La Golpiza En El Callejón

Jiren se despertó temprano como todos los días, sabiendo que tenía que estar en la escuela de Sythara en una hora. Ese día era viernes, día en el cual debía ir a la escuela por la mañana. Desayunó rápidamente, se lavó los dientes y se vistió con su uniforme escolar. Salió de su casa y caminó por las calles hasta llegar a la escuela.

La escuela de Sythara era un edificio grande y majestuoso, con varios pisos y enormes ventanales que dejaban entrar la luz del sol. Al frente del edificio, se podía leer: "Escuela Real De Sythara Nro. 06", Provincia de Runna, el cual era el nombre de todas las escuelas. Lo único que cambiaba era el nombre de las provincias y las numeraciones. La escuela tenía horarios muy estrictos, puesto que una de las enseñanzas en la que más se enfocaban las escuelas en Sythara era en la disciplina. Si un alumno llegaba tarde recibía algún castigo severo.

El horario de entrada ese día era a las 08:30 am, pero Jiren logró llegar veinte minutos antes. Sin embargo, se preocupó, ya que Sarah no aparecía por ningún lado. Ella no era de llegar tarde nunca, así que algo tendría que haberle ocurrido. Por ello decidió tomar su móvil y mandar un par de mensajes a Sarah para preguntarle dónde estaba. Jiren se sentó en las escaleras de entrada y esperó los 20 minutos restantes. En ese momento, Sarah respondió:

Sarah: Hola Jiren, ¿cómo estás?

Jiren: Hola Sarah, estoy bien, gracias. ¿Y tú?

Sarah: Estoy bien también. Quería avisarte que hoy no voy a poder ir a la escuela.

Jiren: ¿Por qué? ¿Estás enferma?

Sarah: No, no estoy enferma. Tengo que hacer algo importante en casa.

Jiren: Ah, entiendo. ¿Ocurrió algo?

Sarah: Sí, es un rollo. Pero estaré de vuelta mañana, no te preocupes.

Jiren: De acuerdo, espero que todo esté bien en casa. Cuídate.

Sarah: Gracias, Jiren. Nos vemos mañana.

Luego de leer los mensajes, Jiren se quedó un poco más tranquila al saber que Sarah estaba bien, pero aún así le preocupaba qué castigo podría tener al día siguiente. Un descenso en sus notas sería grave para su reputación, ya que ella era una de las estudiantes con el promedio más alto de la escuela.

Jiren revisó su horario antes de entrar al edificio. Tenía clases de historia Sythariana, matemáticas y biología antes del almuerzo. Después del almuerzo, tendría una clase de música y otra de educación física, y además, como todos los viernes, tendrían un pequeño interludio en la capilla que se encontraba a un lado de la escuela, en el que llevaban a todos los alumnos a rezar y a adorar al dios Rohnan. A Jiren siempre le pareció ridículo cómo todos sus compañeros se emocionaban (algunos hasta las lágrimas) cuando comenzaban a recitar aquellas aburridas oraciones. Ella solo las recitaba como si fuera una especie de robot, solo para no recibir algún reclamo.

Las clases de historia Sythariana eran responsabilidad de la Profesora Charlotte, por lo que todas las clases estaban atravesadas de discursos y sermones acerca de la grandeza de Sythara. Matemáticas era la única clase realmente interesante para Jiren. Por lo menos esta no estaba cargada de propaganda por todos lados. La clase de biología fue un poco más difícil, pero Jiren estaba decidida a aprender todo lo que pudiera, ya que notaba que por alguna razón, la profesora de aquella asignatura le caía más o menos bien, y se esforzaba realmente en enseñar lo mejor posible.

A continuación, llegó la hora del almuerzo. Jiren se unió a sus amigos en el comedor y disfrutó de una comida deliciosa. A las 14:00 en punto llegó la hora de asistir a la capilla.

Finalmente, luego de casi quedarse dormida en la capilla, llegó la última clase del día, educación física. La peor de todas. Las clases estaban divididas entre chicas y chicos. Y si bien era desagradable para Jiren ver cómo los chicos de su clase presumían enseñando sus musculitos, por lo menos era fácil de ignorar. Lo peor sin dudas era lidiar con las chicas de su clase, las cuales siempre estaban haciendo comentarios y riéndose de ella.

