El fin de semana había llegado. Kael aún no regresaba de aquella reunión de despedida con sus amigos, por lo que en aquel sábado, Jiren y tío Theron estaban solos en casa.
Aquella mañana, Jiren se levantó con más ilusión que en los últimos 10 años. Por fin había algo que la motivaba a afrontar el día. El hecho de que su tío fuera a enseñarle aquella extraña técnica que utilizó en el callejón, le hacía tener esperanza en que por fin podría defenderse sola de cualquier abusón idiota. Además, nunca realizaba ninguna actividad con su tío, por lo que esta sería una experiencia completamente nueva para ambos.
Jiren se levantó temprano, desayunó algo y se dirigió al patio de su casa. Era un pequeño jardín bastante triste y desolado, ya que en él no había nada de color. Tan solo unas cuantas flores y plantas casi marchitadas decoraban el entorno. No era la gran cosa, pero serviría para practicar. Jiren esperó sentada en el patio hasta que Theron se despertara, pero a medida que pasaban las horas, ella comenzó a impacientarse.
Finalmente, a las 12:30 del mediodía, Theron se levantó. Se aproximó al patio todo desalineado como siempre, y con una lata de Orbe Dorado en la mano. Ese era su desayuno. Jiren comenzó a sentirse tan emocionada como nerviosa. ¿Qué tan estricto sería tío Theron para enseñar?
En ese momento, Jiren comenzó a hacer preguntas para calmar sus nervios.
- ¿Qué clase de entrenamiento haremos? - Preguntó - Quiero decir... Nunca fui muy buena en clases de educación física, pero creo que puedo soportar entrenamiento básico. Ahora si hablamos de pelear, no tengo idea. Pero... Puedo aprender, si es necesario claro - Y así siguió.
Theron no decía absolutamente nada, solo la observaba con una mirada extrañada. Jiren seguía haciendo preguntas sin pausa. Ella pensaba que su tío la pondría a realizar ejercicios monstruosos. Pero justo en ese instante, tío Theron cortó toda la palabrería de Jiren con una extraña pregunta.
Dime, ¿tú sabes respirar? - Dijo mientras se sentaba lentamente.
Jiren quedó atónita. ¿Qué clase de pregunta era aquella? Durante un instante, pensó que podría tratarse de una pregunta con algún significado especial o alguna profundidad compleja. ¿O era una pregunta literal? Definitivamente, era algo que escapaba de su comprensión.
¿Que si sé respirar? Emm... Pues creo que sí. Si no, estaría probablemente muerta, ¿no? - Respondió Jiren.
Tú crees que sabes respirar - Respondió Theron - Bien, esa será tu lección.
Jiren quedó sin palabras. Había estado toda la mañana preparándose para tener que hacer cien flexiones, sentadillas, tener que levantar cosas pesadas, incluso hasta se había estado preparando para tener que pelear contra Theron. Pero ¿solamente eso? ¿Solo respirar? Definitivamente, no se lo esperaba.
A continuación, Theron procedió a darle a Jiren las primeras instrucciones.
Colócate de pie y bien erguida, es importante que tu cuerpo esté lo más firme posible - Dijo mientras Jiren se colocaba en la posición tal y como le indicaba.
Mantén tus manos entrelazadas al frente, cierra tus ojos y respira profundo. Inhala durante cuatro segundos y exhala también durante cuatro segundos, ni uno más, ni uno menos.
Jiren se colocó en la posición indicada. Entrelazó sus manos, cerró sus ojos y comenzó a respirar.
Ahora, presta atención solo a tu respiración. No pienses en nada más, deja tu mente en blanco, tampoco escuches nada a tu alrededor. Únicamente concéntrate en el aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Siente cómo fluye en ti - Dijo tío Theron.
Jiren siguió las instrucciones al pie de la letra. Logró mantener la concentración durante un momento. Luego de un rato, Theron se fue de vuelta adentro de la casa, dejando a Jiren en el patio. Jiren se quedó de pie durante horas, esforzándose por mantener la concentración en su respiración. Por momentos lo lograba, pero a veces se hacía muy complicado. ¿Cuántas horas tendría que estar ahí parada? Pensamientos así cruzaban por su mente a cada rato.
