Capítulo 17 CONVERSACIONES AJENAS

...KILIAN CERVANTES...

La señorita Osorio me dió una grata sorpresa al venir a trabajar y no tener que pensar en despedirla en su primer día de trabajo. Había perdido la cuenta de todas las veces que había despedido a gente irresponsable.

En la hora del receso todos los empleados van a la cafetería que tenemos aquí, así como algunos se reúnen en restaurantes cercanos. Yo recibo el almuerzo preparado especialmente por Verónica, pero no sucede eso cada día porque éste no llegó.

La señorita Osorio está en su lugar de trabajo con un café y un emparedado, tal vez por ser nueva no conoce todas las instalaciones.

-No debería comer en su puesto de trabajo, podría ocurrir un accidente- me mira con molestia y no se por qué

-No sabía que estaba prohibido dado que usted mismo toma su café en su escritorio- Me responde y yo la veo un tanto sorprendido por su respuesta

-¿Tiene algún problema conmigo señorita Osorio?- la veo apretar sus puños y relajarlos

-No señor, con permiso- se levantó con su café y lo que quedaba de su emparedado y se fue a la cafetería que tenemos en este piso

"Que mujer tan extraña, juraría que me odia pero eso no puede ser posible porque no nos conocemos de ningún sitio"

📱Amor ahora llevarán el almuerzo, ¿Lo esperas?- Verónica se oía nerviosa

📱Si Vero, ¿Pasó algo? Pareces nerviosa- pregunté preocupado

📱No amor, solo un mal día porque ocurrió un problema con un comensal y debí solucionarlo yo- la escuché suspirar

📱Lo entiendo, estaba por llamarte, ¿Cuando podemos vernos?- quise saber interesado, ansiaba que estuviéramos juntos pero sus negativas me resultaban desconcertantes y me ponían de mal humor

📱Por favor Kilian, si me amaras no estarías presionándome así, ¿No puedes pensar en algo más que sexo?- me reclamó ofendida "Aquí vamos de nuevo"

📱¿Que más quieres que te demuestre? No solo pienso en eso Vero pero llevamos meses y apenas si puedo verte. Además tú me dejas siempre con ganas de más y luego te ofendes. Quise apoyarte y en lo que necesites pero ni eso aceptas, ¿Por qué no me dices que es lo que está pasando?- pregunté cansado

📱En otro momento hablamos, el dinero no me lo regalarán si no trabajo para conseguirlo. Adiós- me colgó y me contuve de no lanzar el teléfono

Cuando volteé para ir a mi oficina ví que la señorita Osorio estaba

cerca muy quieta posiblemente escuchando la conversación que estaba teniendo.

-No es educado escuchar conversaciones ajenas- estaba enojado y posiblemente me estaba desquitando con ella, pero me avergonzaba que una empleada pudiera saber que no había podido tener relaciones con mi novia. Si eso lo dijera seguro acabaría en boca de todos y con el orgullo aún más por los suelos

-Señor Cervantes si tiene un mal día le pido encarecidamente que no se desquite conmigo y si no desea que sus conversaciones privadas sean oídas por empleados, debería tenerlas en la privacidad de su oficina- no podía enojarme porque me respondió con educación aunque sus ojos mostraban que estaba más que ofendida

Me fui a mi oficina dando un portazo, todo se escapaba de mi control y además pasaba vergüenza con una nueva empleada, maldita sea.

Esperaba que ella no hablara, debería tener una conversación seria con ella antes de que se retirara y recordarle que aquí debía de mantener un acuerdo de confidencialidad hasta con los demás empleados.

Tendría que ser precavido porque nunca se sabe cuándo las paredes pudieran oír mis problemas.

El almuerzo llegó pero ya no tenía mucho apetito después de lo que hablamos Verónica y yo telefónicamente con la nueva secretaria como testigo.

-Señorita Osorio cuando sea su horario de salida diríjase aqui porque debo hablar con usted- la llamé por el intercomunicador

-Si señor Cervantes- respondió cortante

Miré la hora y esperé a que todos los empleados se fueran para poder hablar con

mi secretaria.

Ella golpeó y le di la autorización para que pasara. Me levanté de mi silla y fui hacia la puerta para verificar que no hubiera nadie más que pudiera escuchar mi conversación. Tuve la leve impresión de que estaba nerviosa por tenerme cerca pero no habría motivos para eso.

Me paré frente a ella, ni muy cerca ni muy lejos, pero ella retrocedió.

-De lo que usted escuchó no quiero que diga una sola palabra, ¿Comprende?

-¿Para eso me pidió que viniera? Puede usted tener la conversación que desee. A mi usted no me paga un sueldo para escuchar absurdas conversaciones que no me interesan, sino que para trabajar, ¿Puedo retirarme o necesita algo más?- iba a dejarla ir pero en un impulso tomé su brazo

-¿Que cree de lo que escuchó?- no se por qué pregunté eso, tal vez solo deseaba la opinión de una mujer sincera

-No puedo opinar, va contra las reglas- sincera y sin demora respondió soltándose de mi agarre

-La estoy autorizando- aclaré

-No creo que ella lo quiera. Imagino que lo está engañando y que por eso no desea verlo ni hacer nada más con usted pero que por trabajar tanto no tiene opciones de enterarse- no demoró en darme su respuesta sin desviar la mirada ni una sola vez

Ella no estaba mintiendo y agradecí su honestidad. La autoricé a retirarse después y me quedé algunos minutos más en mi oficina pensando en mi relación. Vi varios mensajes y eran fríos, los audios carentes de emoción, ¿Por qué notaba esto recién ahora? ¿Por qué no darme cuenta antes?

Por otra parte pensé en mi secretaria y en lo honesta que parecía, pero su seriedad y manera de mirarme me generan sentimientos encontrados, parece odiarme pero no le hice nada, parece honesta pero no le gusta opinar. Yo no le produzco ni un mal pensamiento y agradezco eso, pero me gustaría saber si me odia y por los motivos que lo hace.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***