Capitulo 4

El miedo y la desesperación se veía reflejado en la mirada de la joven que solo suplicaba piedad.

- Tú y los tuyos pagarán por el daño que han causado a mi familia - la mira con odio.

- No sé que le hicimos a tu familia, pero le pido perdón, por favor no nos hagan daño, déjennos ir - le vuelve a suplicar.

- Desde ahora tu vida me pertenece - la toma por la mandíbula. Hasta que me sienta satisfecho no podrás librarte de tu castigo. La sueltas con brusquedad.

- ¡No tienes corazón! Eres un inhumano sin alma - le grita devolviéndole la mirada.

- ¡Jared! Enciérrala - se va furioso.

De vuelta en la mansión Arslan, la abuela recibía una visita inesperada.

- Oh querida que gusto me da verte de nuevo - sonríe amablemente.

- Señora Adela - la toma de la mano. Gracias por ese recibimiento, espero no ser inoportuna - sonríe falsamente.

- Claro que no querida, ven toma asiento, supongo que no es a mí a quien deseas visitar, sino a mi nieto Andrew - ve su rostro sonriente.

- Así es - Con el rostro agachado sonríe sonrojada. Pero no quiero ser inoportuna, me conformo con acompañarla un momento.

- Ven querida, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo, pero ahora no es el momento, mañana organizaré una cena para dar la bienvenida a mi nieto y me haría muy feliz que pudieras asistir ¿Qué dices querida? - Le palmea las manos delicadamente.

- Encantada señora Adela, sin duda no faltaré.

- Dejemos de formalismos, dime Abuela, me sentiría más feliz si lo hicieras - Encantada con su invitada.

- Está bien abuela, ahora me gustaría saludar a Andrew ¿Dónde está? - Se pone de pie observando a su alrededor hasta que lo ve entrar, pero él pasa sin prestarle la mimada atención.

- No te preocupes querida, hoy no es el momento, mañana sin duda no podrá dejar de verte - Muy aduladora, pero esos no son los pensamientos de su nieto.

Quien sin duda está decidido a hacerle sufrir a una joven inocente que solo quiere ser libre.

- Te veo en media hora en la oficina de la empresa - Cuelga la llamada sin darle tiempo a contestar, mirando fijamente hacia la pared, pensando en las medidas que iba a tomar para hacerle sufrir.

Todos sus pensamientos furiosos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta.

Adelante.

- Mi niño ten tu café - Su nana le sirve con mucho cuidado y amor. Acaba de irse la señorita Lorena - le dice sabiendo que ella no es de su agrado.

- Lorena estuvo aquí? Que quería? - pregunta sin expresión alguna.

- Tu abuela la ha invitado a la cena de mañana, al parecer no pierde las esperanzas de que puedan comprometerse - hace cara de desagrado, ya que tampoco es de su agrado.

- Imposible nana, una mujer simple tiene más humildad - Con su nana era totalmente diferente, quien mejor lo conocía era ella.

- Sería una pena que ella formará parte de esta familia, ¿quién soy yo para darte mi opinión? - a pesar de que había conocido a Lorena, la impresión que le había dado desde el principio había sido muy desagradable.

- Eres como mi madre, tu opinión es importante para mí, pero te doy mi palabra de que nunca me casaré con ella, una desconocida sería perfecta para el puesto de la señora Arslan, no te parece? - Sonríe de lado.

- Toma las mejores decisiones mi niño - moviendo la cabeza de lado sonríe.

- Así lo haré nana, no te preocupes, ahora te dejo, debo irme a la oficina - se despide y se va.

Su nana ve como se aleja, sabe que él tomará la mejor decisión, ella se había encargado de enseñarle todos los valores de la vida y a distinguir el bien del mal, pero su única preocupación era esa mujer que había vuelto a rondar por la mansión.

La situación en la oficina era algo tensa y molesta, pues una invitada estaba esperándolo muy cómoda.

- ¿Qué buscas aquí? - la ve con cara desagradable, ya que el solo verla lo irrita.

- Venía a darte la bienvenida y a invitarte a comer, hace un año que no nos vemos, deberíamos ponernos al corriente - le sonríe falsamente aguantando la rabia por no haberla recibido como ella quería.

- Tengo trabajo que hacer, si me disculpas estoy por entrar a una junta - simplemente hizo de oídos sordos.