Las horas pasaron y, finalmente, la noche llegó. Jiren ya estaba harta de estar ahí de pie respirando y se impacientaba cada vez que escuchaba a tío Theron pasar por allí sin prestarle atención. Y así concluyó el día. Jiren se fue a la cama tan decepcionada que no dijo ninguna palabra. Solo se fue a dormir después de preparar la cena, con la cabeza agachada y la mirada en el suelo.
Al día siguiente se despertó, pero ya no con la misma ilusión de antes. Aunque sí tenía alguna pequeña esperanza de que este día por fin harían algo diferente, pero sus ilusiones se destruyeron cuando se dirigió al patio. Esta vez, Theron ya la estaba esperando.
-¿Qué esperas? Sigue practicando en la postura que te enseñé ayer -dijo sin siquiera saludar.
Nuevamente, Jiren se paró en medio del patio. Se colocó en la postura, cerró los ojos y comenzó a respirar. Para colmo, aquel día Kael había vuelto a casa. Jiren no podía soportar la vergüenza de imaginar qué pensaría su hermano al verla en ese momento. Se sentía ridícula.
Y así pasaron los días. Jiren tenía que ir a la escuela, pero nada más llegar a casa, era interceptada por su tío, quien la enviaba directamente al patio a practicar su respiración. Los días siguieron avanzando hasta el paso de una semana. Esta semana era especial, pues sería esta en la cual Kael tendría que partir a su enlistamiento.
El día jueves de aquella semana, Kael se despidió de tío Theron con un frío saludo y luego se dirigió hacia la estación central de Runna junto con su hermana. Jiren y Kael se subieron a un metro que los llevaba directamente a la estación. Allí hablaron un buen rato sobre muchísimas cosas, como qué era lo que se encontraría al llegar a la central militar. Jiren trató de disfrutar al máximo esta charla, pues sería la última que tendría con su hermano durante un largo tiempo. O a lo mejor, quién sabe, quizá fuera la última... No, mejor no pensar en ello.
La estación central de Runna estaba llena de gente esa mañana. El sonido de los trenes llegando y partiendo se mezclaba con el parloteo de los viajeros que se apresuraban de un andén a otro. Jiren caminaba junto a su hermano, tratando de encontrar el andén 14, el cual era el asignado para Kael. Finalmente, lo encontraron. Allí estaba lleno de jóvenes despidiéndose de sus familiares y amigos, algunos hasta lloraban.
Bueno, creo que es aquí - dijo Kael, volteándose hacia su hermana.
Jiren asintió con la cabeza. Sabía que no era el momento para ponerse sentimental, pero no podía evitar sentirse abrumada por la idea de no tener a su hermano cerca. Después de todo, era la única familia real que le quedaba.
Estaré esperando tu mensaje - dijo Jiren.
Finalmente, Kael se acercó y abrazó a su hermana con fuerza. Nunca antes se habían dado un abrazo, por lo que Jiren no dijo nada, aferrándose a su hermano con fuerza. Se dio cuenta de que no había mucho más que pudiera decir, así que simplemente se quedó allí, en silencio, disfrutando del abrazo.
Finalmente, Kael se separó y le dio a Jiren una sonrisa triste.
Tengo que irme - dijo, apretando su maleta - No te preocupes por mí, estaré bien.
Jiren asintió, todavía incapaz de hablar. Observó a su hermano caminar hacia el tren y desaparecer en la multitud de gente. Se sintió como si algo se hubiera ido con él.
Ese mismo día, a pesar de lo difícil que había sido, Jiren debía asistir a la escuela igualmente. Ese día, Sarah notó a su mejor amiga afectada. Por lo que decidió recurrir a una de sus charlas de psicóloga con las cuales intentaba levantarle el ánimo.
¿Cómo estás, Jiren? - preguntó Sarah.
Estoy bien, gracias - respondió Jiren, esbozando una sonrisa. - Solo pensando en mi hermano.
¿Cómo está él? - preguntó Sarah, sabiendo que el hermano de Jiren había partido al ejército ese mismo día.
