CAMERON (CAP. 16)

Teresse sale con una expresión seria y la detengo del brazo.

Felizmente mis reflejos son rápidos, porque al agarrarle el brazo, con su otra mano casi me clava un cuchillo. Sonrío y pienso que Layla tuvo razón, tal vez nos vaya super bien como grupo de tres.

Le doy la memoria y me voy.

Mas tarde ese día, voy caminando con Layla y vemos a Teresse apoyada en la pared del costado. Nos ve pasar y después de un rato nos alcanza y camina al otro costado de Layla.

No decimos nada y solo seguimos nuestro camino.

5 AÑOS DESPUÉS.

Mucho pasó en esos 5 años. Nuestro grupo de tres se consolidó. Layla empezó a dedicar mucho tiempo a su trabajo de hacker. Se la veía muy preocupada, tanto que dejó sus salidas casuales. Después en los últimos 6 meses, cambió su concepto sobre el amor. Conoció y se enamoró de conde. Estábamos muy felices por ella. Verla me hacía imaginar algo que no debía, pero siempre hacía.

Si la vida no hubiera jugado con nosotros, ¿esos niños de la pileta serían como ellos ahora? No importan los años que pase, no importa que tan ocupada esté, al final del día siempre viene a mi. Mis sueños son tan vívidos, que muchas veces me despierto jadeando con la piel sensible. Tal vez deba experimentar una relación con un chico, pero no encuentro uno cuyos ojos me llamen. No me queda de otra que soportar, y de buena gana, esos sueños con él.

Nos íbamos acercando a la graduación y todo marchaba tan bien, hasta que de un momento a otro no lo hizo.

Recuerdo el día que me dijo su nombre y se presentó. Un día antes de venir al campus. Recuerdo su lucha para poder ver a su mamá después de 8 años. Recuerdo sus palabras "no hay otra opción". Lamentablemente la vida le dio una opción que no podría cambiar, la misma que me dio a mi.

Adriana Ogayar falleció de un cancer agresivo.

Cruz (conde), Teresse y yo, vimos como esos bonitos ojos dorados se apagaban. Tenía tanto miedo de perderla. A pesar de mis propias palabras de que no volvería a perder a nadie, la vida también me dio un revés de realidad.

Un día antes de la graduación, Layla nos dijo adiós. Nos dio la espalda y se fue, solo siendo seguida por Cruz.

No recuerdo cuánto tiempo lloramos, pero al despertar faltaba 1 hora para la graduación. En el cuarto de Teresse nos acomodamos las togas y fuimos a recibir nuestros diplomas. Cada una de las tres somos Summa cum laude (honor que se otorga a aquellos estudiantes que han obtenido el mas alto rendimiento académico) en nuestras respectivas carreras.

Lástima que pasaremos a la historia como las mejores y mas tristes del MIT.

Vimos como Layla y Cruz entraban a un salón y oímos su conversación, o mejor dicho oímos a Layla.

*- No tengo tiempo para ti, Cruz. Le fallé. Le fallé a la única persona que estuvo para mi por 22 años. Todo por confiar. Ahora debo hacer muchas cosas: malas. Ya no está la única persona que me impedía lastimar a los Ogayar. Ahora lastimaré a todos los que desee, probarán un poco de todo el sufrimiento que mi mamá aguantó. Ya no soy un sobrero gris, seré uno negro. Apártate de mi camino.

Cruz no se dio cuenta, pero nosotras si. Layla no nos vio y era porque tenía lágrimas bajándole por las mejillas a cántaros.

En ese momento, dejamos la tristeza a un lado y simplemente supimos que volveríamos a encontrarnos con nuestra amiga, nuestra hermana, y la ayudaríamos en todo. Quiera o no.

Teníamos que prepararnos.

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