CAMERON (CAP. 14)

Siendo tan activas, fuertes y cuidadosas, no vimos eso venir. Estamos congeladas.

Sorprendidas, volteamos a verla y nuestros ojos se abren más. Quien le tiró el agua no es nada mas y nada menos que la rubia del cartel. La chica acerca su cara a Layla y habla suavemente.

-** No eres tan fea, por lo que no deberías ser una ofrecida. Aiden te dijo que tiene novia y aún así lo llevaste a tu cama.

Layla borra toda sorpresa de su rostro y con frialdad le responde.

-* Tienes razón. Fue mi error apuntarle con una pistola, para llevarlo a la cama y obligarlo a tener una erección donde poder sentarme.

Escupo la comida que acababa de llevarme a la boca. No sé si reirme o sorprenderme por esa boquita coqueta.

La rubia parece tener el mismo problema que yo y la veo abrir y cerrar la boca.

-* Déjame ahorrarte la vergüenza. No sé quién eres, no sé quién diablos es Aiden.

Layla me señala y sigue hablando.

-* Debes conocerla. Es la lesbiana mas cotizada por mujeres y hombres, y yo soy la afortunada de estar con ella. Solo ella entra a mi cuarto. Ahora, vete.

La rubia me mira y yo trato de mantenerme seria. De todo lo que dijo solo mintió con no conocerla. Todo lo demás es cierto. No conocemos a ningún Aiden, si estuviera con Layla, yo lo sabría. Con respecto a lo último, sus palabras se pueden malinterpretar, pero es cierto. Ella para conmigo y yo soy la única que tiene permitido entrar a su cuarto. Los 3 chicos y 2 chicas que lo intentaron... pues, no les fue nada bien.

-** No te metas en nada que tenga que ver conmigo, y estaremos bien. Adiós.

Se va como si solo nos hubiera preguntado la hora. Layla se estira por una servilleta y yo por otra, para ayudarla.

- Te veo muy tranquila.

Se encoge de hombros.

-* Felizmente todavía no habías pedido esa bebida de remolacha un poco ácida. Con respecto a Teresse, dudo que esté con el chico. Reaccionó como lo hizo, porque antes nunca pudo mostrar sus emociones.

- No sé si felicitarte por la madurez y amabilidad que muestras, o molestarme. Si hubiera sido yo, ya me habrías golpeado o me habrías acusado con mi mamá.

La escucho reír y los chicos, y algunas chicas, dentro de la cafetería giran a verla. Podrá decir que soy conocida y cotizada, pero ella lo es igual.

Esa noche nos vamos a nuestro bar favorito. Sí, es ilegal, pero gracias a Layla somos dos chicas de 21 años; o eso es lo que dice en nuestros bien hechos carnets falsos. Y sí, tenemos un bar favorito, ya que el primer mes nos paseamos por todos.

En este, Layla ayudó al dueño con algo de magia hacker y damos excelentes propinas. Si tomamos hasta morir, el barman con gusto recibiría una bala en el pecho por cuidarnos. No es que llegue a pasar, pero no está de más tener un seguro.

Un grupo de seis chicos entran, entre ellos está el tal Aiden. Después del encuentro con Teresse, Layla averiguó todo del pobre chico que se atrevió a darle el calificativo de amante.

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