No lo sé - dijo Jiren, encogiéndose de hombros. Pero espero que esté bien.
Seguro que lo está - dijo Sarah, tratando de tranquilizar a su amiga. - Kael es fuerte, y seguro que tiene muchos amigos allí.
Jiren asintió, pero no parecía muy convencida.
Solo espero que no le pase nada malo - dijo Jiren, mirando fijamente al suelo. - Me preocupa que esté en peligro allá afuera.
Lo entiendo - dijo Sarah, poniendo una mano en el hombro de Jiren - Pero estoy segura de que no tendrá problemas para afrontarlo. Por lo que siempre me has contado sobre él, sé que es una persona muy valiente.
Jiren asintió mientras escuchaba atentamente a Sarah hablar sobre su país. Estaba fascinada por la forma en que utilizaban la naturaleza para construir sus ciudades. Sin embargo, en ese momento, recordó el día de la semana pasada en el que Sarah no había asistido a la escuela y decidió preguntarle al respecto.
- Por cierto Sarah, ¿qué ocurrió el viernes pasado? ¿Por qué no viniste aquel día? - preguntó Jiren.
Sarah respondió emocionada - Ah, tienes razón, no te lo he contado aún. Pues verás, ¡recibí un mensaje de mi papá! ¿Puedes creerlo?
Oh, es cierto, tú solo vives con tu madre. Y tu padre aún se encuentra en... ¿Cómo se llamaba? - Preguntó Jiren, un poco avergonzada por siempre olvidar el nombre del país de su amiga.
¡Sefyra! - Exclamo Sarah con un fuerte grito de emoción - Sefyra es el nombre de mi país.
Sin embargo, cuando Sarah mencionó el nombre de su país, todos los alumnos de la escuela se voltearon a ella. Sarah se dio cuenta de que debía hablar en un tono más relajado y explicó que había estado tratando de hablar con su padre a través de una videollamada, pero la conexión era terrible debido a que en Sefyra no estaban muy acostumbrados a tanta tecnología.
Jiren, sintiendo mucha curiosidad, preguntó cómo era su país. Sarah habló durante un largo rato, dándole explicaciones sobre cómo era su país. Sobre todo habló de sus paisajes, de como los habitantes adoraban a la naturaleza como si fuera algo sagrado, y cómo utilizaban los árboles para construir ciudades. A pesar de su curiosidad, Jiren siempre evitó preguntarle sobre el pasado de Sarah por si fuera algo duro para ella. Pero esta vez, parecía el momento oportuno para preguntar.
Sarah, siempre quise preguntarte algo. Siempre hablamos sobre mí, y tú tratas siempre de ayudarme con mis cosas, pero nunca hablamos de ti - dijo mientras Sarah le devolvía una mirada sorprendida - ¿Cómo llegaste a Sythara? ¿Por qué siempre que los demás te hablan lo hacen con desprecio?
Tienes razón, nunca te he hablado de ello - respondió Sarah -. Pues, es algo muy complejo. Verás, aparentemente Sefyra, de entre todas las regiones de abajo, era la que más se veía envuelta en conflictos. Debido a que mi tierra es una de las más ricas en cuanto a recursos naturales, era casi siempre invadida y atacada. Por ello, los líderes decidieron pedir ayuda desesperadamente a Sythara, con tal de obtener su protección. Sythara escuchó, pero les ofrecieron un trato. Ellos los ayudarían enviándoles el armamento más avanzado de toda Atherea, pero a cambio Sefyra debía compartir con Sythara algunos de sus recursos más preciados, como el oro o el petróleo. Pero no solo eso, también debían entregarles, cada cierto tiempo, a algunos de sus niños con mejores aptitudes de combate. Todos los habitantes de Sefyra creían que este trato no tenía sentido, ya que implicaba entregar por completo el honor de nuestro país a Sythara, pero los líderes de Sefyra estaban desesperados por conseguir ayuda, así que aceptaron. ¿Y qué crees? ¡Allí estaba yo! De pequeña me dijeron que era un prodigio en artes marciales, así que me ofrecieron como intercambio a Sythara.
