Soy Un Protagonista En La Novela De Mi Hermana

Extrañeza

—¿Entonces mi destino es morir?— Preguntó después de ver el rostro pálido de su hermana ante la realidad que le acababa de plantar.

—No, puedes hacer lo que quieras, eso está claro, en la novela yo heredaba el ducado tras tu muerte, no quiero eso— Su tono se volvió flojo y le retiro la mirada.

—Entonces solo me quieres vivo para no quedarte y ser responsable... Está bien ¿Qué vas a hacer entonces?— Erik se recargó en la pared, era justo eso lo que esperaba de su hermana.

—No lo sé aún, el segundo hijo es más libre que el primero, tal vez me vuelva caballero o un importante comerciante.

Enseguida, la puerta se abrió de golpe, era su padre con una actitud extraña, miraba a Gester fijamente con la mirada temblorosa, ambos temían que hubiera escuchado que ninguno de sus hijos existía y a hora eran extraños.

—Gester... serás sacerdote en el templo— Fue lo que dijo, al parecer solo había escuchado la última parte.

—¿¡Qué!?—Exclamó con fuerza (Al parecer olvidaste que el segundo hijo también estaba dispuesto a la voluntad de su padre) Erik le susurró en el oído de forma burlona.

—Ven, vamos a registrarte, el cardenal estará feliz de tenerte en el templo— De manera dolorosa, se lo llevó arrastrando, Gester no pudo hacer nada contra la increíble fuerza que tenía su padre.

Al estar solo, Erik se puso a reflexionar "Puedo hacer que mi vida sea mas larga si no me relaciono con esa mujer, pero... Susan" Apretó el puño mientras observaba por la ventana como arrastraban a su hermano hacia el carruaje, al parecer su madre no estaba muy de acuerdo, ya que le estaba gritando a su padre para que se detuviera.

—Todo esto, es la familia que debo cuidar ahora. Miró el rostro enrojecido de su madre por la ira, y se la imaginó llorando la muerte del verdadero Erik, pues en su abrazo pudo sentir un inmenso amor por su hijo, se mordió el labio con la idea de que algún día tendría que decirle que no existe mas en ese mundo.

Despejó su mente, no era momento de pensar esas cosas.

A la mañana siguiente, pensaba cumplir su promesa, se estaba cambiando, la relación con las mujeres que deberían asistirlo no había mejorado, asi que les daba su espacio, además era mas cómodo para él cambiarse por su cuenta.

—Hermano— Gester se asomó por la puerta—¿Irás a algún lado?— Mantuvo su mirada fija, Erik era su creación, un hombre con un porte fuerte e intimidante, verlo en persona era fascinante, aunque no le agrado del todo conocerlo. Al parecer el arrojo al verdadero Gester desde la parte mas alta de las escaleras, por eso lo golpeó, su intención era matarlo de forma accidental, pero al saber que su hermano menor había reencarnado en él la hizo sentir mejor.

—Iré al Marquesado Ferret, iré a ver a Susan— Miró a su hermano con una sonrisa, aún era complicado entender que su hermana mayor ahora era un adolescente.