Abandono II

Agradecimiento.

Hola, chicas, lindas y hermosas que nunca les digan lo contrario, quiero darles las Gracias por leer mi novela. Me encanta saber lo qué piensan, como les ha parecido. así que comenten.

Quiero enviar un saludo muy especial con todo mi cariño a Silvia Navarro que pronto te mejores y estés de nuevo con nosotros, se te quiere y extraña

Kevin Montiel

A la semana que la vi en el estadio, ya estaba inscrito en su universidad y en la misma carrera que ella estudiaba. Presenté los exámenes para que me aceptarán, el semestre iba por la mitad, debía mostrar que estaba nivelado, cosa que no fue dificil. Muchas de las clases serían en línea.

Las veces que asistiría sería para presentar los exámenes.

Comenzamos a salir, al cine, a tomar algo, al mes nos hicimos novios.

Cuando ella cumplió su mayoría de edad hicimos el amor por primera vez.

Yo fui su primer hombre, fui al que ella le entregó su primera vez. La sentí estremecerse entre mis manos, la vi temblar de placer, la escuché gemir y gritar mi nombre, fuimos uno solo.

Compre un apartamento porque quería tenerla cerca de mí todos los días de mi vida. Cada vez la relación se hacía más seria.

Prácticamente, vivíamos juntos, ella había llevado la mayoría de sus cosas al apartamento.

Mis inseguridades atacaron y comencé a fallarle.

La primera vez que la falle fue el día de su cumpleaños número veinte. Lo olvidé por completo, ese día me invitaron unos compañeros del equipo a celebrar; el nuevo contrato que había conseguido para la próxima temporada, era de millones de dólares. La olvidé a ella, la dejé de lado….

Cuando recordé que era su cumpleaños, le compré un anillo, un ramo de rosas, una botella de vino. Y yo como el plato principal, llegué pidiéndole perdón y ella lo aceptó.

La segunda vez fue tres meses después en nuestro aniversario número tres. Mi Francesa me había pedido llegar temprano. Me tenía una sorpresa, pero decidí salir con unos amigos, Sander y Stefano no estuvieron de acuerdo; sin embargo, como siempre me apoyaron.

Ya sabía que Mar con una buena faena de sexo, me perdonaría. Ella últimamente disculpaba mis ausencias, pensaba que todo era parte de los compromisos que adquiría por el equipo.

Nunca le he sido infiel, ni con el pensamiento.

La última vez, cuando la perdí, ella me quería presumir ante nuestros compañeros de maestría. Para mí Francesa esa cena era importante, me lo había dicho durante la última semana, existía una compañera que siempre la molestaba ya que pocas veces me veían por allí.

Yo hice caso omiso a sus deseos la verdad tenía mucha pereza de asistir y la dejé sola, le volví a fallar.

Ella llamó varias veces, ignore el teléfono, ya sabía cómo la contentaría, así que me dediqué a disfrutar, lejos de ella. No quería escuchar sus reclamos así que fui y me quedé en el apartamento de Stefano.

Sabía que tenía un cubrimiento en Francia, que tendría 2 días más para estar tranquilo y preparar el detalle de reconciliación. cuando llegué la compensaría, ambos, disfrutaremos.

No había ido al apartamento en esos días, el día que regresaría le organice una cena, con velas y una noche romántica, pero ella no llegó, tan poco llamó, ni contestó el teléfono.

Fui a la habitación a buscar el número de alguna compañera para llamar, cuando abro no estaban sus cosas, no había nada,

Me derrumbé, mi mundo cayó, por imbécil perdí lo que más amaba, y mi mayor temor se hizo realidad.

Llame a Stefano quien no dudo en ir en mi auxilio, llegó junto a Sander, me escucharon llorar hasta dormirme.

Al día siguiente mis padres estaban ahí también

—Cuando superaras el pasado, mi amor acaso, no hemos sido lo suficientemente buenos padres para ti —mamá me dijo

No era capaz de responder nada, aunque quería dejar ese sentimiento de abandonó que me marco, no podía. Ahora sufría las consecuencias.

Así paso casi un mes, no quería hacer nada, ni Sander, ni Stefano lograban sacarme de mi depresión.

—¿Qué piensas hacer además de seguir lamentándote? Y echado en esa cama —me dice Trebor. Quien llegó, lo mire con rabia —Es bueno que me mires con odio, ya que es un avance. Así que levántate, mueve el trasero y báñate. La Francesita está en Francia en casa de sus padres, ganar su perdón no será nada fácil.—

—Aun tengo compromisos aquí, ¿Aunque ahora no sé?

—Logre que el club me vendiera tu pase, esa es la buena noticia. La mala que ahora nuevamente eres pobre; las indemnizaciones que tuvimos que pagar por haber faltado al contrato te han dejado en la quiebra —me anuncia Trebor, pero la verdad eso no me importa.

—Eso no es importante, lo único que quiero es a mi Francesa.

—Allí voy, te conseguí un nuevo contrato en Francia. Para un equipo de segunda división, William, se ha encargado de que te cierren las puertas. Así que ahora tienes que mostrar de que estás hecho, tomarás terapia debes superar ese trauma.— Trebor como siempre me habla con un tono autoritario. No me da tiempo de pensar.

—¿Cuánto tiempo será?

—El contrato es solo por dos temporadas y luego regresarás, para fichar nuevamente en el Manches. Párate antes de que el mundo te vuelva a golpear. —Termina diciendo él.

Trebor, Stefano y Sander me acompañaron hasta que me instalé en la nueva ciudad.

Sander y Stefano, no me querían dejar solo, pero tenían compromisos con el equipo y les tocó regresar al día siguiente.

Trebor, se quedó conmigo las dos siguientes semanas, definitivamente adoptaba el papel de papá. Me llevó a la sede del nuevo equipo, me dejó instalado, y se marchó. Sin antes recomendarme

—Toma las cosas con calma, deberás ganar un perdón y no será fácil —me recuerda Trebor.

No tenía la paciencia para esperar. Así que no hice caso, tan pronto él abordó el avión yo fui rumbo a la casa de William, para ver a mi Francesa. Su padre me recibió con un golpe, el cual me había ganado a pecho.

Hasta el día de hoy le suplicó por una oportunidad, al menos ahora me dirije la palabra.

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