Capitulo 18

Habiendo todo preparado para la llegada de los esposos, Lola no puede dejar de esbozar una sonrisa y Sofia, solo suspira porque algún día le toque un amor tan maravilloso.

- Nana ¿tu crees que algún día encontraré a alguien que me lleve serenatas en cada aniversario? - su pregunta casi deja congelada a su nana.

- ¡Por su puesto que lo harás! ¿Quién no se va a resistir y conquistar a este pan con miel? - la toca de la barbilla mimándola.

- No hagas eso nana, ya soy una adulta. - se queja apartándole la mano.

Desde no muy lejos Arnold escucha su conversación y se agarra el corazón, aunque en su cabeza se dice una y otra vez que ella es una niña para él. Pero su corazón no puede distinguir edades, sobre todo el hecho de que es hermana de su mejor amigo y no puede dañar su amistad al confesar que se ha enamorado de su pequeña hermana.

- Nana ¿tú crees que ya tengo edad para salir con algún chico? Hay muchos chicos guapos en la escuela - Pone los ojitos de cachorra.

- Mi niña ¡pero que dices! - se divierte por la pregunta. Claro que puedes ya tienes 19, además, estás en la universidad y no en la escuela - mueve la cabeza divertida.

- Yo la veo como una escuela - alza los hombros junto con sus manos.

Mientras todos ellos están en su propio mundo, Lorena está pasando unas vacaciones de maravilla.

- ¿Qué puedo decir? Me encanta la naturaleza - sonríe con picardía al guardaespaldas. Deberías decirle a tu jefe que no pudo haber pensado en un lugar mejor - sonríe y acomoda sus gafas. Por el momento me quedaré aquí por voluntad propia y no porque me haya encerrado - chasquea con su lengua.

- Señora, tiene prohibido salir de su estadía - Le informa.

- No hace falta salir, puedo soportarlo, además este es un hermoso lugar, donde acomodaré mejor mis ideas, por el momento dejaré en paz a tu jefe, puedes ir e informarle, no iré a ninguna parte.

El cambio repentino de Lorena intrigó a todos los hombres, entre gritos y pataletas la llevaron hasta allí y justo ahora se comportaba de manera extraña (feliz)

- vigílala - le ordena a su camarada mientras él va a informar de los últimos acontecimientos.

Después de comunicarle y recibir instrucciones, regresa y se sorprende al escuchar como canta desde adentro de la cabaña.

- Y ahora ¿que hace? - pregunta el hombre a su compañero.

- ¡No lo sé! - regresa a mirarlo. Está actuando muy raro.

- Debemos mantenerla bien vigila, no debemos perderla de vista - a continuación les informa a todos de las indicaciones de su jefe.

De vuelta en la Ciudad Checa, Andrew ayuda a su esposa a subir con cuidado en la camioneta. Un momento incómodo para Bianca, pues sigue pensando que el fin del mundo se acerca o quizá tiene algo en mente para tratarla con amabilidad.

- Gracias..... - muestra una leve sonrisa y mira, por otro lado sonrojada.

- Eres mi esposa, no pienso dejarte abandonada - Posa su mirada en ella y le toca la barbilla. A partir de ahora, todo cambiará, confía en mí. - le suelta y sube en la camioneta.

Durante todo el camino Bianca iba dudando si en preguntarle ¿Qué pasó? O simplemente seguir callada mirándolo de reojo.

- No es bueno que guardes tus dudas, puedes preguntarme lo que desees. - sin regresarla a ver, siente su mirada.

- Yo..... - empieza a jugar con sus manos nerviosamente.

Acto seguido es visto por su esposo, el cual aprovecha el semáforo en rojo para verla directo a los ojos.

- Sé lo que tienes en mente - La sorprende. Deberíamos ir a casa y recuperarte primero, solo entonces tendremos tiempo para aclarar los malos entendidos. - le guiña un ojo.

Dejándola aturdida y con los ojos en blanco piensa para sí misma. "¿malos entendidos? ¡¡fuiste tú quien juzgo a mi familia!!" Con las manos apretando fuertemente se las restriega una y otra vez.

La vista de Andrew era muy ágil y podía captar todos los movimientos y gestos de su esposa, sabía bien que en esa cabecita debía estar pasando muchas cosas, pero le daría tiempo primero a su recuperación y después podía aclarar las cosas. Sin embargo, eso no quería decir que él la iba a dejar libre, pretendía conquistar a su esposa.

Pronto llegaron a un recinto muy tranquilo y después de media curva el portón se abrió, dejando a la vista una casa elegante con un hermoso jardín.

- A partir de hoy, esta será nuestra casa - le regala una mirada en espera de una respuesta.

- Está bien - es lo único que le responde.

Derrotado por su respuesta avanza hasta la puerta principal y estaciona la camioneta. Tomándola en brazos por sorpresa, es conducida hasta la sala de su nuevo hogar.

- ¡Hijos míos! - Se sorprende Lola al verlos llegar sin hacer ningún ruido.

- Nana ayúdame con todo por favor - Se refiere al equipaje.

- Claro mi niño - se va.

- Descansa un poco aquí y después te subiré a la habitación. - se arrodilla a su delante. En esta casa nadie podrá pasar por encima de ti y tampoco te volverán a tratar de la misma manera otra vez, te lo aseguro - le toma de las manos. Espero que podamos empezar de cero - la mira con ojos cariñosos, lo que confunde aún más a Bianca.

Agachando la cabeza, piensa si aún está dormida y es un sueño o si de verdad se volvió loco. Al ver que su silencio era la respuesta, impotente se pone de pie y sube hasta la habitación donde compartirá con su esposa.

- Oh querida ¿te gusta la nueva casa? - Lola muy feliz al cambiar de ambiente.

- Es hermosa - sonríe entre dientes.

- No seas tímida mi niña, aquí nadie podrá hacerte daño, ven te ayudo a que te recuestes un poco - Le ayuda con paciencia.

- ¿De quién es esta casa? - la curiosidad le ganó y al final preguntó.

- Está casa perteneció a los padres de Andy, pero nunca tuvieron la oportunidad de vivir aquí. - Cuenta con tristeza.

- ¿Qué pasó? - Le entró la curiosidad.

- Lamentablemente, su madre murió antes de poder mudarse, es una pena que la hayan adecuado a su gusto si al final no iban a poder disfrutarla - suspira. Al principio Andy quería comprar una casa, pero después en el hospital me dio instrucciones para que adecue esta casa especialmente para ti, mi niña. - le toma de las manos muy feliz. Aunque no lo creas, Andy siempre se fija en la sencillez de las personas, es un muy buen hombre, tiene un corazón de oro, espero que le des la oportunidad de redimir los errores. - le palmea las manos.

- Y su padre ¿Qué hay de él? - le evade sus últimas palabras.

- Alonso... - Suspira. Fue un excelente esposo y buen padre, amaba mucho a su familia, pero... Un día se fue sin decir adiós - se pierde su mirada. Son diecisiete años de su ausencia, yo en ese entonces ya no era tan joven, pero podía cuidar de mis niños.

- Estás tan joven como una lechuga - pone los ojos en blanco.

La risa de Lola se podía escuchar hasta el segundo piso.

"¿Se están divirtiendo? realmente se tienen mucha confianza" Se dice así mismo, mientras las ve desde el balcón.

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