capitulo 11

Nina, que había llegado a la lavandería, bajado su canasta con la ropa, miro a las sirvientas quienes charlaban alegremente antes de que ella viniera, pero que en cuanto la vieron se habían callado.

Aunque a Nina no le gustaba que la gente fuera así sin razón, ella prefería ignorarlos, pero hoy no podía hacer eso, miro a una sirvienta de cabello rubio y dijo amablemente. - disculpa, traje está ropa de mi amo Edgar. - señalando un lugar, dónde se ponía la ropa para lavar en espera.- la podré aquí, luego la pasaré a buscar.

La mucama rubia, que había escuchado a Nina, frunció el ceño en disgusto y dijo groseramente.- ¿por qué tendría que lavarla? - miro a Nina, y dijo con burlonamente.- escuché que tu amo Edgar, es solo un esposo legal, pero que en realidad el segundo esposo es favorecido. Entonces, ¿por qué tendría que lavar la ropa de tu amo? El que es nada más y nada menos que un esposo abandonado.

Mientras la mucama rubia, decía eso muchas de las demás mucamas reían por lo bajo mientras se burlaban.

Nina, al presenciar tal escena y escuchar que insultaban a su amo Edgar. No puedo aguantar y dijo furiosamente.- ¡¿Quién te crees que eres para hablar así de mi amo Edgar?! - para así, terminar abofeteando a la mucama rubia.

La rubia, que no se esperaba tal acción de Nina, con su rostro volteando a un lado, se llevó una mano a su mejilla la cual le ardía. Recuperando sus sentidos, dejo la ropa que tenía en la mano, y le devolvió la bofetada a Nina, aún con más fuerza, pues. La rubia era un poco más corpulenta que Nina.

Nina, que se esperaba que la rubia le devolviera la bofetada, estaba a punto de lanzarse encima de la rubia, se detuvo solo, porque logro ver cómo un joven albino, que entraba a la lavandería, frunciendo levemente el ceño, Nina tuvo el leve presentimiento de que debería evitar a esta persona.

Lucas, que había llegado a la lavandería. En cuando entro, mirando a las mucamas y a Nina, frunció el ceño y dijo con una expresión confundida. - ¿que está pasando aquí?, ¿por qué se escucha tanto alboroto?.

La mucama rubia se adelantó a hacer una reverencia a Lucas, junto a las demás mucamas. Se apresuró a explicar.

- amo Lucas, es que por culpa de esta sirvienta no podemos hacer nuestro trabajo en paz, vino a dejarnos una canasta de ropas, como no podamos lavarlas justo ahora como ella quería, empezó a hacer un escándalo, diciendo que como ella servía al primer esposo del amo Eduardo. Nosotras tratamos de decirle amablemente que tendría que esperar un poco para poder lavarle la ropa, pero ella no quiso entrar en razón- la rubia, empezó a llorar mientras continuaba- entonces, me golpeó.

Las demás mucamas asintieron dándole la razón a la rubia y apoyando si versión. Nina, que escuchó todo lo que dijo la rubia, miro con disgusto a la rubia y se apresuró a explicar, -¡eso no es cierto!.

Lucas, que en realidad sabía lo que había pasado, el no tenía pensado ayudar a esta cosa, en realidad, ya que tanto cariño le tenía a su amo Edgar, él le daría el gusto de servirlo.

Miro a Nina, y dijo con enojo. - ya sea que paso así, o no las mucamas tienen mucho trabajo. - haciendo un gesto como si creerá. Dijo con una gran sonrisa, mientras mira la canasta ya con ropa-, ya que están muy ocupadas, no estaría mal de que tú, - mientras señalaba a Nina, señaló después ropa.- lavaras esa ropa, no ahí suficiente personal en la lavandería, mientras me encargo de conseguir más. Tú podrías encargarte de esa ropa.

Nina, que sintió la mirada de Lucas sobre ella, sintió un escalofrío. Viendo que el era el segundo esposo de Eduardo, pudo notar que esté joven a pesar de tener belleza contenía mucha maldad.

Asintió, y dijo - está bien, amo Lucas. - aunque no quería dirigirse a aquel joven como “amo”, no le quedaba de otra, el joven era esposo del dueño de la mansión y ella aunque servía a un solo amo, era algo obligatoria para todo sirviente.

Mientras Nina, tomaba la canasta de ropas, y se apresuraba a ir a lavar noto las miradas burlonas de las demás sirvientas. Ignorando las miradas maliciosas, se apresuró a lavar la ropa.

Solo tenía algo en mente, y era que su joven amo lo estaba esperando.

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Lucas, que ya se había retirado de la lavanderia, aquel lugar le dio asco. No podía creer que hubiera tanta ropa sucia que lavar, además de que a él no le gustaba estar en partes que solo la servidumbre tenía que estar.

Miro a su sirvienta, quien le había servido el té, mientras lo probaba, la leve imagen de Edgar apareció en su mente, haciéndole hervir la sangre.

Tiro el té sobre su sirvienta quejándose, - ¡¿ACASO ESTÁS LOCA?, - si rostro estaba totalmente enfurecido-¡¿QUIERES QUEMARME LA BOCA CON EL TÉ?!

La sirvienta que había sido quemada, por el té que están caliente, no le importo el dolor de la quemadura se apresó a arrodillarse y a pedir perdón. Mientras lloraba. - perdonarme... Por favor... Por favor … No fue mi intención.... No lo volveré a hacer.

Lucas, mirando a la mucama arrodillada pidiendo perdón se sintió un poco mejor, realmente sentía odio por aquel omega, la posición de primer esposo tendría que ser de el, la mansión y si no fuera por el, ahora el sería el único esposo de Eduardo.

A pesar de no amar a aquel tonto alfa, le era útil pues, era tonto pero no inútil. Y Eduardo le daba todo lo que el quería, solo… Únicamente qué cuando le prometió que el sería el primer esposo, no se lo pudo dar, ya que sus padres se lo impusieron.

Pensando en ello, sintió aún más odio hacia Edgar, se quería librar ya de ese estorbo.

Mientras más pensaba en que podría hacer, de pronto una gran idea le vino a la mente, con una sonrisa brillante, miro a la sirvienta aún arrodillada y le dijo fríamente. - si quieres que te perdone, solo tienes que hacer una cosa por mí. - mirando que está asentía frenéticamente, sonrió y dijo - pero si alguien más se llega a enterar de esto.- haciendo una pequeña pausa, para darle a entender que no le convendria que alguien más supiera de esto.

Mi

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