Jiren escuchó la historia con la boca abierta. No imaginaba lo que debía haber significado para Sarah tener que dejar su querido país, solo por un trato político.
Cuando me preparé para partir, me hicieron este tatuaje. Recuerdo que dolió muchísimo - agregó Sarah mientras enseñaba el tatuaje de su brazo derecho. De un lado externo del brazo, el tatuaje mostraba a un dragón de color morado, el cual era el símbolo de Sefyra. Y debajo de aquella figura, había un pequeño símbolo Sythariano, aquel que se podía observar en todos lados.
Es una marca que representa la unión entre estas dos naciones - dijo Sarah.
Lo siento mucho, Sarah. Debe haber sido horrible para ti tener que dejar tu hogar por obligación - respondió Jiren. Ella no comprendía cómo Sarah podía hablar de todo aquello con una gran sonrisa en su rostro.
Pues de nada me serviría deprimirme por ello, ¿no crees? Esto es lo que me tocó vivir, así que debo afrontarlo como se debe - respondió Sarah de manera firme y contundente.
¿Cómo haces eso? Me refiero, ¿cómo logras encontrar la motivación para que nada te deprima? - preguntó Jiren - Siempre estás llena de alegría y ganas de hacer todo. ¿Qué es lo que te empuja a lograr eso?
La respuesta es muy sencilla, Jiren. Si tú conocieras Sefyra, sentirías lo mismo - respondió Sarah - Siempre nos hablan de las regiones de Atherea como si fueran violentas y caóticas, pero yo estoy segura de que no es así. Estoy segura de que la belleza de Sefyra se encuentra presente en todo el mundo, y es algo que me llena de emoción.
Mientras ella hablaba, Jiren se sorprendía cada vez más.
¡Quiero conocer el mundo, Jiren! ¡Quiero lograr ver cada esquina de este mundo! - exclamó Sarah.
Jiren no pudo evitar sentir escalofríos al notar la emoción de su amiga. Finalmente, Sarah se puso de pie y tomó a Jiren de las manos.
Es eso lo que debes lograr, Jiren, encontrar tu sueño. Algo que quieras cumplir sin importar qué - exclamó Sarah - Cuando nos enlistemos, te llevaré a Sefyra. Iremos juntas, vas a conocer mi tierra y verás de lo que hablo. Es maravillosa de verdad, te lo prometo - dijo mientras sonreía de oreja a oreja.
Jiren asintió con la cabeza. Sintió una admiración indescriptible por su amiga. Escuchando su historia y sus sueños, por fin comenzaba a comprender cómo hacía Sarah para afrontar todas las dificultades. Encontrar un sueño, eso es lo que a Jiren le faltaba, y finalmente comenzaba a comprenderlo.
Los días continuaron pasando desde que Kael se marchó. Todavía no había enviado ningún mensaje, pero Jiren no tenía tiempo para preocuparse por ello. Pues como todos los días, pasaba horas enteras practicando la respiración junto a su tío Theron. Sin embargo, al cabo de una semana, Jiren comenzó a impacientarse de verdad.
Una tarde, Jiren estaba libre en la escuela, lo que se tradujo en tener que estar todo el día de pie, erguida, con los ojos cerrados y respirando profundamente. Mientras tanto, podía escuchar a tío Theron paseando por toda la casa, haciendo lo que le placía, sin prestar un poco de atención a Jiren.
¡Esto es una estupidez! - Jiren pegó un grito que se habría escuchado en todo el vecindario - Llevo de pie como una idiota durante días. ¿Cómo se supone que me voy a defender de alguien así?
Tío Theron, por supuesto, había escuchado el berrinche de su sobrina, por lo que se dirigió hacia el patio.
Si no querías enseñarme, no debiste mentirme, tío - dijo Jiren mientras recogía sus cosas - Siento haberte molestado pidiéndote que me enseñaras.
Cuando Jiren se dio la vuelta, se encontró con la figura de su tío. Tenía una mirada amenazante, una expresión nada contenta. Jiren se quedó quieta al verlo. Ambos se observaron en silencio durante un segundo.
¿Me tienes miedo, no? - preguntó Theron.
