Reconciliación I

Mar Moreau

A mi regreso a Francia, con el corazón destrozado y la firme convicción de que no podía permitir que otra persona por más que la amara me pisoteara, sin saber por dónde comenzar, sin ganas de levantarme, pero como siempre ahí estaba mi padre, quien nunca soltó mi mano.

Al llegar, mamá, tenía mi postre favorito, sin las más mínimas ganas de comer. Lo hice, no podría despreciarla. Luego de comer y entre sollozos, con los ojos inundados de lágrimas, subí a mi habitación.

Mamá y papá siguieron mis pasos, me recosté en la cama, con el rostro lavado en llanto, mi nariz roja de tanto limpiarla y mi garganta seca de gimotear.

—Tienes una semana para llorar todo lo que quieras, para sentir que el mundo se te cayó encima, pero después de esa semana te vas a levantar y vas a sacar la guerrera que tienes dentro —me dice papá mientras se acerca y me abraza. Con mis ojos chiquitos de lo hinchados que los tenía, lo miro y asiento. Solo sé que durante esa semana parecía un alma en pena, no me apetecía comer nada, mis ojos estaban inflamados y con círculos negros debajo, me dormía llorando y despertaba de la misma forma.

Al pasar la semana, papá entro a mi habitación diciéndome

—Termino el tiempo de los lamentos, necesito que mañana te presentes en la oficina, hay eventos que cubrir y te necesito, también debes ir a la universidad a arreglar lo de tus clases para la maestría, como te das cuenta el mundo no se detuvo.

—Pero... Trato de protestar, pero mi padre no me deja, me abraza y me da un beso en la cabeza.

—Nena sé que duele y va a doler durante mucho tiempo, pero quedarte aquí llorando no soluciona nada, al contrario, te hace más daño y recuerda que lo que no te mata te hace más fuerte.

Al día siguiente como lo dijo papá, pase a la universidad y organice mi horario para continuar mi maestría en línea, ya que lo más seguro era que tuviese que viajar, Pero nunca imagine que me enviaría al otro lado del mundo.

Al llegar a su oficina, como siempre paso sin ser anunciada.

—¡Qué bueno que ya estás aquí hija! Tengo eventos en Norte América y necesito que los cubras.Martha ya tiene los pasajes listos, tu madre va contigo necesita descansar, yo organizo algunas cosas pendientes que tengo, espero que Joel salga de vacaciones del colegio y las alcanzo.

—Papá, pero para las vacaciones de mi hermano aún faltan tres meses, ¿cuánto tiempo voy a estar allí?.—pregunto

—Son muchos los eventos que están programados para esta temporada allí así que quizás mínimo sea un año —me responde el con toda la calma del mundo.

—Pero papá —protesto.

—Pero nada Mar, ve y alista tus maletas a las seis deben estar en el aeropuerto.

No digo nada más y acepto, voy a casa miro mis maletas aun hechas no había desempacado, pero decidí que no llevaría nada compraría todo nuevo, no quería ningún recuerdo que lo pudiese traer a mi mente, aunque jamás ha salido.

Escuche el toque de la puerta, la voz de Kevin suplicando querer verme, a papá muy ofuscado, mientras yo quería solo salir corriendo y abrazarlo, me detuvo el temor de que me volviese a fallar, de nuevas promesas rotas, así que deje que lo echara.

Los dos primeros años luego del rompimiento con Kevin, papá me llenaba de trabajo y eventos en América, tuve que trasladar mis estudios hacia allá, además parecía empeñado en que no regresara a Europa.

La verdad era que no importaban los kilómetros que me separaran de Kevin, no lograba olvidarlo, siempre me las ingeniaba para saber de su vida,

El futbol femenino cada vez cobra más fuerza, estaba cubriendo el evento del club deportivo Manches y el club Rubin, estas mujeres son muy aguerridas, sudan la camiseta y dejan el alma en la cancha, al contrario de futbol masculino su juego es mucho más limpio, sin roces, sin buscar dañar físicamente al contrincante, siempre van por el balón, no hay choques provocados cuerpo a cuerpo.

Obviamente, no falta la jugadora temperamental, estaba examinando, cada por menor, cuando escucho una voz.

—Veo que te tienen deslumbrada el juego del futbol femenino.

—¿Eres? —pregunto a la Rubia que se me acerca.

—Mucho gusto Soledad Massin —ella estira su mano para saludarme, la cual acepto.

—Mucho gusto Mar Moreau, y a tu pregunta si.

—Que bien me gusta esa respuesta, tengo una propuesta para ti.

Al terminar el partido, vamos a almorzar ella me propone ser la jefa de prensa del club femenino, propuesta que dudo en aceptar por que no quiero, y si quiero que dilema, estar cerca de Kevin.

Le cuento mi historia de amor y desamor.

—Mar, ya que me has tenido la confianza para contarme esa etapa de tu vida, te diré que mis planes son más ambiciosos, sé que aún faltan muchos años, pero quiero estar preparada para el día que tenga que asumir la presidencia del club masculino, quiero a mi lado un equipo de mujeres, quiero igualdad.

Así seguimos charlando durante mucho tiempo, arreglando lo por menores, del contrato, -Soledad, mi única condición es que quiero estar tras bambalinas- veo como ella se carcajea.

—jajajaja, Mar, no te afanes que, para esos hombres machistas el futbol femenino es una burla e invisible.

—Pues haremos una gran campaña publicitaria para que sea reconocido y visible, así que aquí tienes a tu jefe de prensa.

Desde ese día nació una gran amistad entre Sol y yo.

Así paso un año más separada de Kevin, extrañándolo cada día.

Soledad, sigue insistiendo en que lo busque y le dé una nueva oportunidad, pero tengo tanto miedo.

Por lo tanto, me concentré en las campañas publicitarias, dando a conocer y mostrar el arduo trabajo del Club femenino Manches. Usé todos los medios, el utilizar las redes sociales fue nuestra mejor herramienta.

Hace un mes el padre de Sol, tuvo una recaída en su salud, razón por la cual ella se hizo cargo del club de futbol masculino Manches, como presidenta interina.

Ella no ha desaprovechado un segundo, comenzó a nombrar a mujeres en cargos de alto nivel, a mi como la jefe de presa, pero me jugo sucio, la muy mala amiga.

📱—aló.

📱—Mar amiga, hablas con Sol.

📱—si dime.

📱—Vente rápido para el club "La francesa", no sabes a quien me encontré aquí.

📱—Sol, ese es el bar de Kevin, no me digas que esta con alguien.

📱—Dile a Chris, que te acompañe.

Como la gran tonta, caí en su trampa, pero realmente no me arrepiento. Sonrió para mis adentros, sintiendo esos brazos que tanto extrañé.

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