Capitulo X

-Ese maldito Alfa está loco si piensa que puede exigir algo como esto – murmuro Yun, tenia el documento en su mano lo había leído una docena de veces para ver si sus ojos no lo engañaban, tenía unos días de incapacidad debido a sus lesiones además era fin de semana por lo cual no tendría que preocuparse de ver al Alfa.

El omega se lanzó de espaldas a la cama con el documento en la mano, habían pasado unos días desde que se había marchado de la casa del Presidente y lo único que podía pensar era en la “multa” – Que demonios hare ahora – dijo el omega mientras se cubría el rostro con el antebrazo.

Habían sido unas semanas extremadamente caóticas, desde la llegada del Joven Presidente, la vida del Omega había dado un giro de 180°.

-Esto es demasiado peligroso – pensó para si mismo el omega – debo salir de aquí, ya no es seguro este lugar.

Ya no tenia el valor de ver a la cara al Presidente, y por supuesto no pagaría el “valor” de la multa, este había sido su lugar seguro por 3 años, odiaba tener que irse así, pero, aunque quisiera nunca podría tener una vida normal, y menos aun pensar en una relación. – Yun estas loco!!! ¡¡Porque ese Alfa querría una relación contigo!! Por el amor de Dios, ¡¡¡las feromonas te volvieron estúpido!!  – el omega giraba en la cama tapándose el rostro, sus pensamientos habían tomado otro rumbo.

-Además… quien se interesaría por un Omega defectuoso como yo … suspiro y se puso de pie, tenia hambre asique se dirigió a la cocina.

Cuando estaba preparando algo para comer alguien toco el timbre de la puerta. - Quien será? – nunca recibía visitas a excepción de Tae a quien le había explicitado que no viniera porque estaba cansado, pero nunca se sabe con ella.

Al mirar por el pequeño orificio de la puerta vio la figura del Presidente. -Que hace el aquí – el omega sintió su corazón latir fuertemente, tomo aire y abrió la puerta principal.

-Es un alivio no ser recibido con un arma apuntando mi cuello – dijo el Alfa sarcásticamente y con una sonrisa en el rostro.

-Presidente que hace en mi casa nuevamente? – el omega se paro frente a la puerta bloqueando la entrada ignoraron la broma del Alfa.

-Mi padre siempre decía que el Secretario Yun era una persona amable y tranquila, pero veo que estaba muy equivocado, no me invitara a pasar Sr. Yun?

-No es buen momento Sr. Presidente, aun me encuentro cansado – mintió Yun. – además estoy hambriento y no he cocinado aún.

-Excelente, entonces que bueno que traje algo de comer – el Alfa levanto una mano con una bolsa que reflejaba el logo de un Restaurante Exclusivo de la ciudad – le gusta el sushi Secretario Yun? – el omega maldijo para sus adentros, como sabia este sujeto que comida le gustaba.

Luego de dudarlo un segundo dio un paso atrás para que el Alfa pudiera entrar. -tome asiento yo arreglare … - antes que pudiera terminar el Alfa lo interrumpió.

-Usted aun sigue siendo un paciente Secretario Yun, tome asiento y yo prepare todo – dijo con una brillante sonrisa. Y empujo al omega para que se acomodara en el sillón mientras el preparo todo lo necesario, Yun veía como el Alfa se movía en su cocina con tanta naturalidad abriendo cajones y puertas que lo sintió reconfortante y una sensación de seguridad lo invadió mientras el aroma a granos de café llegaba a su nariz.

-Aun no puedo descifrar que aroma tienen sus feromonas Secretario Yun, son dulces y cálidas pero peligrosas a la vez – dijo riendo tras su última frase - podría decirme cual es el aroma?

El Omega quedo impactado con la pregunta del Alfa, no entendía como podía decir algo así sin si quiera pestañar. – Que dice? – dijo Yun sin saber que responder.

-Desde hace unos minutos ha estado liberando feromonas, son muy tenues, pero aun así puedo sentirlas, lo que me confunde porque nunca antes había sentido las feromonas de un Omega.

-Yo… yo no lo sé – dijo el omega agallando la cabeza, no podía evitar sentirse avergonzado por las preguntas de ese hombre, pero aun así no quería que se fuera de su casa. – como le dije al Presidente en un inicio, yo no soy…. Era capaz de emitir feromonas… nunca nadie…. – pero antes de terminar la frase se arrepintió y guardo silencio.

El Alfa lo miro de reojo, veía al omega que tenia un aspecto triste y se encogía haciendo que su aspecto sea pequeño, era un hombre que medía 1,80 cm, pero cuando encogía sus hombros toda esa altura se minimizaba haciéndolo ver vulnerable.

-Pase años en tratamientos de feromonas de hospital en hospital para encontrar una solución a mi problema, y nada tuvo resultado en mí. Pero lo conozco a usted y en unos días…. – antes de poder continuar el omega lo interrumpió.

-Porque me cuenta esto? Antes que siga adelante debo aclarar que no pagare la que usted indica en el contrato… el trato era una multa … y usted cruzo el límite… - Yun suspiro y dijo – esto no está bien, por favor le pido que se retire de mi casa…. Y que no vuelva a venir. Mi incapacidad termina en unos días, luego de eso iré a la empresa y dejare todo en orden para que se nuevo secretario no tenga inconveniente…. Respecto a nuestro contrato, le pido que establezca un monto, lo pagare sin importa que … pero que le quede claro…. – el Omega se levantó del sofá y miro fijamente al Alfa para decir - Bajo ninguna circunstancia tendré sexo con usted…

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Jean miraba por la ventana de su cuarto, no habían pasado mas de 2 horas desde que el Omega que dormía en su cama se había ido sin decir una palabra, el Alfa nunca había actuado así por nadie, lo trajo a su casa sin pensar, al verlo desmayado e indefenso su instinto le exigió protegerlo.

