Capitulo XIX

-General soy yo – el hombre que se escondía en el callejón se llevó el teléfono al oído para informar su hallazgo.

-Espero que tengas buenas noticias para mi – dijo el hombre con la cicatriz de una quemadura en la cara.

-Lo encontré General – el hombre se escuchaba ansioso mientras apretaba en su mano un pedazo de papel con algo escrito.

-No lo pierdas de vista esta vez o sabes cuáles serán las consecuencias – gruño el General, hace un tiempo el mismo hombre había entregado pistas que no llevaron a nada y un impaciente General no estaba dispuesto a soportar otro error de su parte.

-Esta vez tengo… tengo la matrícula del automóvil del omega – respondió el nervioso hombre.

-Bien… tráeme a ese maldito, pero si fallas….Será tu cabeza la que usare como tiro al blanco – el General colgó la llamada malhumorado, había esperado encontrar al omega desde hace años y por una extraña razón siempre se escapaba en el último minuto.Pero esta vez lo traería de vuelta sea como sea y lo haría pagar, lo haría sufrir de todas las maneras posibles mientras llevaba su cuerpo al límite con cada nuevo experimento.

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Yun aún permanecía acostado en la pequeña cama, había pasado una semana desde el intento de secuestro de Mika, el golpe en su costilla había dejado un gran hematoma que ahora tenía una coloración azul rojita en su costado.El dolor aun se presentaba cuando el omega hacia movimientos bruscos, al igual que el, Mika seguía descansando, no había salido de su habitación desde el día del incidente, el pequeño omega había sido visitado por diversos médicos, pero ni una sola vez por su padre.

El omega se vistió con ropa deportiva y se dirigió hacia el gimnasio de la mansión, su resistencia física había disminuido en el tiempo que trabajaba para el Presidente Thomas, así que decidió que debía retomar su rutina de ejercicios.

Llevaba casi 40 minutos de ejercicio cuando una hermosa melodía lo saco de su concentración, bajo las pesas y tomo una pequeña toalla con la que seco su sudor, se puso de pie y camino en dirección al suave sonido.

Salió al pasillo, miro a todos lados, pero no vio a nadie, continuo avanzando hasta que llegó al lugar donde se elevaba el volumen, se paro afuera de la puerta unos segundos y solo escucho las notas que una a una entraban en sus oídos, la sensación de paz fue inmediata, era como un viaje mágico.Yun quería escuchar más, cuidadosamente giró la manilla de la puerta y la abrió lentamente, al entrar pudo ver al pequeño omega sentado frente a un hermoso piano antiguo.Tenia los ojos cerrados y sus dedos se deslizaban con gracias por las teclas.

Yun no supo cuánto tiempo paso, pero la tranquilidad que transmitía el pequeño omega al entonar esa canción era inigualable, se veía relajado y feliz, Mika finalizó la pieza y soltó un gran suspiro de satisfacción.

-Eso fue hermoso – dijo Yun.

Mika ahogo un pequeño grito ante la sorpresa de su inesperado espectador, el pequeño omega miro a Yun sentado en un costado del salón, vestía ropa deportiva, aun tenia gotas de sudor que bajaban por su rostro y su cuello hasta perderse en su ropa, se Veía muy joven a diferencia de cuando usaba el traje oscuro, Mika no pudo evitar sonrojarse con la presencia de Yun.

-Lo lamento no quise sorprenderte, yo solo quería ver de dónde provenía esa hermosa melodía – Yun sonrío y se preparó para salir del salón, pero la pequeña voz de Mika lo detuvo.

-Gra…gracias… - tartamudeo el pequeño omega

Yun se giró en dirección a Mika y respondió con una amplia sonrisa – ya te había dicho que no era necesario –

-Podrías….Podrías quedarte un poco más – Mika estaba sentado con la mano sobre las rodillas y la cabeza agachada, Yun lo observo y no pudo negarse.

-Muy bien, con la condición de que toques algo más por favor – el pequeño omega sonrío ampliamente ante la respuesta de Yun, rápidamente Mika comenzó a mover sus manos sobre el teclado y poco a poco una hermosa melodía llena el salón, era un sonido delicado pero cargado de sentimientos, Yun miraba al pequeño omega, era perfecto con su cabello rubio y ojos morados, pero había sufrido tanto como él.

Ambos omegas estuvieron en silencio durante un tiempo en el salón, Mika tocaba el piano y Yun escuchaba felizmente.Al finalizar la cuarta pieza, Yun se puso de pie – creo que es hora de que vuelva, quizás me estén buscando – Mika asintió y con una expresión de decepción vio como Yun se alejaba y desaparecía tras la puerta.