Jiren dijo que no, pero muy en el fondo sabía que estaba mintiendo. Su tío tenía tanta presencia que imponía respeto de tan solo observarlo.
Entonces, si no me tienes miedo, sigue respirando - respondió Theron - Vamos, ¿qué esperas?
Pero tío, ya te dije que esto... - Jiren intentó responder, pero Theron le cortó las palabras con una sola orden.
¡Hazlo ya!
Jiren comenzó a sentirse cada vez más incómoda y nerviosa. Sentía mariposas en su estómago cada vez que Theron le dirigía la palabra. Jiren cerró los ojos y se colocó exactamente en la posición indicada. Inhaló profundo durante cuatro segundos, pero cuando se preparó para exhalar, sintió un empujón que la hizo volar varios metros hacia atrás y caer al suelo. Su tío, de un solo empujón, la había mandado a volar.
¿Por qué hiciste eso? - preguntó adolorida en el suelo. Jiren comenzaba a sentirse cada vez más nerviosa, hasta el punto en que se le trababan las palabras.
¡No estás firme, como te lo indiqué! - exclamó Theron con una voz de enfado terrible - ¡Te dije muy claramente que debías estar firme en todo momento! ¡Hazlo de nuevo!
Jiren no dijo nada, solo se limitó a seguir las órdenes de su tío. Nuevamente, cerró los ojos y se colocó en la posición, esta vez tratando de asegurarse de mantener el cuerpo erguido en todo momento. Inhaló durante cuatro segundos, pero cuando se preparó para exhalar, sintió un durísimo golpe en la boca del estómago que le quitó todo el aire al instante. Jiren cayó nuevamente al suelo.
Así es como aquellos niñatos te golpeaban, ¿no? - Dijo Theron mientras su sobrina se retorcía de dolor en el suelo.
Jiren ya no se sentía nerviosa. Mejor dicho, ahora sentía una angustia que le nublaba la mente. La misma angustia que había sentido cuando Pyke y sus amigos la golpeaban.
¡Hazlo de nuevo! - Volvió a ordenar Theron - Estaremos aquí hasta que lo hagas bien, no me importa si tenemos que estar hasta mañana.
Jiren se levantó del suelo temblando del miedo. No quería seguir recibiendo golpes, dolían demasiado como para tener que seguir soportándolos. Nuevamente, cerró los ojos y se colocó en su posición. Inhaló durante cuatro segundos, pero cuando se preparó para exhalar, sintió una bofetada que se estrelló en su mejilla.
Jiren soltó un quejido de dolor acompañado de las primeras lágrimas.
Ahora sí me tienes miedo, ¿no? - Dijo Theron en voz baja. Pero como él había dicho, podrían estar todo el día haciendo esto.
¡Vamos! - Volvió a ordenar - ¡Hazlo otra vez!
Pero... No puedo hacerlo si me golpeas - Dijo Jiren entre lágrimas.
¡HAZLO! - Dijo Theron con un fuerte y aterrador grito.
Jiren estaba abrumada por el miedo. En ese momento sentía ganas de salir corriendo y encerrarse en su cuarto a llorar, como solía hacer. El llanto le dificultaba la respiración, pero lo volvería a intentar. Cerró los ojos y se colocó en su posición. Inhaló profundo durante cuatro segundos, pero cuando se preparó para exhalar... No ocurrió nada. Esta vez no hubo ningún empujón, ninguna patada o bofetada, por lo que Jiren aprovechó para seguir respirando. Inhaló durante cuatro segundos, y exhaló durante cuatro segundos, una y otra vez. Solo estaba enfocada en su respiración, no quería que nada la desconcentrara. Únicamente se enfocaba en el aire entrando y saliendo de su cuerpo.
De repente, Jiren sintió cómo su tío la tomó de los hombros con tanta vehemencia que se tambaleó.
No pierdas la concentración - dijo Theron con un susurro.
Jiren abrió los ojos durante un segundo, pero inmediatamente los cerró y volvió a concentrarse en la respiración.
Tus hombros firmes, siempre firmes, sin importar qué - dijo Theron mientras sujetaba los hombros de Jiren con fuerza.
