...PARÍS OSORIO...
Comenzaron a prepararme físicamente para aprender a luchar y defenderme. Varios expertos en distintas artes marciales venían regularmente para enseñarme todo lo que debía saber. Aunque mi niñez había sido arruinada por lo que le sucedió a mi padre, todo esto se sentía aún peor.
Yo estaba sola y jamás fomentaron que tuviera amigos o que hiciera actividades para una niña de mi edad. No eran malas personas, pero sí tenían un modo muy frío de tratarme, pese a las circunstancias que había tenido que atravesar a tan corta edad.
Yo no tenía a nadie, estaba sola y aquí no me sentía en casa. ¿Qué niño crece con felicidad sabiendo que cuando pasen algunos años matará a una persona? Yo creo que nadie lo hace, pero yo no había escogido esta realidad ni la manera en la que me tocaría vivir, las circunstancias me habían atrapado y golpeado con fuerza.
Comencé a dominar las distintas artes marciales, aprender de pequeña era más fácil que hacerlo de adulta. Mi padre adoptivo observaba mis entrenamientos con orgullo y a veces me felicitaba, a su manera lo hacía.
Lo que no tuve fueron padres presentes en momentos como actos escolares, ayuda para resolver distintas tareas. Ser adoptada generaba cierta preferencia hacia Mary Luz, mientras que a mí solamente me dejaban esperando por ciertas cosas como por ejemplo que fueran a mis actos escolares. Ellos eran un poco extraños.
Llegó mi primer periodo y nadie me habló sobre eso, yo no sabía que me pasaba. Mary Luz fue quien me habló, a su manera pero lo hizo y quién me dió lo que necesitaría para usar durante los días que durara. No hubo contemplaciones ni ese día para entrenar y acabé manchada y adolorida.
Necesitaba de alguien que supiera guiarme pero no había, allí tal vez ellos fallaban pero comprendía que habrían diferencias entre su hija biologica y quién no lo era.
Así fueron pasando los años y yo creciendo, alimentada por la sed de venganza y el odio hacia el asesino de mi padre. Cada cierto tiempo veía una imagen de su asesino viviendo su vida y siendo feliz, mientras que yo aún extrañaba a mi padre y recordaba con rencor y tristeza mi último cumpleaños con él y en lo que se había convertido.
Mi padre adoptivo no me dio más datos acerca del asesino de mi padre, no me dijo su nombre, mucho menos su apellido para poderlo localizar. El sentía temor de que yo pudiera actuar por impulso y cobrar mi Venganza antes de lo que él había estipulado.
Con 15 años en vez de ir a fiestas y conocer chicos yo estaba aprendiendo sobre armas y continuaba mis entrenamientos. Tenía algunos pretendientes pero no me interesaban.
-¿Piensas volverte monja luego de matar al cabrón?- Mary Luz había venido de visita ya que estaba en la universidad y llegó luciendo... diferente
-Eso no es asunto tuyo, ¿Por qué no me dices que es lo que quieres saber? Jamás vendrías aquí si no fuera por algo- ella sonrió y palmeó mi espalda para después sentarse detrás del tocador de mi cuarto a inspeccionar que tenía allí
-Necesito que hagas algo por mi- ahí estaba el motivo, ella podía ser buena pero también alguien que por ir a fiestas dejaba a su hermana adoptiva haciendo un trabajo universitario que le correspondía
-¿Qué hay para mí si hago esto?- la miré retadora esperando una buena recompensa por lo que acabaría haciendo de todas formas
Mary Luz muchas veces se comportaba como una maldita pero bien sabía que si yo la necesitaba podía contar con ella y su ayuda sin dudarlo. Ella hasta se ocupaba de comprar mis productos femeninos para la llegada de mi periodo, hasta me llevó a comprar ropa interior cuando mi cuerpo comenzó a desarrollarse. Tenía maldad y desinterés hacia el mundo pero podía ser leal si la necesitaba.
-Dinero hermanita, ¿No es lo que te interesa?- sonrió perversa y encendió un cigarrillo en mi habitación sabiendo que lo detestaba
-Mmm esto me demorará varias horas, no se si pueda hacerlo- le dije al ver la suma que pretendía darme y solo agregó más billetes negando con la cabeza
-Aprendiste bien a sacar provecho de tus habilidades- hizo una llamada a sus amigas o amigos confirmando que iría a la fiesta que no quería perderse
Mis padres adoptivos son ricos pero a mí no me dan dinero a manos llenas como a su hija biológica, así que debo ingeniármelas para ahorrar para alguna emergencia que pudiera presentarse.
Estuve planeando ir a la casa donde me crié y tomar el dinero que mi padre escondía tan secretamente para que nadie pudiera encontrarlo. Tenía que planear bien cómo lo haría porque sabía que había cámaras de seguridad en muchos puntos de la ciudad. No quería ser descubierta y así arruinar la reputación de la adinerada familia que me acogió, que una de sus hijas tuviera que robar no sería bien visto.
Ya había ahorrado bastante para alguien de mi edad pero para un adulto con más responsabilidades era relativamente poco comparado con lo que necesitaría para la adultez, y más si debía vivir siguiendo los pasos del asesino. El poseía dinero y no sabía adónde podría llevarme mi venganza con el afán de cumplirla.
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Updated 66 Episodes
Comments
Yuli Perez
el y ella sufrieron mucho de niño pero esos padres adoptivos son los que quieren venganza y la utilizan desde niña lavando le la mente para que lo mate pero creo que terminan enamorados
2024-08-03
1
sam
esta historia no me convence :( creo que el sufrió mucho de niño . hay historias que es bueno que digan que fue feliz y que ni tengan continuación y siendo algo tan trágico y triste que el no merece
2024-03-29
4
Fanny Alicia Rodriguez Gracia
juntos eran unos niños cuando eso paso y se van enfrentar a una situación muy delicada
2024-03-17
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