Emeric se sentó nuevamente en su asiento, con las piernas y brazos cruzados, analizando cada movimiento de aquella joven Nakamura. Estaba claro que por algun motivo, le llamó la atención. Galen quien estaba a su lado lo notó de inmediato.
- ¿La conoces? - Preguntó curioso.
Emeric reaccionó de repente, como si hubiese estado en un trance, y ahora volviera a la realidad.
- No, no la conozco - Respondió, algo evasivo - Solo me llamó la atención su color de cabello. Hacía mucho que no veía a algún recluta con esas características.
- Es cierto - Agregó Galen - El último en tener esos tonos curiosos era ese tal... ¿Como se llamaba? ¿Vayoni? O ¿Vayone?
- Vayane - Afirmó Emeric - Integrante de la división primera división de Espadas celestiales. Es compañero de Lirianeth Alexard, la número uno.
- Si, ya lo recuerdo - Rezongo Galen - Diablos, ese equipo está lleno de gente famosa. Tengo entendido que ese Vayane también es fundador de los reformatorios infantiles, para niños huérfanos.
- Me sorprenden que no estuvieran por aquí. Supongo que estarán ocupados trabajando fuera del país.
La conversación entre los capitanes se llenó de dudas y curiosidades, y ambos comenzaron a especular sobre todo lo que hablaban. Sin embargo, Galen se dio cuenta de que al preguntarle a Emeric por esa joven Nakamura, él rápidamente trató de cambiar de tema y evitar la pregunta. De todos modos, prefirió no seguir insistiendo para saciar su curiosidad. Después de todo ellos eran compañeros desde hacía muchos años, por lo que Galen conocía perfectamente el carácter de Emeric.
Jiren, mientras tanto, caminaba con firmeza y velocidad hacia el escenario principal. Cada paso que daba resonaba entre los murmullos de los soldados, que si bien soltaban ligeros aplausos para recibirla, nadie parecía ponerle especial atención. La curiosidad de la gente seguía puesta en aquella muchacha con ese tatuaje de Sefyra.
Al llegar al pie del escenario, Jiren se detuvo frente a los escalones y miró hacia arriba. Los altos mandos la observaban desde lo alto, sus miradas severas pero llenas de respeto. El comandante en jefe, se acercó hacia ella:
- Su placa de bronce, señorita Nakamura. Bienvenida al ejército de Sythara.
El comandante le abrochó la placa en el pecho de su uniforme. Jiren sintió una mezcla de emociones, imposibles de explicar. Jamás le habían importado los valores de Sythara como el honor y el deber. Pero aun así, sentía la imponente convicción de los altos mandos. Jiren avanzó hasta la fila en la que estaban sus compañeros, de pie, firmes ante los miembros del Santo Conclave. Luego de un par de horas más, a Jiren le dolían los pies y la espalda de tanto estar de pie y firme. Finalmente, todos los reclutas habían sido presentados. Casi doscientos muchachos estaban de pie en el escenario debajo del sitio donde se encontraban los altos mandos. El comandante en jefe, finalmente volvió a su lugar, y se dirigió a los nuevos reclutas, ahora soldados de Sythara:
- ¡Reclutas de Sythara! Hoy, les informaré sobre las cuatro funciones que podrán desempeñar en el ejército de nuestra nación. Cada una de ellas es crucial para nuestra defensa y protección -
Los reclutas se inclinaron hacia adelante, expectantes por conocer las opciones disponibles para ellos. El comandante en jefe continuó con su discurso, detallando cada una de las funciones con precisión.
- La primera función es la de las Espadas Celestiales - proclamó, levantando la expectativa en el salón - Estas unidades son los guerreros más valientes y hábiles de nuestra milicia. Se entrenan en lucha cuerpo a cuerpo y dominan las artes del combate. Pueden desplegarse tanto en tierra, mar como en viento, enfrentando misiones de alta complejidad -
La emoción se apoderó de algunos reclutas, imaginando la adrenalina y el honor de formar parte de las Espadas Celestiales. El comandante en jefe continuó con las siguientes funciones.
- Nuestra segunda función es la de Ojos celestiales - anunció - Estos reclutas serán los encargados de obtener información vital para nuestras operaciones. Son expertos en recopilación de datos, análisis de inteligencia y espionaje. Su labor será fundamental para el éxito de nuestras misiones -
Algunos reclutas asintieron con seriedad, comprendiendo la importancia del papel de Inteligencia en el ejército. El comandante en jefe continuó con las dos funciones restantes.
- La tercera función es la de Guardianes celestiales - declaró - Estos reclutas se encargarán de la fabricación, administración y distribución de suministros. Son responsables de asegurar que nuestras tropas cuenten con todo lo necesario para cumplir sus misiones. Sin ellos, nuestro ejército no podría funcionar eficientemente -
Los reclutas reconocieron la relevancia de la función logística, comprendiendo que la cadena de suministro era vital para el sustento de la milicia. Finalmente, el comandante en jefe mencionó la última función.
