VIII

Mientras Yun miraba en todas direcciones, un fuerte ruido similar a una alarma comenzó a sonar en la habitación, las luces de los aparatos se dispararon encendiendo sin control, el medico no entendía que pasaba y golpeaba frenéticamente las teclas de una computadora frente a él.

Yun que aún permanecía sentado al centro de la habitación, sentía su respiración cada vez más agitada, y los recuerdos en su cabeza llegaban como un flash de luz uno tras otro. Sintió como un dolor punzante se instalaba en su cabeza, presiono su cien con ambas manos tan fuerte como pudo y las voces volvieron a sonar, eran tan dolorosas como lo recordaba.

***-No permitas que se suelte!\, ¡necesitamos una muestra de su glándula cada vez que el reactivo entra en su torrente sanguíneo… atenle los pies y las manos si es necesario! *** - la voz de la mujer se repetía en su cabeza una y otra vez mientras con una sonrisa en su rostro veía fijamente al sujeto de prueba Ω231.

-Me duele …. Por favor déjenme …. Por favor suéltame me duele …. Me duele – susurraba Yun, nadie tocaba su cuerpo en ese momento, pero pese a los años aun sentía en su piel el dolor de las agujas y las sustancias que recorrían su cuerpo, le quemaba cada centímetro de su piel desde adentro.

-Que carajos sucede Michel ¡! – grito el Alfa quien veía a Yun con la cabeza casi pegada a sus piernas comenzado a adoptar una posición fetal - sácalo de allí pero ya¡!! -  Jean corrió para abrir la puerta, pero estaba con cerrojo, su desesperación aumentaba solo quería sacarlo al Omega de allí, podría sentir el dolor de Yun en su pecho como si fuera suyo.

-Michell¡!! Te dije que lo saques¡!! Para esto ahora¡!! ¡¡¡¡Que carajos le haces!!!! – Jean seguía gritando como un loco mientras observa al Omega sin poder hacer nada, la puerta no habría y las maquinas no dejaban de sonar una y otra vez.

-No… no entiendo que sucede…. El lector se ha vuelto loco… no puede ser. – el medico seguía golpeando el teclado sin parar, veía cada pantalla donde los sensores llegaban a su punto máximo, pero no entendía que pasaba.

-Me duele… no quiero …. No quiero … ya no…. – eran las únicas palabras que salían de la boca de Yun, seguía presionando su cabeza con ambas manos sin poderse mover mientras el sonido se clavaba en sus oídos como cuchillos afilados.

-Michell si no lo sacas de allí ahora juro que te matare. – el Alfa pronuncio las palabras con tal lentitud que el medico trago saliva pesadamente, los ojos de Jean eran de un dorado brillante y antes de que el medico pudiera decir algo, se dio cuenta como la atmosfera se tornaba pesada y sombría, una especia de aura marrón comenzó a cubrir todo alrededor del Alfa y el aroma a granos de café podía palparse, pero no era suave y cálido como lo describió Yun eran como guijarros ardiendo que incineraban todo a su paso, el medico sintió pánico y se paralizo, era la primera vez que sentía las feromonas de Jean, pero nunca imagino lo avasalladoras que podrían llegar a ser.

-no… n… no puedo…. Respirar – logro balbucear con mucho esfuerzo el médico. Pero antes de poder seguir hablando un estruendo llamo su atención, las maquinas del laboratorio comenzaron a emanar humo y se una por una las pantallas se fueron apagando.

Jean y el medico voltearon en dirección a Yun, pero el omega ya no estaba en la silla, lo buscaron con la mirada deteniéndose en la figura frente a la puerta y antes de poder decir alguna palabra Yun pateo la puerta con tal fuerza que algunos pedazos salieron volando en dirección al pasillo, el ala de investigación del Dr. Michell era privada por lo cual solo habían algunas enfermeras que corrieron en dirección al fuerte ruido pero antes de llegar una por una fueron cayendo al suelo, la atmosfera era tan pesada que les era casi imposible respirar, algunos Alfas que estaban en el piso igual se vieron afectados, más de uno tuvo hemorragia nasal, incluso algunas enfermeras que eran Betas tuvieron dificultad para poder seguir en pie.