Luego sujetó sus brazos - Tus brazos firmes, siempre, sin importar qué. Todo tu cuerpo firme, sin importar qué -
A pesar de que Theron la sacudía con fuerza, se esforzaba por no perder la concentración ni el ritmo de su respiración.
Ahora, no pierdas la concentración, sin importar qué - dijo mientras movía a Jiren - Da un paso atrás, ahora un paso adelante, y ahora ¡AGÁCHATE! -
Jiren siguió los movimientos tal y como le indicó Theron, sin abrir los ojos y sin perder la concentración.
Lo haremos otra vez, pero esta vez, te soltaré - dijo Theron mientras soltaba a Jiren de las manos - Da un paso atrás, ahora un paso adelante, y ahora ¡AGÁCHATE! -
Jiren logró seguir los movimientos al pie de la letra. En ese momento, Jiren comenzó a sentir algo inexplicable, algo que nunca había sentido en toda su vida. Por alguna razón, era capaz de sentir el aire fluyendo por todo su cuerpo de una manera muy notoria. Sentía cómo entraba en cada órgano de su cuerpo y que llegaba hasta cada esquina. Y por alguna razón, sentía que era capaz de controlarlo. No con mucha claridad, pero sentía que mientras más profunda era su respiración, más podía controlar la manera en la que fluía el aire dentro de su cuerpo.
Theron notó algo diferente en Jiren. En ese momento, Theron lanzó tres golpes con mucha potencia directamente a su sobrina.
Un puñetazo directamente al rostro, pero Jiren lo esquivó con un paso atrás. Luego una patada directa al estómago, que Jiren bloqueó con sus manos dando un paso firme hacia adelante. Y finalmente, un golpe con el brazo abierto, que Jiren esquivó, agachándose con velocidad.
Jiren abrió los ojos. No podía creerlo. No comprendía absolutamente nada de lo que estaba pasando. De alguna manera inexplicable, había logrado anticiparse a cada golpe de Theron.
Tío, ¿qué fue eso? - Dijo Jiren temblando.
¡No pierdas la concentración! - Theron pegó un grito - Pase lo que pase, no pierdas tu enfoque, jamás.
Jiren rápidamente volvió a cerrar los ojos y a ponerse en su posición. Nuevamente, Theron arremetió contra ella con tres golpes, pero Jiren se los sacó de encima, con un paso atrás, un paso adelante, y agachándose con velocidad.
En ese momento, Theron observó cómo su sobrina finalmente lo estaba logrando. Su cuerpo comenzaba a emanar un aura inusual. Un ligero vapor comenzó a salir de cada poro del cuerpo de Jiren. Aunque no era demasiado notorio, se podía percibir que Jiren ya no estaba asustada. Theron sonrió satisfecho.
En aquel momento, Theron arremetió con varios golpes. Eran puñetazos y patadas con mucha fuerza y velocidad, pero Jiren era capaz de esquivarlos.
Finalmente, Theron lanzó una poderosa patada que impactó en el pecho de su sobrina, con la que consiguió tumbarla. Jiren abrió los ojos. No podía creer ni comprender nada de lo que había ocurrido. No entraba en su mente que aquello hubiera sido real y no un sueño. Tío Theron se acercó a ella, le extendió la mano y la ayudó a ponerse de pie.
Un segundo después, Theron se puso de rodillas en frente de Jiren y le dirigió una cálida mirada. Algo que nunca había hecho antes.
- Voy a decirte algo que no debes olvidar nunca. El miedo es un arma muy poderosa, más poderosa de lo que te imaginas. Pero debes comprender cómo usarlo. No utilices el miedo de los demás para ser fuerte, utiliza el tuyo. Una persona que influye miedo en los demás puede ser poderosa, pero una persona que controla su propio miedo es ¡AÚN MÁS PODEROSA! No lo olvides nunca, pase lo que pase -
Theron se levantó y se metió de nuevo dentro de la casa, dejando a Jiren en el patio. Ella se quedó allí de pie, atónita y sin palabras. Todo lo que había ocurrido era algo que escapaba de su entendimiento, pero no le importó. Solamente se quedó allí, practicando su postura y su respiración, mientras reflexionaba en las palabras de su tío.
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