- Está bien, entonces nos vemos mañana en la cena - contiene la enorme rabia, pero aun así se acerca para despedirse, pero es rechazada, ya que no le gusta el contacto con las mujeres, en especial el de ella.

Masajeando sus sienes se saca la chaqueta y la tira al sofá, se sienta en su silla a trabajar, pero su secretaria anuncia la llegada de su amigo y abogado.

- Hazlo pasar y tráenos dos tazas de café - con eso le cuelga el intercomunicador.

- Bueno, tú me dirás para qué me citaste con urgencia - se sienta al frente.

- Quiero que busques información sobre esta mujer - le envía una foto con su información básica. ¿Puedes hacerlo para hoy mismo?

- ¿Qué tiene de especial esta mujer que ha llamado tu atención?? - lo mira esperando una respuesta.

- Mmmmmm - es lo único que recibe como respuesta.

- Mensaje recibido - Se levanta y se va.

"Lorena, Lorena ¿Qué es lo buscas?" - pensaba con su puño apretando un lápiz, el que es quebrado por la mitad.

Los malos recuerdos con ella, automáticamente le volvieron a la memoria.

FLASH-BACK

- Vamos amigo, hoy es la bienvenida del primer año, va a estar increíble, además también está invitada quien ya tú sabes - le insistía su amigo para que lo acompañe a una fiesta de la universidad.

- Está bien, iremos a la fiesta, pero no voy a tomar alcohol - con esa condición se marcharon a la fiesta, pero no se habían dado cuenta de que eran escuchados.

Todos los estudiantes populares estaban invitados, todas las niñas universitarias suspiraban por ser la novia de Andrew, ya que era un joven muy apuesto, el príncipe de cualquier chica.

- Bueno la fiesta se puso interesante - le codea mientras le hace señas hacia la puerta, quien entraba la chica que por así decirlo le gustaba. Vamos amigo, si este año no consigues novia, vas a morir santo - le animaba su amigo.

- OK, la invitaré a bailar. - mientras la invita, los celos ardían en los ojos de Lorena quien se encontraba en una esquina viendo la interacción de ellos dos, pero pronto le haría saber quien es ella.

- Suelta a mi prometido, estúpida - le lanza una bofetada.

- ¡Lorena! ¿Pero que haces? - Le reclama Andrew, pero es ignorado.

- ¿Cómo te atreves a si quieres mirar a mi novio? Él es mío y de nadie más, si vuelves a acercarte a él, juro que me encargaré de ti - le amenaza y regresa a ver a Andrew quien está atónito. Ni creas que romperé nuestro compromiso por esta mujer - con eso se va de la fiesta.

Todos muy sorprendidos murmuran entre ellos, la escena había dejado mucho de que hablar, pero eso solo era el principio de muchas escenas.

El timbre de la casa había sonado y su nana era quien lo atendía.

- ¿Dónde está mi prometido? - Entraba autoritaria y sin ser invitada.

- Lo siento señorita, pero ¿Quién es tu prometido? - Le pregunta la nana confundida.

- No te tengo tiempo para explicarle a una criada de quinta - la mira de arriba hacia abajo. Ve y anúnciale mi llegada, hasta eso prepárame una taza de té, pero sin azúcar - Tratando de imponer órdenes.

- Señorita, en esta mansión no recibo órdenes de nadie a más de mi niño Andrew, así que si desea te , puedo pedir que le preparen, en cuanto a su prometido, no sé quien es - intenta contener un poco el enojo.

- Así que tú eres la nana de mi prometido - Camina hacia ella. Con mayor razón debes servirme y obedecer mis órdenes o si no yo misma me encargaré de sacarte por esa puerta a patadas - le apunta con el dedo.

- ¡Lorena! Ya es suficiente - le grita Andrew viendo la escena.

- Cariño, tu criada no quería servirme un té, solo le estaba haciendo ver su lugar, será mejor que la despidas - intenta acercarse.

- Ya fue suficiente, tú y yo no somos ni seremos nada, ahora quiero que te vayas de mi casa - Con eso la envía a sacar.

FIN DEL FLASH-BACK

Con la sangre hirviendo sale de su oficina y se dirige hacia el establo de su mansión, ya que la pobre chica debía pagar su ira.

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