Yun temblaba, el miedo había activado algo en su cuerpo que incluso era desconocido para él, solo quería salir de ese lugar.

Los hombres que aun estaban en la habitación contigua a la de Yun veían por el vidrio de la pared como la puerta estaba completamente rota y el omega había salido, se miraron sorprendidos y sin decir nada ambos comenzaron a correr en dirección al pasillo para ver a Yun.

-Secretario Yun!!! – fueron las únicas palabras que el Alfa logro articular, el omega al oír su nombre se giró en dirección al sonido y vio al Alfa de cabello gris, el aroma a granos de café inundo la nariz de Yun e intento dar un paso hacia el hombre, su instinto le decía que ese era en un lugar seguro, pero en ese momento vio la figura a su lado, las alertas se dispararon en el subconsciente del Omega y apretó los puños, ese era el Medico Alfa que lo había lastimado.

Cuando los hombres quisieron dan un paso hacia Yun el aire ya había hecho su trabajo trasladando las pesadas feromonas del Omega, los dos Alfas sintieron como el aire poco a poco dejaba de entrar en sus pulmones.

-Aléjate – gruño el Omega mirando fijamente al médico – no dejare que me vuelvas a tocar. – el tono de Yun era tan tenebroso que ambos Alfas no entendían en absoluto lo que sucedía.

-Por…por favor… tus feromonas… elimina tus feromonas. – rogo Jean, articular cada una de esas palabras era doloroso, el aire no lograba entrar a sus pulmones debido a la atmosfera amenazante del Omega, los Alfas sentían que su pecho podría explotar en cualquier momento, el rostro del medico estallo en una hemorragia nasal y segundo después se desplomo por completo en el suelo.

Al ver como el medico yacía en el suelo Yun se percato de la puerta al fondo del pasillo y sin dudarlo un segundo comenzó a correr hacia ella, los alfas temblaron al ver la figura del Omega dirigirse a toda velocidad hacia ellos y cubrieron sus cabezas con ambas manos.

Yun corrió sin descanso por las escaleras, el sudor comenzó a cubrir su frente, sus piernas se enredaron por un momento y cayo estrepitosamente al suelo, rodo varios escalones, pero sin perder tiempo se levantó e ignoro el dolor en su brazo izquierdo y la cabeza y siguió bajando a toda prisa… siempre sin mirar atrás.

Mientras en el quinto piso, Jean que aún permanecía en suelo comenzó a levantar lentamente la cabeza, había escuchado una puerta abrirse y cerrarse con un fuerte golpe, con la mirada recorrió el lugar en busca de Yun pero solo vio a algunas personas levantarse lentamente mientras sus cuerpos aun temblaban, las feromonas del Omega habían comenzado a disiparse pero el aroma que aún permanecía seguía siendo tan intimidante como al principio.

El medico abrió lentamente los ojos, había perdido la conciencia por un momento, un fuerte pitido se sentía en sus oídos y todo se veía borroso y en cámara lenta. Se percato del Alfa que tenia a su lado quien articulaba algo con la boca pero no lograba escuchar absolutamente nada, llevo sus manos hacia su nariz que se sentía húmeda, noto la sangre que brotaba de ella.

-Michell¡!! Michell ¡!!! Con un demonio Michell responde¡!!! – los gritos de Jean llevaron nuevamente al medico a la realidad mientras lo sacudía por los hombros fuertemente. El personal del edificio había encendido el aire para disipar las fuertes feromonas.

El medico comenzó a recobrar lentamente el control sobre su cuerpo, Jean lo ayudo a levantarse cuando el medico golpe su mano para alejarlo y gritar -que demonios son ustedes dos!!! Son unos malditos monstruos ¡!! – grito el medico aun preso del pánico por haber sido envuelto por las feromonas Alfa y Omega de Yun y Jean.

Continuara….

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