...PARÍS OSORIO...
Ya casi llegaba el día en el que tendría que comenzar a trabajar con esta persona tan desagradable. Me alteraba los nervios, ¿Cómo una persona que es capaz de arrebatarle la vida a otro ser humano es capaz de vivir tranquilamente sin remordimientos? Yo no lograba entender.
¿Nunca se detuvo a pensar si a quién le quitó la vida tenía familia? Si él se hubiese arrepentido me habría buscado pero no lo hizo nunca, ni una sola vez. Él había arruinado mis cumpleaños para siempre. Tantos años pasaron donde los amargos recuerdos hacían que el día más feliz de la mayoría, fuera el peor del año para mí.
Compré más ropa para ir a la maldita oficina bien vestida. No mostraría mis pechos para que ese estúpido se sintiera atraído hacia mi, mucho menos mi trasero. Yo iría con pantalón porque tenía una motocicleta, mostrarle mis bragas a toda la ciudad no estaba dentro de mis planes.
Tomé nota sobre todo lo que Lupe me había comentado sobre esta desagradable persona. El era obsesivo con la puntualidad y tendría a la empleada más puntual que pudiera encontrar en la ciudad porque llegaría temprano cada día minutos antes de la hora y le tendría su café.
Seducirlo no podría ni me atrevería a hacerlo. Tenía pudor de mostrar mi cuerpo porque jamás lo había hecho, a nadie. Justo a mí padre adoptivo se le ocurría que yo lo enamorara cuando no sabía ni como hacer tal cosa. Mary Luz era más experimentada que yo, más segura y hasta atrevida. La había visto besándose con alguien hacia años y parecía de película erótica. También había escuchado sin querer conversaciones demasiado subidas de tono que yo no podría imitar.
También sabía que quién sería mi jefe estaba en una relación con la dueña del restaurante en el que chocamos por accidente. Ese día el parecía muy molesto, seguramente había discutido con su novia por algún motivo desconocido. Ese mal humor en una persona tan controlada como él me hacía pensar que su relación no era tan sólida como creía Lupe. También esperaba que no fuera así porque sino no habría modo de enamorarlo jamás, lo único que faltaba era una boda para echar por tierra los planes con los que vine al país.
No sabía nada de quién sería mi jefe, más que su obsesión por el respeto que jamás merecería y la puntualidad. Tendría que prestar demasiada atención a todo lo que hiciera para conocerlo mejor y así aprender algo sobre el; algo que obviamente no me emocionaba ni un poco.
*****
Llegó el día que no me emocionaba para nada porque tendria que estar a su lado todo el tiempo. Me llevé una mochila donde podía meter mis zapatos de tacón porque conducir con ellos sería imposible, por lo que me coloqué un calzado cómodo que me quitaría al dejar mi motocicleta estacionada.
Llegue a la empresa faltando unos treinta minutos para mi hora de entrada, saludé a quien estaba en la puerta y tomé el ascensor para ir al último piso que era presidencia. Previamente había dejado mi mochila junto a mi casco en el área de receso.
Encendí el computador, leí lo que tenía programado Cervantes para hoy y me fui a preparar un café. Él ya estaba en su oficina, no sabía a qué hora había llegado.
Terminé de preparar el café y lo puse en una pequeña bandeja junto a un muffin de chocolate. No sabía nada de él pero esperaba que no pusiera a prueba mi paciencia porque era limitada y atenderlo no era algo que me simpatizara mucho. Golpeé la puerta y esperé que el me diera la autorización para entrar y lo hice.
-Buen día señor Cervantes, le traigo su café y un muffin- me miró con sorpresa
-Buenos días señorita Osorio, aún no es su hora de entrada- miró su reloj y yo suprimí la mueca de disgusto que deseaba hacer
-Acostumbro a llegar antes de tiempo, ¿Está mal?- le pregunté directamente
-Está bien señorita Osorio, le agradezco por el café, discúlpeme solo me sorprendió que llegara temprano- tomó un sorbo de café y después me miró
-Descuide, no le pregunté si podía llegar antes- lo miré con absoluta atención
-Habrán días donde tendrá otros horarios señorita. Me alegra contar con su puntualidad en la empresa. El café está muy bien, solo debería ponerle un poquito menos de azúcar, muchas gracias- Así que dos cucharaditas de azúcar era para el muy dulce, tendría que modificar eso, ya había aprendido algo sobre él
Le hubiera puesto cianuro al café pero no podía hacer algo así.
Me fui a mi escritorio después y llegó Lupe cuando yo ya había adelantado algunos pendientes. Haría que me amara al menos como trabajadora porque como mujer no tenía idea de cómo llamar su atención.
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Comments
Martha Gomez
El padrastro, le lavo el cerebro, desde pequeña,una analizó el caso.
2025-01-24
0
Ptry AG
Hay Silvanita solo espero q ella se de cuenta quién realmente era su padre y lo malo q es ese q la adoptó x conveniencia 😤
2024-11-10
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Indira Ramnarine Kingland
y si tú santo padre hubiera logrado su objetivo y Valentina hubiera terminado subastada, violada y muerta, tu habrías buscado a su hijo para pedir perdón? Habrías seguido creciendo y viviendo tu vida, sin problemas, verdad? Lo que hizo Killian fue en defensa propia para defender a su madre. Además, el nunca supo que murió, su familia lo protegió de ese trauma, diciéndole que solo estaba herido y se recuperó
2024-11-07
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