Capitulo 17

Con mucho cuidado el dispositivo era retirado e inmediatamente llevado ante su jefe.

- Señor - Llega su informante al hospital.

- Vamos a un lugar seguro. - los tres hombres se dirigen a la camioneta, donde nadie podía escuchar lo que hablan.

- Tal como lo pidió, esta es la grabación de la señora Arslan y su hermano. - le entrega una pequeña grabadora.

Las voces de su abuela y su tío se empiezan a escuchar.

- Maldita sea (tío)

- ¿Crees que no e pensado en una solución? Pero esa mujer todavía sigue viva y ahora su nieta se ha convertido en la esposa de Andy, si llegan a tener contacto con Dolores y abre la boca será nuestro fin. (abuela)

- ¿Entonces? ¿Cuál es la solución? (tío)

- Debemos matar a Dolores, pero antes debemos sacarle todo información, ella es la única que sabe donde está el testamento de...... de ese infeliz (abuela)

- ¿Te olvidas de Alonso? Aún sigue con vida, si recobra su estado emocional, todo acabará. (abuela)

- De ese bastardo no te preocupes, mis órdenes siempre fueron cumplidas, Andy nunca sabrá el verdadero paradero de su padre, hasta su muerte lo mantendremos así. (abuela)

- Espero que no te equivoques, un error y será nuestro fin (tío)

- Mientras siga pensando que esa es la asesina, todo irá bien, no te preocupes. (abuela)

Fin de la conversación.

Sintiendo su sangre hervir de iras Andrew trato de contener el impulso de ir y golpearlo hasta la muerte.

- ¡ABUELA! ¿En verdad eres mi abuela? - con los puños apretados y el ceño fruncido mirando a la nada.

- Calma amigo, lo mejor que podemos hacer es sacar a Dolores de esa casa y a tu padre de la cárcel y eso debe ser cuanto antes.

- ¿Puedes encargarte? Debo volver a dentro - da unas cuantas instrucciones, se baja de la camioneta y entra en el hospital.

Entra en la habitación donde se encontraba su esposa la ve con un largo y profundo suspiro de lamento dejó escapar. "La familia Arslan te debe tanto, lamento mucho que hayas tenido que pasar por todo este sufrimiento ¿Podrías perdonarme?" Se sienta y agacha la cabeza.

Pensando en todo lo que acababa de descubrir, supo que la única persona que puede resolver este acertijo es la abuela de su esposa, pero no quiere forzarla. Necesitaba que su esposa sane rápido.

Los días pasaban y la recuperación de Bianca era buena. En todo este tiempo Andrew no se apartó ni un momento de su lado.

- Doctor ¿Cuándo despertarán a mi esposa? - Pregunta un poco nervioso.

- Si continúa así, esperemos que para mañana pueda despertar - una gran noticia para su esposo. Gracias a sus cuidados pronto estará como nueva.

- Gracias doctor - le da las gracias y entra a limpiar la herida de esposa.

Pues no había permitido que nadie toque el cuerpo de su esposa, en especial ver su espalda. En todo momento él había sido quien se ocupa de todo lo relacionado con el aseo personal y limpieza de sus heridas.

Al siguiente día tal como lo había dicho el médico, habían despertado a Bianca.

- Que gusto que ya despiertes mi niña - le toma de mano y la acaricia suavemente. Andy se pondrá muy feliz de saber que ya abriste los ojos.

- Cuñada - entra Sofía alegre como siempre. Que bueno verte despierta, llamaré a mi hermano - saca su móvil, pero la mano alzada de Bianca la detiene. Ok entiendo tu mensaje. - le guiña el ojo.

- Ven toma un sorbo de agua - le da de tomar agua. Mi niño Andy no se ha alejado de aquí, te ha cuidado día y noche. le comenta.

- Incluso hizo del hospital un hotel, come y duerme aquí - Se queja Sofía. Hasta no permitió que nadie toque tus heridas, él las hizo por su cuenta - se calla cuando recibe el codazo de su nana. ¡Nana!

- Esas cosas no deberías decirlas - le hace señas para que vea la cara roja de Bianca.

- Ups..... - se tapa la boca... Perdón, es que me emocione.

Mientras le platican a gusto todas las cosas que han pasado, Bianca solo escucha en silencio.

- Desearía que hablaras un poquito - Sofía hace un gesto con sus manos.

La puerta es abierta y las tres mujeres regresan a ver a la persona que yace en el marco de la misma.

- Despertaste - Andrew camina en su dirección.

- Bueno, nosotros nos vamos - apresura a sacar a su nana de ahí.

Salen muy divertidas....

- ¿Cómo estás? - se sienta a su lado y toma su mano.

Con un poco de recelo va quitando su mano de su agarre, pero él se la vuelve a agarrar.

- No me tengas miedo, no te haré daño - le asegura una y otra vez. Te prometo que nadie volverá a hacerte daño - la sinceridad en sus ojos, hizo que Bianca se pusiera nerviosa.

- Quiero ver a mi abuela - es lo único que da por respuesta.

- No te preocupes, recupérate pronto y juntos iremos a verla - Le asegura mirándola a sus ojos.

- Me siento bien, quiero irme a casa - Se siente incómoda con su interacción.

- Pediré que hoy mismo te den el alta y te llevaré a casa - Obviamente no estaba hablando de la mansión.

Sus manos tiemblan de tan solo pensar que volverá a la mansión, donde casi pierde la vida.

- No, no, no te asustes, no volveremos a la mansión - con el corazón agitado le asegura y su miedo se calma.

- Gracias - solo puede pronunciar en susurros.

Durante un largo rato los dos se quedan en un silencio total, donde sus miradas de vez en cuando se cruzaban, el sonrojes de Bianca le parecía divertido y adorable, por lo que sin pensarlo le toca la barbilla y le sonríe, a lo que su esposa se sonroja hasta las orejas. Con el corazón latiendo como el trote de un caballo por tal acción, no sabe donde esconder su cara, por lo que empieza a jugar con sus manos. Al ver tal acción Andrew se ríe de sí mismo y solo puede verla divertido. Los pensamientos de Bianca empezaron a divagar. "¿Desde cuándo este demonio tiene compasión de mí? ¿Será que el fin del mundo está cerca? ¿Por qué mi corazón late sin parar? Me volveré loca con su cambio de humor." Aún perdida en sus pensamientos no escucha lo que su esposo la vuelve a llamar por quinta vez.

- Bianca ¿Me escuchas? - le hace señas con la mano.

- ¿Eh?...... Si - si antes estaba roja, ahora parecía un rábano.

- El doctor acaba de irse, le he pedido el alta, así que te ayudaré con....... - Es detenido a medio hablar, eso nunca le sucedió antes, su esposa era la primera mujer que no le dejaba terminar una palabra, así que alza su ceja y escucha.

- Yo puedo hacerlo sola - su corazón volvía a cabalgar una y otra vez.

- ¿Y como piensas hacerlo? Además, no es nuevo para mí... - Automáticamente se queda callado. Vamos te ayudo.

Con toda la vergüenza del mundo se deja ayudar, podía sentir las manos calientes de su esposo. por otro lado Andrew se puso nervioso ya que su cuerpo empezó a arder por su tacto, habiendo controlado todos sus impulsos al poco tiempo estuvieron listos para abandonar el hospital.

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