El pequeño omega miro el piano y decidió que mañana volvería a tocar, había pasado mucho tiempo desde que no se sentía así de feliz.

Yun retorno a su habitación luego de comer algo, se quito la ropa para tomar un baño y sacar el sudor de su cuerpo, no podía dejar de pensar en la tristeza que transmitía el pequeño omega en cada una de sus canciones.Decidió que averiguaría un poco más de la vida del Director Teuber, no sabía cuánto tiempo estaría en esa casa, pero por el momento Mika seria su prioridad, si con eso lograba sacar de su cabeza al Presidente.

*****

Jean revisaba documentos sentado en su gran despacho, los días sin el omega eran eternos, cada que alguien golpeaba la puerta su corazón se aceleraba al pensar que era el, había dejado de ir a la empresa porque el recuerdo de Yun estaba en cada lugar, pero tenía un deber con su padre así que esa mañana se había levantado y dirigido al trabajo, varios empleados se mostraron sorprendidos ante la presencia del joven Presidente, los rumores de una supuesta enfermedad se habían vuelto comunes al interior de la oficina, y el rostro pálido junto con la sombra negra bajo sus ojos lo comprobaba.

La Secretaria ingreso al despacho y le entrego unos documentos a Jean, la mujer era una omega, era la quinta secretaria que pasaba por su departamento desde que Yun se había ido, algunas habían durado una semana otras un días, pero todas salían corriendo ante el Temperamento del Presidente. El horario que manejaba el omega además de su eficiencia no había sido igualado por nadie, el Presidente seguía llegando tarde a sus compromisos o simplemente no asistía, lo cual desencadenaba su furia. 

Jean no entendía como era posible que el omega hubiera desaparecido de las fas de la tierra, por un momento llego a pensar que su sola existía había sido producto de su imaginación, si no fuera por el apartamento vacío que aún conservaba su aroma, quizás lo hubiera dudado.

Cuando tuvo su celo por primera vez debido al aroma dulce de Yun sus sentidos se habían desarrollado, ahora podía sentir el aroma de las feromonas pero ninguna tenía el efecto en su cuerpo como lo había tenido Yun, una de las sugerencias de Michell había sido intentar estar con otros omegas, pero eso solo había causado un desorden en sus feromonas, el nulo control de Jean sobre su cuerpo lo hacía extrañar aún más a Yun, además tan solo la idea de mezclar su cuerpo con otro omega que no fuera Yun le causaba repulsión.

El alfa miro el calendario y se percato que se acercaba la fecha límite que le había fijado a Michell, el médico le había hablado de un ensayo que había demostrado buenos resultados y algo sobre la recuperación de un sujeto de prueba, pero en su mente no había Prestado atención a las palabras de su amigo, en ese momento solo podía pensar en encontrar al omega.Jean paso las manos por su cabello en señal de desesperación, no sabia que hacer.Tenía un deber con su padre, pero nunca pensó que habría un cambio en su vida debido a un omega, antes de Yun todo giraba en torno a resolver su problema de feromonas.Pero cuando sus caminos se cruzaron todo cambio, pudo despertar como una Alfa, pero ahora se sentía incompleto, era como volver al principio.

La Secretaria volvió a ingresar al gran despacho y hablo temblorosamente – Sr. Presidente tiene programada la visita de los almacenes del norte hoy por la tarde, el Sr. Park lo esperara con el automóvil en la entrada para llevarlo allí.Además… su padre llamo para informar que debe pasar a la mansión para cenar.– la mujer quedó en silencio esperando una respuesta, pero Jean parecía no escuchar una palabra.

-Sr.Presidente me escucha??– la mujer no sabía que hacer, ya que cuando se quedaba en silencio, era señal de que  luego comenzaba a gritar, aun temiendo la reacción del Presidente la mujer volvió a preguntar – Presidente me escucha?

-Si te oigo, confirma la salida con el chofer Park y dile a mi padre que estare en su casa para la cena, puedes retirarte.– la mujer ascendió y salió rápidamente del lugar.

Jean tomó los documentos para seguir revisando, pero en ese momento sonó su teléfono, miro la pantalla y contestó rápidamente.

-¿Diga?– dijo Jean

-Presidente, encontré el listado de quienes estuvieron ese día en el Teatro, en este momento se la estoy enviando por correo electrónico y en rojo puede encontrar con quienes tienen negocios su padre.– el informático tecleaba el ordenador con rapidez y sonrió con satisfacción al enviar el mensaje.

-Excelente trabajo Patrick – sonrio ansiosamente Jean mientras habría su cuenta de correo en el ordenador de su escritorio.

-Te encontré Secretario Yun – sonrío el alfa mientras sostenía el cursor sobre uno de los nombres resaltados en rojo.

Continuará………

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