CAMERON (CAP. 5)

Al abrirla hay un collar fino. La delicada cadena es de oro blanco y en medio hay un pequeño dije en forma de cereza, con un pequeño rubí en el centro.

Lo miro a los ojos, esos hermosos ojos tan negros que se reflejan las estrellas. No sabría especificar cuánto tiempo nos quedamos así, hasta que el carraspea y me regala una sonrisa.

* Entonces, ¿me dejarías ponértelo?

Le doy la espalda y nos hacemos un lío para poder ponerlo. Se ve que no tenemos nada de experiencia en estas cosas y no paramos de reírnos. A las finales le digo que lo enganche rápido mientras me recojo el cabello. Puedo sentir su mano temblar cuando roza mi cuello. Una vez puesto, sostengo el dije en mis dedos. Me acerco a él, le doy un beso en la mejilla y me aparto rápidamente.

- Gracias, me encanta.

* No hay de qué, cherry.

Nos quedamos viendo la pequeña pileta y no sabemos como continuar. Me doy un golpe mental por haber hecho eso. El dijo que soy su mejor amiga, tal vez tenga una chica en su colegio y yo hice algo que no debía.

Me entristece pensar en eso, aún sabiendo que ya es mucho pedir ser amigos, asarnos es solo un sueño de niños.

Debo conseguir que deje de gustarme y verlo como él me ve: mejor amigo.

CAMERON 11 AÑOS

Le digo a mis padres que quiero quedarme con Arlene. No quiero ir a la fiesta. No puedo verlo. No conseguí lo que quería. Algunos niños me pedían ser su novia, pero al momento de agarrarles la mano no me daba la misma sensación cuando estoy con Martín.

Con lo guapo que es, ya debe tener novia. Eso me pone triste. Lo mas seguro es que ya nisiquiera piense en mi. Por eso, no quiero ir.

Mis padres me dicen que si o si debo ir, entonces me alisto con desgana y nos vamos.

Llegamos a la fiesta y solo veo a su papá. Me voy a la pileta grande del jardín y tampoco está. Pasa una hora y me levanto para ir al labertinto. Me siento muy triste y no quisiera que alguien me vea. Llego a la pileta pequeña, agarro el dije de mi collar y empiezo a llorar.

Sé cómo es este mundo. Me educaron para mantenerme alerta y no adentrarme en él, pero fue imposible no enamorarme de Martín. Soy una niña tonta.

No escucho las pisadas, hasta que ya llegan a mi espalda. Unas manos cálidas me agarran de los hombros y me dan vuelta. Me quedo sorprendida de ver a un Martín jadeando e intentando recuperar el aliento.

* Mi vuelo se retrasó. Dime, ¿Quién te lastimó? Iré y le patearé el trasero. Nadie hace llorar a mi amiga.

Y la emoción que sentí al verlo se desplomó. Su amiga. Eso soy, pero ya no lo seré más.

Lo agarro de las mejillas, lo jalo hacia mi y le doy un beso rápido en los labios. Le doy mi primer beso, porque es el primer chico de quien me enamoré.

El me mira con los ojos abiertos y antes que pueda decir algo, hablo yo.

- Adiós, Martín.

Lo dejo en el laberinto. Tengo un pequeño tramo y un poco de tiempo para calmarme e ir a la fiesta.

Mis padres me observan y me preguntan si pasó algo.

- Solo extraño a Arlene.

Y es cierto. Mi pequeña hermana me da todo el consuelo que necesito. Siempre que me siento triste por Martín, ella viene a secarme las lágrimas y me besa las mejillas. Es un encanto de bebé.

Mis padres también deben extrañarla. Hacemos las despedidas respectivas y nos vamos. Todo el tiempo sentí la mirada de Martín, pero nunca miré en su dirección.

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