Luego de otro aburrido día en la escuela, llegó el peor momento del día, la salida. Jiren salió ese día de la escuela con la cabeza agachada, tratando de evitar cualquier tipo de contacto visual con Pyke y sus amigos. A pesar de que Sarah le había dado consejos para defenderse, no estaba segura de tener el coraje suficiente para hacerlo.

De repente, sintió una mano en su hombro. Era Pyke.

-¿Qué pasa, chica llorona? ¿No tienes nada que decir? - dijo Pyke con una sonrisa desagradable en su rostro.

Jiren tragó saliva y recordó las palabras de Sarah: "No tengas miedo de defenderte. Si no lo haces, seguirán acosándote".

Pyke se quedó sorprendido cuando observó a Jiren con claridad. Por lo general, cuando Pyke le decía una sola palabra, Jiren solía agachar la cabeza y responder con voz baja. Sin embargo, esta vez la cosa era diferente. Jiren estaba erguida, y tenía una mirada desafiante.

-Vaya, hoy te noto valiente. ¿Qué pasó? Normalmente, ya estarías llorando como la cobarde que eres.

Jiren no dijo nada. Solo se mantuvo firme con aquella mirada desafiante.

Justo en ese momento, aparecieron los amigos de Pyke. Parecía que de un día para el otro, su número de amiguitos había aumentado. Cinco chicos con caras y peinados de idiotas, con los músculos casi explotando sus camisas. Y tres chicas altas y delgadas, cada una con peso por el maquillaje que llevaban que su peso natural, también con caras de idiotas.

-¿Qué quieren? - preguntó Jiren, sin echarse atrás luego de ver a 9 personas acercándose de manera amenazante hacia ella.

-¿Sabes algo Jiren? Cada vez que volteo a verte, ya sea en clases de historia, o en la capilla, siempre estás distraída, mirando hacia otro lado, o incluso bostezando, como si no te importara nada. -dijo Pyke mientras llevaba sus manos a los bolsillos y se paraba justo al lado de Jiren.

De pronto, Pyke sacó de su bolsillo derecho un pequeño retrato. Jiren, por supuesto, no tenía idea de qué era aquello, pero tampoco quería preguntar. Sin embargo, alcanzó a ver que se trataba de una foto de Pyke de pequeño, abrazado a alguien bastante mayor que él. Jiren se sorprendió demasiado al ver aquello. ¿Sería posible que Pyke hubiera perdido a algún familiar cercano? Su cabeza se llenó de dudas.

-¿Por qué estás aquí? No entiendo siquiera por qué te dejaron entrar a esta escuela. Ni siquiera entiendo cómo no te desterraron de esta ciudad. -dijo Pyke mientras guardaba otra vez el retrato en su bolsillo.

- Eso a ti no te incumbe - arremetió Jiren - Tú no sabes nada sobre mí, no tienes idea sobre lo que he tenido que pasar - Por un momento, Jiren había sentido curiosidad por el pasado de Pyke; a lo mejor había sufrido una pérdida importante. Pero un momento después, recordó la clase de persona que era él.

- Además, todas esas cosas acerca del honor y de la justicia no me interesan en lo más mínimo. Jamás me interesaron, y ese es mi problema - dijo Jiren. No debió decir eso. Durante un segundo, se sintió bien poder contestarles a esos idiotas, pero de pronto se dio cuenta de que quizá había ido demasiado lejos.

Pyke apretó los puños muy furioso. De repente, uno de sus amigos se acercó a Jiren hasta ponerse de frente a ella.

¿Cómo te atreves a hablar así de nuestra historia y nuestros valores? - gritó, con su rostro contorsionado por la ira - No eres más que una ignorante que no sabe nada sobre lo que significa ser Sythariano -

En ese momento, la escuela se encontraba prácticamente vacía. Todos se habían ido a sus casas, menos Jiren, Pyke y sus amigos. Pyke, totalmente indignado, se atrevió a tomar a Jiren del cuello de manera violenta - Debería matarte ahora mismo y así borrar tu vergonzosa existencia de este país -

Mientras la ahorcaba, los amigos de Pyke comenzaron a alentarlo.

