Soy Un Protagonista En La Novela De Mi Hermana

Actuación y decisión

—Me preguntaba si ya se había marchado, ahora veo que no— Raquel sonrió tiernamente, haciendo que el rostro de Erik se pusiera morado.

—Estoy por salir, así que llevo un poco de prisa— Trató de sobreponerse, era cierto que era muy atractiva, bastante letal. Pero el hecho de que fingiera ser linda le causaba náuseas.

—Deseo que me regale un poco más de su atención, debo hablar con usted— Le tocó el hombro, acercó sus labios rojos cerca de su oído, lo estaba tratando de seducir.

—Mi tiempo es bastante importante, no lo puedo gastar con cualquiera— Se movió levemente para que se viera obligada a dar un paso atrás.

—Sé que has estado viniendo a mi casa, ¿Qué es mas importante que cortejarme?— Finalmente demostraba parte de sus verdaderos colores, una sonrisa forzada y unos ojos ardiendo en llamas lo hizo sentir extraño.

—Solo vine a tratar un par de asuntos antes de irme de aquí para siempre. Por muchos es sabido que al intentar ganarme su corazón, la he puesto en una situación incómoda, no deseo que esto siga así, supongo que usted tampoco, ya no está obligada a tratar mas conmigo— Su mirada se volvió severa, sus labios pedían disculpa, pero su cuerpo demostraba lo que en verdad deseaba tenerla lejos.

—No puedo aceptar eso— Raquel apretó sus manos contra su pecho.— Usted ya tiene mi corazón, no me incomoda, solamente entienda mi posición, yo lo amo.— Comenzó a llorar, Erik reaccionó asombrado, pues no entendía el comportamiento de Raquel. Al examinar bien la escena, vio a un par de sirvientas que lo miraban con odio y desaprobación, era obvio que Raquel también las notó.

Erik tomó sus manos, y se acercó mucho a ella, su gesto se torno un poco mas suave, de un príncipe de ensueño.

—Mi cambio en estos últimos días ha sido difícil, nadie cree que soy sincero con lo que digo y lo que hago, yo también te amo, pero siempre seré un monstruo a los ojos de los demás, tu noble corazón no me puede pertenecer, por más que esto rompa el alma mía— Al darse cuenta de que sonó un poco a poema se sintió avergonzado, pero para darle sazón a su actuación, forzó una lágrima, parecía que sus ojos azules se desbordaban, era hermoso y él era consciente de eso.

De reojo miró a las sirvientas, quienes estaban sonrojadas por la escena. Miró de lleno a Raquel, quien estaba en shock, por dentro él sonrió "Querías dejarme como el malo, ahora trágate esto"

Raquel ya no supo que contestar, así que Erik estaba listo para su remate final.

—Hasta siempre, vida mía— Besó sus manos con aparente dulzura, y se alejó con lágrimas deslizando sus mejillas.

"Un dios del olimpo ha llorado" Una de las sirvientas secaba sus lágrimas conmovida, Erik sonrió victorioso.

Aprovechando el alboroto, se acercó hacia donde se encontraba Susan, esperando, estaba sentada en la fuente, su largo vestido se estaba mojando en el agua, pero no le importaba, cuando lo miró, se acercó dejando un rastro de agua.

—¿Cómo salió tu reunión?— Preguntó disimulando su felicidad, antes de la respuesta.

—Te irás conmigo ahora mismo— Le dijo, tomándola de la mano.

—¡¡Iré por mis cosas!!— Su sonrisa era amplia y radiante, la sonrisa de una niña.

—Solo trae lo mas importante. El resto puede quedar a pudrirse en este lugar— Susan le levantó el pulgar y se alejó dando saltitos.

Cuando se fue, Erik divisó unas rosas de color azul, eran preciosas. Se acercó para apreciarlas mejor, imaginando a Susan con ellas decorando su cabello.

—Debo plantar flores azules en el ducado— Dijo mientras arrancaba una.

Estaba distraído cuando de repente, una mujer cayó muy cerca de él, era la dama que pasó a su lado hace un rato ya.

Sus ojos se encontraron, ella lucia agitada, su rostro sonrojado, sus ojos verdes apagados, sus labios entre abiertos, todo aquello le pareció hermoso.

—¡¡Por favor, llévame en lugar de Susan!!— Le dijo casi gritando, con una mirada decidida se levantó del suelo, su petición lo dejó aturdido.