15 minutos de fama

Mar Moreau

Invite a un amigo, al Bar la Francesa, sé que es de Kevin y que allí estaría. Si soy una tóxica, pero quería verlo, quería ver qué no estaría con otra chica.

Lo veo allí con sus amigos y con Soledad Massin, he pasado, por tanto, en mi vida que el hombre que amo, se olvidó de mí por 15 minutos de fama.

Mi madre murió al darme a luz, mi padre se hizo cargo de mí siempre, he sido su princesa, la niña de sus ojos.

El es el mejor narrador deportivo de fútbol internacional, así que su trabajo no tenía sede fija.Un trabajo que le exigía viajar constantemente y una bebé a bordo, complicaba las cosas.

Mi tía me cuenta que mi padre se alejó de todo, que mis abuelos quisieron hacerse cargo de mí, así que pelearon mi custodia y ese fue el peor error, ya que papá nunca les perdono que lo quisieran alejar del único recuerdo y regalo que mi madre le dejo.

Papá ganó mi custodia. Tiene muy buenos contactos, que le colaboraron. Mi padre es un hombre muy apreciado y reconocido por muchas personas. Mis abuelos maternos intentaron estar cerca de nosotros, pero él no lo permitió.

Mi tía Silvia, quien es menor que mi madre por 10 años, con sus 19 años recién cumplidos decidió ir a vivir con nosotros para ayudar en mis cuidados. Ella dice que no fue fácil que mi padre la aceptará después de los inconvenientes surgidos con mis abuelos.

Mi tía me cuenta que era el quién se encargaba de alimentarme, cambiarme el pañal y bañarme. Su mundo era yo, que él cayó en una profunda depresión, donde mi presencia fue su única luz en medio de la oscuridad.

Papá, se negó a dejarme para continuar con su trabajo, tomo un año sabático. Los medios lo extrañaban y el público comenzaba a aclamarlo.

Ante el llamado de la fanaticada su regreso lo realizó con una exigencia en especifico un apartamento cerca de donde estaría, con tres habitaciones y personal de servicio. Así comenzó esa travesía, mi padre nunca me dejó fuera de su vida.

A medida que fui creciendo, me llevaba a los estadios, me presentaba como su máximo orgullo, lo escuchaba narrar cada partido, allí nació el amor por esta profesión y por el fútbol.

Con los años él y mi tía formalizaron una relación, ellos son una grandiosa pareja, los amo.

Mis estudios siempre fueron por medio de tutores y mi tía siempre me ayudó, es a quien considero mi madre.

Cuando cumplí 12 años mi padre ya con 45 años , decidió que era momento de dejar de ser nómadas, además venía en camino mi hermano Joel.

En Manches, le ofrecieron un contrato jugoso además para ser socio de un canal televisivo, propuesta que decidió aceptar. Ahí comenzó mi vida en esa ciudad por primera vez asistía a un colegio. Mis clases habían sido personalizadas, estaba bastante adelantada. Terminé mi colegiatura a los 15 años, e inicié en la universidad para estudiar, trabajo social y periodismo deportivo.

La primera vez que vi a Kevin fue en las eliminatorias de la sub-17, era un chico divino, me enamoré de solo verlo.

—Mami te presento tu futuro yerno —dije. Lo señalé con mi mano, mientras ella solo sonríe. Papá llegó en ese momento, frunció el ceño.

—Estás muy chica para andar pensando en eso—dijo mi padre. Cruzándose de brazos y colocando su cara de molestia.

—Papi no estoy diciendo que me casaré ahora con él, pero si más adelante, así que ve conociendo a tu futuro yerno —papá sonrió al igual que mamá y el movía su cabeza en señal de que no sabía lo que estaba diciendo, pero mi corazón sí.

Siempre hemos tenido mucha confianza entre nosotros, ellos además de ser mis padres son mis amigos y secuaces

Cree una cuenta falsa en Facebook y en Instagram, y no me Perdia ninguna de las publicaciones, que hacía mi futuro esposo, siempre lo comentaba y le daba like. Así fue como supe que participaría en el Mundial Sub-20 casi tres años después de que lo vi por primera vez.