- Mátala Pyke, seguramente ni siquiera nos dirán nada por borrarla - dijo una de las chicas. "Tiene razón, seguro hasta nos agradecerán por matar a semejante basura".

Pyke le estaba apretando el cuello tan fuerte que a Jiren le costaba respirar. En ese momento, se dio cuenta de que no estaban bromeando. Pero a pesar de todo, Jiren seguía recordando las palabras de Sarah.

Tomando una bocanada de aire, Jiren sujetó el brazo de Pyke y le dio una bofetada en la mejilla. - Déjame en paz - dijo mientras volvía a respirar con normalidad - No vuelvas a tocarme -

Los amigos de Pyke quedaron perplejos. El silencio invadió a todos durante unos segundos. Pyke cubrió todo su rostro con su mano. La furia que sentía era indescriptible.

Cuando Jiren vio su cara, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Había cruzado una línea que nadie se había atrevido a cruzar antes.

Antes de que pudiera reaccionar, Jiren recibió un empujón por parte de Pyke, con el que la arrojó unos tres o cuatro metros hacia atrás. Jiren cayó al suelo y, cuando levantó la cabeza, vio a los nueve acercándose a ella.

Ahora sí, te juro que te voy a matar - dijo Pyke con los puños y los dientes apretados.

De pronto, el terror volvía a invadir el cuerpo de Jiren. Rápidamente, se puso de pie y comenzó a correr, con los nueve amigos detrás de ella.

Jiren corría por las calles de Runna con el corazón latiéndole a toda velocidad. A su espalda, Pyke y sus amigos la perseguían con la clara intención de vengarse. Jiren se esforzaba al máximo para mantener la distancia, pero sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo.

A medida que avanzaba, las calles se volvían cada vez más estrechas y enrevesadas, dificultando su escapatoria. Finalmente, llegó a un callejón sin salida. Jiren se dio la vuelta para enfrentar a sus perseguidores, pero al hacerlo, sintió un miedo helado recorriendo su cuerpo.

Pyke y sus amigos se detuvieron a pocos metros de ella, sonriendo malévolamente.

Así que creíste que podrías escapar, ¿eh? - dijo Pyke con desprecio. - Vamos a enseñarte una lección. Además, hoy no está aquí esa otra basura que tienes de amiguita para salvarte el culo.

Jiren intentó retroceder, pero se encontró con que la pared detrás de ella le impedía avanzar. Sabía que estaba atrapada y que sus perseguidores no le darían tregua. En un acto de desesperación, levantó los brazos frente a ella, como si fuera a protegerse, pero Pyke y sus amigos avanzaron decididos hacia ella.

Jiren estaba acorralada en un rincón del callejón, sintiendo la respiración agitada de Pyke y sus amigos en su nuca. Intentó desesperadamente buscar una salida, pero los chicos se acercaban cada vez más. Sabía que algo malo iba a pasar.

¿Dónde crees que vas, perrita? - Dijo Pyke, mientras agarraba su cabello y la empujaba contra la pared. Luego tomó su bolso con todas sus pertenencias, y las arrojó al suelo, desparramándolas por todos lados.

-Por favor, déjenme en paz - sollozó Jiren, incapaz de contener las lágrimas que comenzaron a brotar de sus ojos.

Pero Pyke y sus amigos no parecían dispuestos a detenerse. La rodearon, amenazándola y riendo con crueldad. Jiren cerró los ojos, preparándose para lo peor.

En ese momento sintió un puñetazo directamente en su rostro. El golpe fue tan fuerte que Jiren cayó al suelo del impacto. En el momento en que se cubrió la cara debido al dolor, Jiren sintió una patada directa a su estómago, que le quitó todo el aire que tenía. La patada había sido tan potente que por poco le provocó el vómito. Y así comenzaron, una lluvia de golpes cayó sobre ella. Un puñetazo tras una patada. Todos los chicos y chicas parecían turnarse para lanzar un golpe.

Jiren no tenía fuerzas ni para gritar. Solo lloraba de la frustración. Había hecho exactamente lo que Sarah había dicho. Por fin había tenido el valor para enfrentarlos, pero eso solo le trajo lo peor. Se sintió tan inútil que durante un segundo pensó que quizá era lo mejor, que la mataran ahí mismo. Si no podía lidiar con unos abusones de la escuela, ¿cómo podría unirse al ejército? Tal vez era mejor simplemente morir.