Tenia varias lesiones en el cuerpo, un golpe en la cabeza y debía tener el brazo inmovilizados por unas semanas, no había querido preguntar, pero asumió que el Omega había caído por las escaleras debido al incidente en el laboratorio. En ese momento el Alfa recordó lo que había dicho el Dr. Michell, se puso de pie rápidamente y salió rumbo al Hospital.

Al llegar al quinto piso, vio que el laboratorio se encontraba en reparación y que varios técnicos instalaban equipos nuevos para reemplazar los que habían explotado por las feromonas de Yun.

-Te digo de inmediato que si sueltas, aunque sea un poco de tus horribles feromonas te prohibiré la entrada de por vida a mi laboratorio – escupió el medico mientras mantenía una distancia exagera de su amigo.

-Cierra la boca Michell – dijo Jean mientras se tocaba la frente sintiendo que pronto tendría jaqueca – vengo para que expliques que diablos sucedió ese día.

-Has venido solo? ¿Dónde está tu Omega del demonio y sus feromonas asesinas? – Michell miraba en todas direcciones, pero la presencia del omega no se veía por ningún lado –

-Michell – dijo lentamente el Alfa – diré esto solo una vez más… si vuelves a insultar al Secretario Yun cancelare todos tus fondos de investigación y cerrare tu laboratorio.

-Bien bien… no es necesario llegar a esos extremos – dijo el Medico levantando las manos en señal de rendición. -  solo bromeo, además el equipo nuevo que me compraste es de lo mejor, por favor Sr. Presidente pase a mi oficina.

Jean camino tras el médico, aún estaba meditando si golpearlo o no, decidió que necesitaba respuestas asique por el momento lo dejaría vivir.

-Entonces mi querido amigo, aquí esta el informe de lo que sucedió ese día… debo decir que no dormí en 3 días gracias a ese m… - el medico se arrepintió justo a tiempo y cambio la frase – lindo y amable Omega, porque no podía creer las lecturas que arrojaron los lectores de feromonas.

El Alfa tomo la carpeta en sus manos y leyó con detalle cada hoja, se sorprendió al leer que sus propias feromonas habían llegado a un 100%, aunque fueron unos pocos minutos, las lecturas eran muy positivas, eso lo reconforto un poco.

Pero al voltear la hoja quedo sin habla – ¿esto es real? – pregunto Jean mirando al médico.

-Yo también me sorprendí al verlo la primer vez, de hecho, revise las lecturas 3 veces para estar seguro, y te digo que si no lo hubiera presenciado no lo hubiera creído.

-Los Omegas pueden hacer esto? – Jean aun no podía creer la información que tenía en sus manos.

-Según los libros de textos es imposible, pero ahora te digo que esos investigadores son unos charlatanes… no puedo esperar a publicar mi artículo… seré millo….

-Que dices?? – lo interrumpió el Alfa – tu no publicaras nada, presenciaste la reacción del Secretario Yun.

-Si eso… - dijo el medico con la mano en la barbilla – creo que necesitaremos mas pruebas, asique debes traerlo de nuevo.

-Estás loco Michell?!  el no quiere volver a este lugar y mucho menos ver tu espantosa cara… ni lo sueñes…. Esta locura termina aquí… no expondré al Secretario Yun a esto nuevamente. – la decisión del Alfa era tajante pero su actitud era muy extraña, estaba protegiendo al Omega como si fuera de su propiedad.

-y bien Amigo, cuando fue que te enamoraste de ese Omega? O aun no te das cuenta – soltó sin previo aviso el medico mientras tomaba un trago de café de la taza sobre el escritorio.

El Alfa lo quedo mirando sin saber que decir – ¿Cómo dices? ¡Eso no es… yo … yo no estoy enamorado de él! – grito Jean mientras se ponía de pie y caminaba furiosamente hacia la puerta para salir de ese lugar.

-Jean Thomas, no sé si eres demasiado inocente o realmente estúpido. – dijo el médico. – cuando termines de darte cuenta de lo obvio, te recomiendo que vallas donde tu “dulce” Omega y le digas lo que sientes por el…. Claro si es que no te dispara o te rompe un hueso antes…

-Suerte… rezare por ti amigo – dijo el medico con un tono burlón.

-Cierra la boca imbécil – gruño el Alfa mientras sostenía el pomo de la puerta, aunque en su interior estaba considerando si pasar por una tienda y comprar un chaleco antibalas… ¿será que en el centro comercial podría encontrar algo así? Pensó para si mismo.

El Alfa retorno a su casa, había estado casi toda la tarde con el Medico, dejo la carpeta sobre la mesa y camino hacia el baño para tomar una ducha.

Habían pasado unos días y la carpeta con la información seguía en su mesa de noche, la había leído varias veces, los datos eran impresionantes y aterradores a la vez.

Las palabras de Michell seguían resonando en su cabeza, pero luego de varios días de pensar llego a la conclusión que algo de razón tenía su amigo, de lo contrario no había explicación a la forma en que reacciono su cuerpo, pero no se refería solo a las feromonas.

Sin querer esperar más, se puso de pie y decidió ir a hablar directamente con el Omega en cuestión.

-Necesito salir de la duda… espero no morir en el intento – pensó el Alfa mientras soltaba un largo suspiro.

Continuara….

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