No me causes problemas.

Edgar, sintiendo que se fue la su hogar buscando una vida mejor, resultó que se metió a la boca del lobo. Ahora sí no podría escapar.

Asintiendo levemente, Eduardo lo miro. Frunciendo el ceño y haciendo como si estuviera viendo algo desagradable.

- además, te advierto. Si llegara a tener más esposas no quiero que hagas una escena.

Edgar, ante aquel comentario. Solo sintió que era gracioso, el no se había casando porque amara a Eduardo.

Lo hizo simplemente, para dejar su hogar.

aquellos pensamientos no se mostraron en su rostro, miro a Eduardo con tranquilidad y asintió con la cabeza.

Eduardo, mirándolo con fastidio. Chasqueo lo lengua en molestia - maldita sea, acaso no tienes boca para contestar - lo miro, antes de que Edgar contestará dijo con impaciencia - o acaso eres mudo.

- está bien señor, con respecto a lo que acaba de decir hace un momento, está bien. No pienso molestarlo.

Para Edgar, llevarse bien o por lo menos tener una buena convivencia con su marido era primordial.

Si no, cómo iba a lograr sobrevivir, aún sabiendo que no lo amaba. Para el no era un problema, lo más importante era vivir, más ahora que había logrado llevarse a Nina con el.

No sabía que clase de futuro le esperaba a Nina, aún más abriendo que se tendría que quedar con su madre.

Tuvo que casi rogar por llevársela, Nina fue la única que lo cuido con amor y cariño. tardó en sanar más de lo normal, su padre se había enterado y escucho como gritaban ambos.

Claro que sí padre no fue por preocuparse por su hijo, sino que. Tal y como dicho su padre era para “no dañar la mercancía”.

El pensar que era hijo, de aquellas dos personas. Le revolvía el estómago.

Cuando llegaron a la residencia de Eduardo, un guardia abrió la puerta, Eduardo bajando primero, seguido de Edgar.

El guardia tuvo que ayudar a Edgar a bajar, ya que Eduardo no lo espero ni lo ayudo, se paró enfrente de un mayordomo.

cuando Edgar se acercó, el mayordomo hizo una leve reverencia,- le doy la bienvenida al amo Diaz, mí nombre es Pedro soy el mayordomo de la mansión, si necesita algo no dude en decírselo. espero que se sienta cómodo en el territorio del amo Dimitri.

Edgar, asintiendo la cabeza levemente, miro a Pedro - mucho gusto, espero llevarnos bien. No sé preocupe si necesito algo se lo diré.

Edgar, por dentro suyo no sabía hasta cuando iba a tener que esperar por ver a Nina.

Pedro al ver la mirada inquieta de Edgar, se le ocurrió una idea del porque estaba haci - su sirvienta, Nina lo está esperando en su habitación, esta ayudando a las demás. A preparar todo.

- vete a ti habitación, ahora tengo cosas que hacer.- hablando fríamente Eduardo, se dispuso a irse, dirigiéndose dentro de la mansión.

Edgar vio desaparecer a Eduardo, en cuanto entro.

- si me permite, amo Diaz. Lo puedo ayudar a dirigirse a su nueva habitación.

Edgar, sintiendo. Se dispuso a seguir a Pedro.

La mansión era realmente grande, Edgar tenía miedo de en algún momento perderse, con pasillos largos y cada salón de seguro era enorme, con puertas grandes de roble. Las escaleras parecían no tenes fin, había más de tres pisos.

encuanto entro a su habitación, lo primero que vió fue a Nina, mientras está se apresuraba. hacer una reverencia.

El mayordomo miro ligeramente a Nina, miro a Edgar y dijo - mañana, después del desayuno le daré un recorrido por la mansión. así en un futuro no se llega a perder.

antes de irse, el mayordomo dijo- no se olvidé que si necesita algo, solo dígamelo. Me encargaré de todo- mirando mientras trataba de recordar algo dijo- enviaré a una mucama a avisarle cuando esté la comida.

Cerrando la puerta, el la habitación solo quedó Nina y Edgar.

- amo Edgar, ¿cómo se siente? ¿se encuentra bien?

Ante la mirada de preocupación de Nina, Edgar sonrió levemente- tranquila Nina, todo está bien. Solo estaba pensado- pareciendo pensativo dijo - en que la mansión es realmente grande.

- sí, usted tiene razón joven amo.- Nina, soltó un suspiro de alivio, dirigiendo se a desempacar el equipaje de Edgar.

Mientras Edgar, están sumergido en sus pensamientos.

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Comments

yarley

yarley

siempre que leía historias de casamiento he pensado como le dicen una forma que suene bien cuando casan a un hombre con hombres y se me vinieron demasiadas formas y me gustó más que dijeran , los declaro esposos pero me justo , los declaro marido y marido

2025-01-19

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Maria Elena Sanchez Bautista

Maria Elena Sanchez Bautista

ojalá que Edgar consiga un poco de tranquilidad en esa mansión, que ya no reciba más golpes, me acaparó esta lectura, me fascinan las novelas de alfas, omegas, betas, deltas/Smile/

2024-10-15

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Mildred Álvarez

Mildred Álvarez

Bueno al menos aparentemente el archiduque no quiere tener contacto con él,ya que le dijo que no lo quiere ver frente a él,y que no quería escenas de celos si se volvía a casar,esa es una ventaja para Edgar,aunque no entiendo para qué lo desposo' entonces.

2024-09-30

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