¡Alto! - Se escuchó de repente en medio de la paliza. Los 9 amigos se detuvieron sorprendidos por el grito.

De repente, una figura apareció en el otro extremo del callejón. Era el tío Theron, con su imponente figura y su mirada severa.

Jiren apenas podía abrir los ojos luego de tantos golpes, pero cuando alcanzó a ver la figura de su tío, recuperó un poco la conciencia. ¿Qué estaba haciendo el tío Theron ahí? ¿De verdad la estaba protegiendo?

¿Y tú quién eres, anciano? Preguntó Pyke con una sonrisa maliciosa - ¿Acaso te perdiste?

Déjenla en paz y váyanse a casa - Respondió el tío Theron con absoluta tranquilidad.

Pyke y sus amigos avanzaron amenazantes hacia Theron, pero este permaneció inmóvil, con los ojos cerrados. Jiren observaba la escena, atónita y aterrada por lo que pudiera pasar.

Tal vez este anciano vagabundo también quiere una lección - Dijo uno de los chicos.

Tío Theron respiró muy profundamente con los ojos cerrados, casi sin escuchar lo que los chicos decían. Pyke lanzó un puñetazo hacia Theron, pero en el último momento este se movió con una rapidez increíble, esquivando el golpe sin siquiera abrir los ojos.

¿Qué... qué ha pasado? - balbuceó Pyke, sorprendido por la inesperada reacción de Theron.

Los otros chicos se miraron entre sí, desconcertados. Theron seguía sin abrir los ojos, pero ahora parecía más relajado, como si hubiera entrado en un estado de meditación.

Creo que es mejor que os vayáis - dijo Theron en un tono tranquilo, pero firme.

Pyke y sus amigos dudaron por un momento, pero luego se lanzaron hacia Theron, decididos a vencerlo por la fuerza. Sin embargo, Theron continuó esquivando cada golpe con una facilidad sorprendente, moviéndose de un lado a otro con una agilidad que parecía sobrenatural.

Jiren observaba la escena con asombro y admiración. No entendía cómo su tío era capaz de hacer todo eso, pero estaba claro que aquello no era algo normal.

Pyke y sus amigos finalmente se dieron por vencidos y huyeron del lugar, dejando a Theron y a Jiren solos en el callejón.

Theron se acercó a Jiren. Lo primero que hizo fue recoger su bolso con todas sus pertenencias que estaban desparramadas por el suelo, y se lo colgó en la espalda.

¿Estás bien? - Le preguntó a Jiren en voz baja.

Creo que sí - Respondió Jiren entre sollozos. Tenía una mezcla de emociones inexplicables después de todo lo que acababa de pasar.

Theron la cargó en sus brazos con delicadeza y se marchó de vuelta a casa.

Más tarde ese día, Theron y Jiren estaban en el salón de su casa. Ese día Kael pasaría la noche fuera de casa, con unos amigos en una fiesta de despedida por su enlistamiento acelerado. Jiren tenía demasiadas preguntas en la cabeza que no sabía ni qué decir.

Theron le había limpiado ligeramente la sangre que tenía en las heridas y le había aplicado un poco de hielo en el pómulo derecho, el cual lo tenía muy inflamado. Mientras Theron se lavaba las manos, Jiren comenzó a saciar su curiosidad.

- ¿Cómo me encontraste? Literalmente me persiguieron por más de un kilómetro - preguntó.

- Siempre supe que esos muchachos te molestaban, así que simplemente decidí ir a buscarte el día de hoy. Justo cuando llegué, alcancé a verlos corriendo, así que los seguí - respondió Theron.

Jiren quedó sorprendida. Ella y tío Theron nunca se habían llevado del todo bien, pero de un día para el otro él había decidido acompañarla durante la salida de la escuela. Era un cambio demasiado grande.

- No creas que fue por algo en especial. Solo escuché tu lloriqueo de anoche y me diste un poco de lástima. Nada más que eso - agregó Theron.

- Gracias - suspiró Jiren, pensando que recibiría otra respuesta por parte de su tío. Pero a pesar de ello, se sentía bastante reconfortante para ella que su tío se hubiera preocupado por ella.