"Por último, tenemos la función de Titanes celestiales", anunció. "Estos reclutas se especializarán en el manejo de nuestras máquinas de guerra, las cuales conocerán a lo largo de su entrenamiento. Serán la fuerza detrás de nuestros poderosos armamentos, asegurando el dominio en el campo de batalla".
El salón se llenó de murmullos y expresiones de asombro ante la posibilidad de convertirse en artilleros, controlando maquinarias imponentes. El comandante en jefe concluyó su discurso con un tono enérgico.
- Cada función es esencial y desempeña un papel crucial en nuestra milicia - afirmó - Serán profundamente evaluados para determinar el rol que cumplirán en nuestro cuerpo militar.
El comandante en jefe se dirigió a los nuevos reclutas con voz firme y autoritaria, mientras explicaba la rutina que deberían seguir durante su servicio en la milicia de Sythara. Los reclutas escuchaban atentos, conscientes de la importancia de las palabras del líder supremo.
- Soldados, a partir de este momento, su vida estará sujeta a una rigurosa disciplina y entrenamiento constante. Durante los próximos meses, seguirán una estricta rutina que les preparará para enfrentar los desafíos que se les presentarán. Escuchen con atención y acaten estas instrucciones -
El comandante continuó detallando la rutina diaria de los reclutas. Mencionó las clases teóricas, donde aprenderían tácticas de combate, estrategias militares, historia y normas de conducta. También se refirió a las sesiones de entrenamiento físico, donde desarrollarían su resistencia, fuerza y habilidades de combate.
- Además de las clases y el entrenamiento, cada mes se llevarán a cabo pruebas finales para evaluar su progreso y determinar su nivel de competencia. Estas pruebas serán exigentes y pondrán a prueba su destreza, resistencia y habilidades tácticas. Deben estar preparados para superar cualquier obstáculo y demostrar su valía como soldados de Sythara -
Jiren se sorprendió y se relajó mucho cuando escuchó lo de las pruebas. Quedaba completamente descartada la idea de tener que realizar alguna prueba allí mismo, delante de todos. Sin embargo, pensó: ¿Esas serán las famosas pruebas tan duras que aterraban a todos?
El comandante enfatizó la importancia de la disciplina, el compromiso y la dedicación en el cumplimiento de sus deberes. Resaltó que la superación personal y el trabajo en equipo serían fundamentales para alcanzar el éxito en su formación militar:
- Recuerden, soldados, su sacrificio y esfuerzo contribuirán al bienestar y la seguridad de nuestro amado país del cielo. A través de su dedicación y valentía, se convertirán en la vanguardia de Sythara. ¡Acepten este desafío con honor y orgullo! -
Con estas palabras, el comandante en jefe concluyó su discurso, dejando a los nuevos reclutas con un sentido de propósito y determinación. Sabían que el camino que les esperaba no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo con determinación y coraje.
En ese momento, el Gran Santo se levantó lentamente de su trono en el escenario, y se dirigió a los jóvenes soldados. Su mirada penetrante recorriendo a los reclutas frente a él. Su voz seca y gruesa resonó con autoridad mientras pronunciaba sus palabras:
- Jóvenes reclutas, sean bienvenidos a este sagrado lugar. En Sythara, el país del cielo, los desafíos que enfrentarán son mayores que las nubes que nos rodean. Ustedes son la nueva generación que se alza para proteger nuestra tierra y mantener el equilibrio -
Hubo un silencio tenso en el aire mientras todos los presentes aguardaban las siguientes palabras del Gran Santo.
- El camino que han elegido es arduo y sin misericordia. No esperen gratitud ni reconocimiento por sus sacrificios. La gloria y el honor se ganan con sangre, sudor y lágrimas. Serán sometidos a pruebas inimaginables y deberán enfrentar peligros que pondrán a prueba su temple y determinación -
Los reclutas escuchaban con atención, sintiendo cómo el aura fría y distante del Gran Santo se aferraba a sus corazones.
- En Sythara, no hay sitio para los débiles. Solo los más fuertes y valientes podrán prevalecer. A través de la disciplina, el entrenamiento y el compromiso absoluto, se forjarán en instrumentos afilados que protegerán nuestros cielos y salvaguardarán la paz -
Jiren sintió inmediatamente la diferencia entre las palabras del Gran Santo y las palabras del comandante en jefe. Mientras uno tenía un tono inspirador, el otro prácticamente no mostraba intención de mostrar algo de positivismo en los nuevos reclutas.
- Recuerden esto: no están aquí para complacerse a sí mismos o buscar gloria personal. Son servidores del país del cielo, dispuestos a sacrificarlo todo en aras de la protección y la grandeza de Sythara. El deber y la lealtad son sus compañeros constantes, y solo aquellos dignos de tal carga encontrarán su lugar entre las filas de los elegidos -
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