Papá ese día transmitiría por su canal y sería el encargado de narrar el encuentro. Le pedí que por favor me llevará a los vestidores, quería verlo y desearle suerte.

Ante mis súplicas el accede, vi a mi futuro esposo, tan sexi con su uniforme deportivo, listo para salir a la cancha, nuestros ojos conectaron, me logré perder en esa mirada oscura. Me acerqué le di un beso en la mejilla y le deseé que fueran campeones.

—Hoy haré un gol en honor a esos ojos de topacio azul —me dijo Kevin. Solo sonreí y salimos y así como lo dijo lo hizo. Sander estaba cerca del arco, listo para penetrarlo, pero en un giro inesperado, le pasó el balón a Kevin ¡Goool! ¡Gol!.

Después de la anotación se acercó a las gradas donde estaba con sus manos hizo un corazón, si antes lo amaba ,ahora estaba loca por él.

Papá decidió regresar a Francia, quería abrir una sede del canal televisivo, además que mamá quería compartir con los abuelos, había pasado tantos años sin verlos, los achaques de ellos estaban llegando y era su única hija.

Yo decidí quedarme en este país aquí estaba mi vida y el hombre que amo. Era la primera vez que me alejaba de mis padres, que viviría lejos de ellos. Con el sentimiento de nostalgia por verlos partir y mis padres de dejarme. Papá me pidió solo una cosa.

—Hija prométeme, que nunca permitirás que ni Kevin, ni ningún otro hombre te menosprecie, te hagan a un lado, que nunca aceptaras ninguna clase de violencia en tu contra y aunque duela en el alma te apartaras — Asentí. —No olvides papá siempre estará para ti, cuando sientas que te asfixias, solo llámame, estaré aquí, y te ayudaré a recoger los pedazos —dijo mi padre. Esas palabras siempre han llenado de alegría, saber que tienes alguien incondicional es muy gratificante. Abrazo a papá. Y él me susurra —Promételo.

— Lo prometo papi, pero te voy a mostrar que Kevin no me va a romper el corazón, será mi esposo —dije. Él solo asintió

Entre Kevin y yo nació una relación hermosa, él estaba estudiando Derecho Administrativo en otra universidad, pero para estar cerca de mí, decidió también estudiar Trabajo social y periodismo Deportivo, sin dejar sus entrenamientos deportivos, ni su carrera como futbolista.

Él es un chico prodigio de intelecto superior, con una memoria fotográfica envidiable, así que adelanto cursos, yo le ayudaba en todo lo que podía aunque era al contrario, ya que él es un genio.

Dos años después nos graduamos, Kevin con dos titulaciones, estaba emocionada, ya teníamos 20 años. Decidí iniciar una maestría en Periodismo Deportivo, él igual.

Prácticamente, vivíamos Juntos, la verdad es que compartiamos todo, mi apartamento solo lo visitaba una vez a la semana.

Su carrera deportiva pasaba por la mejor etapa, era un volante cotizado, su pase se evaluaba cada vez más, pero con la fama, vino el alejamiento, el comenzó a olvidar, mi cumpleaños, nuestro aniversario. Siempre lo excusaba diciéndome que era mucho trabajo, que la causa eran los entrenamientos, la maestría, no quería ser la mujer sofocante.

Habíamos programado una salida para ir a bailar con unos compañeros de la universidad, y nuevamente él no llego, al ser una figura pública alguien tomo un vídeo de él en un bar, junto con sus amigos. Ahí me di cuenta de que deje de ser importante para Kevin, llore como nunca, llame a papá, recogí mis cosas, cambié de ciudad, universidad.

Papá cómo lo prometió vino por mí, me abrazo y llore como una niña pequeña en sus brazos, el no dijo nada cumplió con su promesa de ayudarme a recoger los pedazos, de mi corazón.

Mar Moreau

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