Reconciliación II

Kevin Montiel

Sander como siempre inquieto, no dejaba de preguntar.

¿Qué pasa contigo? No te vi jugar ningún partido de la temporada, y ahora estos entrenamientos extra solo se realizan para los jugadores que están fuera de forma y no creo que sea tu caso.

—¿Kevin, dime qué pasa? ¿Es algo de lo que debemos estar enterados?

—¿Necesitas nuestra ayuda? Sabes que eres mi hermano menor y aquí estoy.

—Dejen la bobada, el entrenador desarrollo amor por mí, y se niega a vivir un mes lejos sin mí, ja, ja, já.

-Sabes que eres un idiota, pero cuando nos quieras hablar de eso aquí estamos amigo, me dice Sander.

-Saben que estoy bien, que es algo que puedo superar, no se preocupen, que ustedes siempre sabrán si los necesito-

Ellos me abrazan, es el abrazo que necesito para recargarme.

Llega la siguiente temporada, ya estoy mentalmente preparado para el suplicio que se vendrá, pasan nuevamente seis meses, estamos a la mitad de temporada y mi situación sigue casi igual, a diferencia que quizás por lástima algunos compañeros ya me hablan e interactúan conmigo, abonemos que ya manejo el idioma a la perfección.

Por fin el entrenador me permite jugar un partido, me sentía como la primera vez que pise una cancha eufórica, con la adrenalina corriendo por mi cuerpo.

Había tanto en juego en ese partido que el entrenador me dijo, - llego tu hora de brillar y muestra de que estás hecho niñato.-

Sus palabras fueron como un presagio, jugué esos 90 minutos, como nunca, en ellos recobré la fe en mí mismo, la confianza de mis compañeros y la admiración de la fanaticada.

A partir de ese partido continúe siendo titular.

A Mar no la había visto, enviaba a su casa las flores que más amaba, pero siempre eran devueltas.

Ya al menos Silvia está nuevamente de mi lado, me dio una sugerencia de que hacer con las flores que enviaba, así que la acepte.

Orquidea Mariposa

Al terminar la temporada y saber que mi contrato con el Dinos terminaba. El equipo decidió hacerme una pequeña despedida, ya éramos familia.

El entrenador se acerca y me dice.

— Bien, niñato, estás hecho de buena madera, no me odies, porque al final te hice más fuerte. Aunque te impusiera las pruebas que William pedía para que desistieras —sonrió de medio lado. Todo eso fue obra de mi suegro, me enteré de que fue el benefactor de mi tortura, sé que lo merecía.

Para este año regrese al club Manches, como era el acuerdo, claro que aproveche antes del inicio de la temporada para ir a América a buscar a Mar, pero para mi suerte ya no estaba ahí.

El regreso con el club Manches fue mucho más fácil, están Sander, y Stefano, definitivamente es, estar en casa.

Paso nuevamente un año más alejado de Mar, supe que fue a cubrir una expedición al Everest a la cual la seguí, pero no tuve acceso a ella.

Ahora son tres años, lejos de mi francesa, no sé si ya me olvido, pero yo a ella día a día la tengo presente.

El inicio de la nueva temporada llego, como siempre la misma rutina, lo único diferente es la nueva presidenta interina, con la que ahora estamos tomando unas bebidas, la cual está lanzándole indirectas a Stefano, sé que esa rubia lo tiene babeando.

Una noche aparentemente tranquila, hasta que ahí está ella.

Ver a Mar durmiendo en mi cama, sobre mi pecho era algo irreal. Después de tres años, donde por idiota la perdí.

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