CAMERON (CAP. 13)

Hay mucho que agradecerle a Layla. Mi mamá siempre extrañará a Arlene, pero ahora tiene un poco de paz. Además, el trabajo que hizo con nuestra información es más de lo que esperabamos.

De esa manera, de incógnito, me separo de mi familia y sigo a Layla.

Pasó dos mes, desde que empezaron las clases y voy al cuarto de Layla. Lo veo vacío, pero su closet está abierto. Si no fuera tan buena observadora, me habría ido, pero achicando los ojos me doy cuenta de la puerta oculta.

Si esa puerta hubiera estado cerrada, ni cuenta me habría dado, pero está abierta un poco. Me acerco sigilosamente y la empujo con suavidad.

Me quedo con la boca abierta. Es un cuarto tecnológico de principio a fin. Hay una pared que parece un espejo, pero es un centro de datos. Hay monitores en dos paredes con una mesa en L donde se encuentran sus 3 teclados. La única pared vacía es donde está la puerta.

Veo a Layla sentada en una enorme silla, pero no se dio cuenta que entre. Voy de puntillas y veo que está en un foro de ayuda. Sonrío al pensar que esta chica ruda es todo un malvavisco por dentro.

A un costado hay una foto de una Layla mas joven, con una señora bien parecida a ella, salvo que tiene el cabello negro y corto.

-* Mirona, esa hermosa mujer es mi mamá.

- Es realmente hermosa, debes parecerte a tu padre, entonces.

Es mi turno de regresarle la broma. Ella solo niega y se ríe.

- Ya sabía que la rudeza es solo fachada. Mira que tener un pasatiempo tan altruista, déjame llamarte sor Layla.

*- Ni se te ocurra. Además debo hacer algo bueno para parchar todo lo malo.

La veo un poco preocupada, viendo la foto de una hermosa chica rubia.

- ¿Estás bien? Parece que algo te preocupa.

-* Espero que la chica a la que ayudé le esté yendo bien.

- ¿A quién te refieres?

-* Hay una chica nacida y criada como heredera de un cartel, pero todo era una fachada. Antes que le hicieran daño, pude hacerle un trabajo.

- Espero que no haya problemas por que me lo digas.

-* Estoy segura que no me equivoco al confiar en ti, Cam. Además, quién sabe, tal vez nos vaya mejor en un grupo de tres amigas.

- Dudo que alguien nos pase. Con tu apariencia ruda y mi gusto por las chicas, no somos buen material para amistad.

Me mira con una expresión de desdén. Sabe que no soy homosexual, aunque finja serlo. Lo único que no sabe de mi es que dejé mi corazón en el fondo de una pileta y el hueco que dejó solo lo habita una persona, de ojos negros que reflejan las estrellas.

- Y, ¿cómo es la chica?

-* Rubia, ojos azules y unos centímetros mas alta que tú.

- Eso te haría la bebé del grupo.

*- Cuidado que esta bebé pega.

Nos vamos a comer y nos contamos nuestro día. Hacernos mejores amigas fue tan... natural.

En medio del postre y de risas, de reojo vemos que una chica se acerca a nosotras, toma mi vaso con agua y se la echa en la cabeza a Layla.

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