- Y... ¿Qué fue eso que hiciste? Te enfrentaste a nueve tú solo - Jiren comenzó a bombardear a Theron con preguntas - Eran nueve tipos lanzando golpes, es una situación peligrosa hasta para un experto en combate, pero tú solo cerraste tus ojos y los dejaste en ridículo. Fue increíble ¿Cómo lo hiciste?

Theron suspiró y agachó la cabeza luego de escuchar la pregunta.

- No puedo decírtelo - respondió Theron - Quizá me precipité un poco...

- ¿Podrías enseñarme? - preguntó Jiren sin siquiera escuchar las palabras de su tío - Quiero ser capaz de defenderme de ellos. Quiero dejar de tener miedo.

Theron levantó la cabeza, como si aquella última frase de su sobrina le hubiera llamado especialmente la atención. Sin embargo, reflexionó nuevamente.

- Escúchame. No puedo enseñarte nada de eso. Lo tengo estrictamente prohibido - dijo dándose la vuelta y mirando fijamente a Jiren.

- ¡Pero podrías mostrarme aunque sea un poco, es decir, no necesito que me muestres todo, solo un poco y estaré bien! - exclamó Jiren, desesperada porque su tío accediera a enseñarle.

Así estuvieron un buen rato. Jiren insistiendo y Theron negándose, hasta que el tío finalizó la discusión con un fuerte grito.

¡TE DIJE QUE NO!

Jiren finalmente se resignó. No comprendía qué tan importante podría ser aquello como para que se negara de esa manera tan rotunda. Pero en ese momento recordó todo lo que había hecho su tío en aquel día. Nunca había mostrado ningún afecto hacia ella, pero aquel día le había salvado la vida. No podía seguir exigiéndole más.

De acuerdo. Lo siento, no quise molestarte - dijo Jiren mientras se levantaba de su asiento - Siento todas las molestias que te cause. Incluso desde que nuestra familia murió, sé que no ha sido fácil para ti tener que cuidarnos. De veras lo siento.

Theron quedó sin respuesta ante las palabras de Jiren. Ella nunca antes había hablado seriamente acerca del tema con él.

El resto del día transcurrió de manera normal. Jiren y Theron no volvieron a hablar luego de aquella pequeña discusión. Pero quien más reflexionaba acerca de ello era Theron. En ese momento recordó todo. Todo por lo que habían tenido que pasar Jiren y su hermano Kael. Sobre todo reflexionó en lo mucho que Jiren había sufrido la pérdida de su hermano. Kael, dentro de todo, había superado el trauma de una manera bastante notable en comparación con Jiren, quien no había día en el que no rompiera en llanto en su cuarto. De hecho, Theron llegó a pensar que nunca había visto a Jiren sonreír felizmente. Todos estos pensamientos lo confundían. Aunque él había pasado todo este tiempo tratando de negarlo, parecía que muy en el fondo, sí tenía algo de cariño por su sobrina.

Jiren preparó la cena como todos los días. Esta vez quería mostrar su gratitud hacia su tío de una manera especial, así que preparó una deliciosa tortilla de papas con verduras.

Mientras cenaban, ambos estaban en silencio. Theron seguía reflexionando sobre aquella frase que había dicho Jiren un rato antes: "Quiero dejar de tener miedo".

Terminaron de cenar y Jiren levantó los platos de la mesa, lavó todo y se preparó para irse a la cama. Pero justo antes de acostarse, su tío la detuvo con una sola frase que la estremeció:

- Voy a enseñarte un poco.

Jiren quedó paralizada por un momento. Se dio la vuelta con una expresión de sorpresa y emoción que no había mostrado en años.

- Pero con dos condiciones - continuó su tío - Primero, voy a enseñarte solo las bases de esta técnica. Si tú no logras comprenderlas, no es mi problema. Segundo, debes jurarme por lo que más quieras que no se lo dirás a nadie, ni siquiera a tus amigos. Si alguien se entera de esto, estarías metida en un problema grave. ¿Puedes jurármelo?"

Jiren sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Esta sensación era algo que ella había olvidado por completo. Por fin, después de tanto tiempo, había encontrado algo por lo que emocionarse e ilusionarse.

- Lo juro, por supuesto - respondió sin siquiera pensarlo.

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