Capítulo 8 LADRONA

...PARÍS OSORIO...

Comencé a planear el robo a la casa donde antes vivía y lo tuve que hacer con mucho cuidado de que no se enteraran mis padres adoptivos ni de que me descubrieran las autoridades, mucho menos los propietarios que ahora habitaban ese lugar. Estaba segura de que nadie habría encontrado el dinero porque mi padre se había esforzado mucho guardandolo.

Iría a buscar mi herencia, los ahorros que mi padre guardaba para comenzar desde cero en otro lugar. Estos me ayudarían para vengarme de quién lo envió al cementerio.

Dije que saldría de casa, iría de compras. Un día donde no tenía entrenamiento debía de ser aprovechado. Me llevé un bolso, una mochiila dónde tenía la ropa para cambiarme por si era descubierta y estuve lista.

Varias compañeras de clase se reunirían en un lugar cercano de dónde yo debía ir, ellas ya habían planeado vestirse todas del mismo color, la oportunidad perfecta para mezclarme con escapar.

Dentro de mi bolso puse lo que necesitaba para poder tomar el dinero y luego me fui. Mentiría si no admitiera que mi corazón latía desbocado y que me sudaban las manos, estaba aterrada pero era necesario tener lo que por derecho me pertenecía.

Debía burlar a la seguridad o usarla a mi favor. Me vesti como las chicas lo harían y salí de casa, uno de los choferes me llevó al centro comercial. Escogí al más tranquilo que es capaz de quedarse una hora tomando café o tal vez más.

Sabía que durante las tardes no había gente en la vivienda y en caso de haberla tendría que amenazarlos con quedarse en el cuarto. Llevaba conmigo un arma de juguete que parecía real, no iba a herir a nadie que no lo mereciera.

Llegamos al centro comercial y me bajé nerviosa del vehículo.

-¿Dónde irá señorita Osorio?- quiso saber

-Ire a comprar maquillaje, también un abrigo y algo para el cabello

-Estare en la cafetería Georgiana, me busca ahí señorita así no interrumpo sus compras- el era así de tranquilo y yo obediente

-Si, gracias. Intentaré no tardar mucho así no te aburres

-¿Aburrirme? Tienen varios pasteles ahí, hoy no cenaré- con comida era feliz y yo no lo era con nada hasta no cumplir mi propósito en ésta vida

*******

Me puse mi ropa de atraco y en una calle donde no había cámaras, el pasamontañas para ocultar mi rostro. Mi cabello sobresalía pero planeaba teñirlo oscuro.

Había aprendido a abrir cerraduras y candados sin tener llaves. En unos pocos segundos entré sin hacer ruido y pude ver qué quienes habitaban ese lugar estaban por mudarse, tenían varias cajas allí.

Fui al escondite que recordaba, lo abrí con fuerza y con el destornillador quité una pequeña madera que tapaba todo. Guardé todo lo que había allí en mi bolso y dejé todo tal como estaba. Entré en cada lugar del que fue mi hogar, recordando los momentos vividos allí de cuando solo éramos papá y yo.

Salí del lugar cuando estuve segura de no haber dejado nada allí y me cambié para ir al centro comercial a comprar apresuradamente varias cosas al azar. No sabía cuánto dinero era el que tenía en mi poder pero eran varios fajos de billetes.

Me reencontré con el chófer que estaba leyendo el diario mientras comía pastel y bebía un café. El se puso de pie e iba a pedir la cuenta pero me senté en la silla frente a la suya y pedí que me atendieran.

-Aún no terminas y yo no he comido, no hay prisa- le sonreí y el retomó su actividad

-Gracias señorita París, espero que desee salir de compras seguido

-Cuando salga pediré que me lleves tu

Volvimos a casa y yo fui a mi cuarto para guardar el dinero en algun lugar seguro y después para ordenar lo que había comprado.

Puse el tinte sobre la cama y me dispuse a leer las instrucciones cuando Mary Luz entró sin golpear.

-¿Vas a teñirte?- tomó la caja mirando el color que escogí

-Si, me gusta más oscuro- respondí y seguí leyendo las instrucciones

-Yo te ayudo, acabarás tiñendo hasta lo que no debes- se puso a preparar todo y en el baño empezó. Me miré por última vez y me despedí de mi color natural.

-Gracias Mary, aveces no eres tan mala

-Yo no lo soy, nadie podrá cambiarme, soy mejor que eso y espero que tú no te equivoques jamás en lo que hagas porque hay cosas que no tienen solución, ¿Lo entiendes?- era una clara advertencia que no entendí

-Aveces no te comprendo pero dicen que de los errores se aprende- le dije la frase que tantas veces escuché y ella negó mirándome con más dureza

-Hay errores que son graves, cosas que no puedes solucionar, a eso me refiero

*****

Entré a la ducha y me ví al espejo con mi nuevo color, me encantaba el resultado. Se veía lindo, Mary Luz había hecho un buen trabajo debido a que tuvo mucha práctica en el tema.

...(Mary Luz)...

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