Capítulo 20 VENTA FRACASADA Y PASEO FORZADO

...PARÍS OSORIO...

Mi jefe me pidió ayuda para organizar la despedida de Lupe, eso me tomó por sorpresa porque no creí que siendo un maldito asesino pudiera preocuparse por un simple empleado de su empresa.

Kilian me desagrada pero por Lupe fue por lo único que soporté tenerlo cerca. Ella sí merecía tener un reconocimiento aquí porque de verdad fue una persona muy importante y muy querida por todos.

Lo único que no me esperé fue tener que compartir un abrazo con este hombre. Lupe en su emoción nos abrazó a los dos y yo solo me aferré a ella, a él no soporto tenerlo cerca y menos después de los últimos acontecimientos. Primero se enoja porque escuché su conversación con su novia, una que seguro lo quiere tanto como yo. Después me preguntó por mi período, ¿Cómo se le ocurre preguntarme algo tan personal?

-¿Podemos hablar en privado un momento París?- Lupe se acercó a mi y me susurró al oído así que nos apartamos

-¿Pasó algo?- quise saber porque se había puesto seria

-A mi Verónica, la novia del jefe no me cae bien, nunca le creí una sola palabra- mi rostro debía de expresar desconcierto y desinterés así que se apresuró a explicar lo que quería- Cuando yo me case, no la invitaré a esa bruja, irás tu con Kilian

-¿Yo? ¿Por qué yo? Y entrar de su brazo ni pensar, pídeme lo que quieras pero eso no- me negué en rotundo, mientras más lejos mejor sería. Me negaba a enamorarlo, mucho menos a fingir una relación con el

-Porque los dos son mis amigos, me casaré una sola vez en la vida así que por favor entiende que quiero tenerlos allí a los dos juntos. Lo que menos quiero en el día más importante de mi vida es que vaya la bruja- suspiré cansada ante su mirada suplicante e hice lo impensado

-Acepto pero espero que sepas que no me agrada nada esto- ella me abrazó y volvió a la reunión

Bebi algunas copas y debí ir al baño pero al salir me choqué de frente con mi jefe, tal parece que lo bruto no se le podía quitar. El me sujetó de la cintura y yo me aparté apenas poniendo mis manos en su pecho totalmente incómoda por tenerlo tan cerca. Cada día reafirmaba más que jamás podría enamorarlo si no soporto tenerlo cerca ni que me toque de alguna manera, hasta respirar el mismo aire es complicado para mi.

-Lo siento París- abrí los ojos con sorpresa porque siempre me llamaba por mi apellido

-Deberia tener más cuidado señor Cervantes, con permiso- Intenté apartarme pero no me lo permitió

-Me gustaría saber cuál es la causa de tu odio hacia mi, no soportas tenerme cerca. ¿Que es lo que sucede contigo?- se acercó aún más a mi y me obligué a retroceder

-Señor Cervantes, usted no sabe lo que está diciendo, yo no lo odio y si no lo quiero tan cerca es porque alguien puede malinterpretar esto de un modo que no es. Usted es mi jefe- Quise hacerlo recapacitar, por un momento creí que sería capaz de besarme pero su teléfono sonó y él se alejó para responder, haciendo que yo pudiera volver con los demás

Después de que la celebración acabó tomé mi casco, guarde mis zapatos de tacón en mi mochila para ponerme los otros y fui a mi motocicleta.

-¿Es tuya?- mi jefe estaba por poner en marcha su coche pero vino a mi lado para admirar mi motocicleta

-Si, es mía- respondí con simpleza

-Siempre quise una de estas- dió la vuelta para mirarla del otro lado

-Se la vendo- acabé diciéndole pero el negó riéndose creyendo que estaba bromeando

El se alejó riendo y quiso accionar su coche pero no encendió, no se que le había sucedido pero problema mío no era ni yo entendía de mecánica.

-¿Cuánto me cobras por llevarme a casa? No enciende- Maldije mi suerte, este día estaba siendo largo

-¿Confía en mí para que lo lleve?- lo miré atónita, cree que lo odio y luego me pide que lo lleve

-Si no tiene un solo rasguño entiendo que eres muy buena para manejarla, ¿Me llevas?- lo ví frotar sus manos y le di los guantes y el casco

Di vuelta la motocicleta, me subí y le indiqué que también subiera.

-Digame su dirección- pedí porque aunque sabía dónde vivía, no podía arriesgarme a qué el descubriera que sabía más información suya

Cuando me la dijo emprendimos el camino, agradezco que no me haya abrazado. También para evitar eso es que fui despacio. El había bebido y creo que un poco le había afectado lo que tomó, así que tenía una razón aún mayor para no acelerar a fondo.

Cuando llegamos me dió los guantes y también el casco.

-¿Quieres beber algo?- me invitó pero negué, no entraría a su apartamento a menos que fuera muy necesario y yo necesitaba mi espacio personal, cuánto antes mejor

-Se lo agradezco pero llevo prisa- Encendí la motocicleta

-Déjame pagarte- me dijo y negué, con que esto no se le hiciera hábito me parecía suficiente

-No señor, me quedaba de paso. Debo irme- me sonrió y luego me dijo adiós, supe que tuvo la intención de despedirse con más confianza pero tenía el casco puesto y eso lo evitó con éxito

Nota Mental "Jamás darle bebidas a Cervantes, se comporta extraño y acabo pagando las consecuencias"

Cuando llegué a casa pude respirar en paz, el día había acabado resultando de lo más extraño. En alguna celebración futura no me quedaría más tiempo y solo me iría antes que mi jefe, no podía tenerlo cerca pero las circunstancias más extrañas hacían que no pudiera tenerlo lejos.

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