Abandono

Kevin Montiel

Vi a Mar ingresar al bar al lado de un chico, mi corazón se estrujó, pensando que ella me había olvidado. Que definitivamente, no desea darme una oportunidad, a estas alturas juro que ya no sé qué más hacer.

Amo a Mar como a nada en el mundo, fue un amor a primera vista,

Inicio Flash

Estábamos listos para salir a la cancha, el último partido de la copa sub-20, cuando la vi venir junto a su padre el gran William Moreau. Sus ojos azules brillaban, me perdí en su mirada y mi respiración se aceleró, tenía en frente a la mujer más hermosa.

Ella se acercó a mí, me saludo con un beso en la mejilla, que me dejo en estado de shock, hasta cuando escuche su linda voz

—Deseo que sean campeones, suerte — dijo ella mi corazón latió

—Hoy haré un gol en honor a esos bellos ojos—

Ella sonrió, esa sonrisa me recargó de fuerzas, me sentía imparable.

Soy el centrocampista, el jugador que organiza el equipo, doy el equilibrio al equipo robando el balón al equipo contrario. Pero también poseo la capacidad para construir el juego, dar pases a los delanteros y hacer goles. El que ayuda atacar si es necesario, a defender, siempre manteniendo una estrategia y reorganizando el equipo.

Posiciones del fútbol

—Sander, espérame necesito contarte algo y pedir tu ayuda —digo. Él frunce su ceño y hace un gesto de sorpresa, mientras continuamos caminando hacia la cancha.

—¿No puede esperar al final del partido? —muevo mi cabeza negando —Cuéntame entonces —

—Acabo de conocer a mi futura esposa, la madre de mis hijos —digo. Él abre sus ojos.

—¿La hija del Francés? —Interroga. Así apodan a William, es de Francia y siempre mantiene en alto su bandera. A ella le dicen la francesita.

—Sí, es ella, le prometí que haría un gol en honor a esos ojos azules —Él se agacha a acomodar sus canilleras, me mira por un momento.

—Si eso fue lo que prometiste, buscaremos la oportunidad para que cumplas.

Era un partido difícil, la oportunidad de penetrar el arco contrario está muy complicada. La estrategia del equipo adversario es llegar a los puntos penales, para así definir el partido. están jugando a defenderse, no hay ataques, el partido se realiza prácticamente en su media cancha. La defensa, los volantes todos están defendiendo el arco, siendo casi impenetrable.

Ya faltando dos minutos para terminar el partido agotados de correr, de buscar un gol, por fin se da la oportunidad. Ante un mal pase del arquero. Tomo el balón y realizo un amague divisando a Sander que está habilitado y en posición de lanzar, hago el pase, él me hace esa mirada complicidad. Sé que es arriesgado, sin embargo, es nuestra única posibilidad de cambiar el marcador. Además tengo una promesa que cumplir así que me arriesgo y corro hacia la parte derecha del arco, sin caer en la trampa de ser deshabilitado. Sander hace el amague de lanzar hacia el arco, ahí es cuando hace un giro sorpresa y me lanza el balón, el cual tomo, y sin pensarlo lo tiro directo al arco, cumpliendo mi promesa.

Salgo corriendo hacia las gradas y diviso a mi francesa, hago con mis manos la señal de un corazón y se lo envió.

Fin flash

Mi vida

Mi madre me abandonó cuando tan solo tenia 4 años, mi padre se dedicó a beber sin parar, al igual que a golpearme y hacerme sentir miserable, culpable de que nos haya dejado.

pensaba que si estudiaba, que si era el mejor en lo que hacía quizás ella regresaría, y mi padre volvería a hacer el de antes.

Así que me dedique a los libros, buscaba todo lo que me mantuviera fuera de casa olvidándome del infierno que vivía allí.

A mis 6 años, Gracias a mis notas sobre salientes y mis habilidades como jugador de futbol me dieron una beca para entrar a la escuela de soccer.

Ahí conocí a Sander y Stefano, congeniamos desde el primer día.

La madre de Stefano es una mujer de un enorme corazón, siempre haciendo caridad, una de ellas yo.

Mi padre murió cuando yo tenía 10 años de cirrosis hepática, su muerte fue muy dolorosa, lo escuchaba quejarse y retorcerse a diario de su tormento, los analgésicos no paraban su sufrimiento.

Nunca se disculpó por los golpes que me dio, por las palabras que me dijo, hasta al último día de su vida vi en su mirada odio hacia mí.

Me dejó solo, sin ningún pariente.

Los padres de Stefano me adoptaron como su hijo, y el cómo su hermano, nunca han hecho diferencia entre los dos; sin embargo, aun así me siento como el cachorro abandonado.

La única forma que tenia que tenia de compensar ese cariño, era siendo el mejor, además que cuento con una memoria fotográfica.

A los 14 años ya estaba en la universidad estudiando derecho administrativo.

Cuando Mar apareció en mi vida lo iluminó todo, investigue todo lo que pude sobre ella, ingresé a sus perfiles de Facebook, instagram, supe que estaba estudiando trabajo social y periodismo deportivo que iba en tercer año, me inscribí en la misma universidad.

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