Hace mucho que mamá no hacía nada más que estar catatónica en una silla. Ahora me lleva de la mano y luego se despide dándome un beso en la frente, como cuando era niña.
A la mañana siguiente, muy temprano, me dirijo al gimnasio por mi rutina de ejercicios diario. Llegó y me doy con la sorpresa de que no soy la única, como usualmente pasa. Lake se encuentra aporreando un saco de boxeo como si no pesara.
- No vayas a lastimarte las manos.
Se detiene, para verme.
-* No te preocupes. Esto no podría hacerme daño. Soy muy cuidadosa con mis herramientas de trabajo.
Estoy a punto de preguntar cómo una chica puede ser hábil en golpes y hackeo, pero escuchamos que la puerta se abre con fuerza y vemos a mi padre entrar.
El me busca con la mirada y se acerca muy preocupado. Me toma de los hombros y con expresión triste me explica.
** Hija, lo siento. Estamos en medio de una pequeña guerra. Sabes que Dugan es uno de los dos pilares del bajo mundo, con la mafia irlandesa. Ellos te marcaron como su próxima "víctima". Tendrás que posponer la universidad y quedarte en la seguridad del hotel, hasta que las cosas se calmen y puedas seguir tus planes...
Después de soltar casi toda la sopa, se da cuenta que no soy la única que está aquí, Lake también. Por alguna razón, no solo por esos ojos familiares, hablo con confianza.
- Padre, si no puedo ir a la universidad, les daré el alcance a mi grupo y regresaré a la vida militar. Me volveré loca encerrada aquí.
Veo que Lake se apoya en la pared cercana con los brazos cruzados. Siempre la busco con la mirada, extraño mucho esos ojos.
-* Si desean puedo ayudar.
Mi padre y yo volvemos la vista directa a ella.
-* Este año también me toca ir a la universidad y tengo unos arreglos con la MIT. Podría hacer invisible todo rastro de tu presencia en la universidad, nadie te encontraría.
No puedo evitar sentirme relajada. Siempre soy yo la que se preocupa por los demás, la que tiene un plan de acción. Ver que por primera vez puedo dejar que otra persona tenga la voz cantante, me libera un poco la carga pesada que llevo.
- ¿Cuánto me costará?
Me mira fijamente y veo un brillo divertido en sus ojos.
-* Nada, no será difícil para mi.
Se acerca y me tiende la mano. Miro su mano, luego a ella. Viendo esos ojos, estiro mi mano y estrecho la suya.
Al fin terminé de empacar y sentada en el suelo de mi cuarto, con la puerta abierta, me pongo a ver una foto de Arlene.
Tendría 9 años y sería impensable estudiar en un lugar a más de media hora de casa. Ahora estaré a 2 horas.
Estoy perdida en mis pensamientos y escucho que tocan la puerta de mi cuarto. Guardo la foto en mi bolsillo y volteo, para ver que es Lake.
Me había olvidado que estaba hospedada en los pisos exclusivos para la familia principal.
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