Seré lo que sea

Mientras comían los dulces, una dama de compañía de Raquel fue corriendo hacia su habitación, donde estaba leyendo una novela.

—Maestra, el joven Duque está aquí— Al escucharla saltó del sofá tirando el libro en el piso, se puso frente al espejo y espero a que su dama se acercara para que le arreglara el cabello.

—Pensé que a la señorita no le agradaba el joven duque— Dijo una de ellas, quien se estaba colocando a sus espaldas para comenzar a peinarla.

—No es que no me agrade, solo es muy estricto, pero está interesado en mí y eso es bueno para mi padre y el marquesado— Su mirada se mantuvo fija en su reflejo, quería ver que tan inocentes podían ser sus ojos.

—Pero me temo que no la ha venido a ver a usted maestra— La mujer que corrió a avisarle cayó a sus pies, sintiendo tristeza.

—No es un buen hombre señorita, a lo mejor vino a pedirla a la fuerza— Quien cepillaba su cabello se mostró ofendida y aliviada de que aquel hombre no buscara mas a Raquel.

Raquel se congeló, disimuladamente, retiró la mano de la mujer que tocaba su vestido.

—Si no me vino a ver, ¿Qué hace en el ducado? ¿Con quién está?—Preguntó sin parpadear a la mujer que yacía en el suelo.

—Está tomando el té con la joven Susan, tal vez está tramando algo perverso— Se puso de pie, pues sintió la molestia de Raquel.

—Ya veo— Se levantó de golpe y ordeno a todos que salieran de su habitación.

Se tiró de nuevo en el sofá, sus ojos amarillos ardían en rabia, ¿Cómo era posible que ahora mostrara interés en Susan? "El mismo ordenó tenerla lejos de su vista mientras me visitaba algo extraño está pasando".

Erik y Susan conversaban sobre las diferentes hojas de té y sus orígenes, no parecía la misma señorita que le había pasado por encima un día antes, se veía serena y feliz.

—Eres muy inteligente y me gusta tu carisma, me preguntaba si te gustaría ir al ducado, seré tu patrocinador— Esa fue su mejor solución, al ser un rango muy bajo y sobre todo un "Nuevo rico" nadie trataría a Susan de forma igual en la alta sociedad, pero tampoco sería aceptada como una pobre más, Raquel tenía oportunidad al casarse con alguien importante, Pero Susan sería lanzada a los leones en cuanto tuviera la edad suficiente.

—¿Patrocinador?— Preguntó confundida.

—Verás, los rangos nobles mas altos tienen la oportunidad de tomar a los hijos de rangos mas bajos si estos tienen algun talento especial, bajo un nombre importante, tienen la posibilidad de conseguir un buen matrimonio, o un trabajo importante— Mientras hablaba, el rostro de Susan se iluminó, era como si con sus palabras le garantizara seguridad.

—Entonces, ¿Usted sería como mi papá?— Su rostro sonrojado y sus brillantes ojos café esperaban una respuesta positiva.

Erik sintió su corazón acelerar "Es tan linda" Ojalá fuera así.

—Tú ya tienes un padre, si te patrocino beneficiaras a tu familia también, seré como un tutor.— Su sonrisa desapareció, también se fue la luz de sus ojos.

—El marqués no es mi padre, yo solo soy su sobrina, de un hermano que nunca quiso, el solo me tomo bajo su cuidado y me adoptó para que nadie hablara sobre una Ferret en un orfanato, es tan obvio que no me favorece que nadie en esta casa me quiere— Al darse cuenta de que había hablado de mas, soltó la taza que tenía en sus manos derramando el té sobre su falda.

Erik se movió rápidamente hacia ella, reconociendo su dolor, era triste que algo así pasara, tragó saliva con dificultad.

—Lo siento— Susan habló con dificultad, para él fue evidente que ella no quería beneficiar a alguien que la tratara de mala manera.

—No te disculpes, te aseguro que mañana mismo estarás en mi casa, seré lo que quieras que sea, te cuidaré— La abrazó con fuerza, ella también lo abrazó de regreso.

Al terminar su reunión con Susan, sus pies se dirigieron de inmediato hacia la oficina del marqués.

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