CAPILLA SAN PABLO

LAO

Me siento un poco presionada no con el tema de casarme pero si el de tener un hijo. Amo a Daniel pero nunca me imaginé casarme bajo estas circunstancias. Verlo con ese revolver me llenó de miedo, verlo emocionalmente destruido me llegó al corazón. Yo también estoy siendo egoísta. Acepté casarme, acepté dejar de tomar anticonceptivos para poder embarazarme.

Le pedí que tomáramos un baño y que luego que fuésemos a casarnos.

Estando en la bañera. Ambos desnudos, tomé el jabón y empecé a limpiar su cuerpo. Los ojos de Daniel estaban rojos y un poco hinchados.

— Sabes Daniel, te admiro. Eres un hombre que ha luchado con el destino. Y aunque hace poco flaqueaste, no dejas de ser fuerte.

Él bajó su mirada.

— ¿Me tienes lástima?

— No. No te tengo lastima— tallaba su pecho.

Se que tal ves sea el momento menos indicado, como en los días anteriores andaba con mi menstruación no habíamos tenido intimidad en los últimos 4 días.

Me ahorcajé en sus muslos. Puse mis manos a su rostro, un rostro triste. Lo acaricié. Llevé mis labios a sus labios, lo besé.

— Te amo Daniel y no se si este fuera de lugar lo que te voy a decir, quiero hacer el amor contigo aquí.

Lo abracé y empecé a montarlo suave mientras besaba sus labios. Él cerraba sus ojos y soltaba unos sonidos suaves de su boca. Cada vez que el soltaba esos sonidos, yo lo besaba.

— Eres el amor de mi vida— le susurré en su oído— Me encanta tu cuerpo, tus labios.

Él entreabrió su boca. Empecé a moverme con rapidez hasta llegar juntos al orgasmo.

Lo abracé con fuerza. Puse mi cabeza en su hombro.

Salimos de la bañera, nos pusimos una toalla y fuimos directo a la cama.

Daniel suspiró.

— Si te pido que dejemos todo por hoy y solo nos acostamos abrazados— habló Daniel.

— Tus deseos son órdenes.

Nos sentamos en el centro de la cama uno en frente al otro.

— Gracias Lao. En un momento perdí la cordura, la paciencia, en un solo instante me sentí sin ganas de vivir.

— Creo que es normal sentirse así.

— Sin duda alguna tú eres la única mujer que yo voy a amar todo lo que me quedé de vida.

Tocaron la puerta.

— Señor Daniel. Sus padres estan aqui— dijo una de las empleadas de la casa.

— Ya salgo— respondí.

—Voy a ver qué desean mis señores padre. Vístete y baja. El momento llegó.

Daniel se puso pijama y bajó a recibir a sus papás. Yo me quedé en el cuarto buscando que ponerme.

DANIEL

Bajé a recibir a mis padres. Recordé que no recogí el arma del suelo que había dejado en el despacho.

Los miré y me senté sin decir nada en uno de los sofás. Seguramente alguno de los empleados le han de haber dicho lo que pasó. Mi madre se sentó a lado mío y me abrazó.

— Yo te apoyo en todo hijo. Ya hablé con tu papá y estamos convencidos que lo primero es tu felicidad— ella empezó a llorar.

— Está bien madre mía.

— Daniel. Voy a asumir desde la empresa y recupérate pronto. Estamos de acuerdo que te cases con quien tú desees y en el momento que quieres. Te damos nuestra bendición.

— Gracias papá.

— Solo prométeme que no volverás a intentar acabar con tu vida. Una de las empleadas me llamó y me contó todo. Venimos lo más rápido que pudimos. Quiero conocer a tu mujer y darle las gracias por lo que hizo.

— La voy a llamar. Le dije que bajara pero tal ves siente vergüenza.

Subí a la habitación. Lao estaba sentada en la cama. Le tomé la mano.

— Vamos. Mis padres quieren conocerte.

— Espérame. Estoy nerviosa.

— Tranquila. Ya me dieron la bendición para la boda.

Bajamos a la sala.

— Padre, madre, ella es mi novia, la mujer que tanto amo, ella es Lao.

Mi madre lo primero que hizo fue abrazarla.

— Te doy gracias por todo lo de hoy.

Lao solo sonrió.

— Mañana a las 9 acabo de agendar en una boutique para que veamos tu vestido de novia— le dijo mi mamá a Lao.

Lao busco mi mirada como buscando mi aprobación.

— Está bien Lao. Puedes ir con mi mamá.

— La boda la haremos en la capilla San Pablo a las 5 de la tarde.

— ¿Cómo hicieron para que aceptara sin agendar?— le pregunté a mi mamá.

— Tu padre lo hizo.

— ¿Señora puedo invitar a dos amigas?

— Claro. Mañana entonces pasó por Lao y tú vas con tu papá. Nos vemos a las 5 en la capilla. Entendido Daniel.

— Si mamá — abracé a mi mama— gracias— Mi madre me dio una cajita.

— Hazlo hoy. Es mi anillo de compromiso— me susurró en el oído.

Mis padres se fueron.

— ¿Vamos al jardín? — le pregunté a Lao.

— Si.

Caminamos hasta el jardín y nos sentamos junto a la fuente. Saque la cajita y la abrí. Saqué el anillo y se lo puse en el dedo a Lao.

Ella sonrió y me besó.

— Hoy ha sido un día con todo incluido. Espero no te canses de mi.

— Mi Daniel Coen. Solo mío. Te acepto con todo. No estoy voy a cansar.

Al día siguiente. A las 8: 30 de la mañana estaba mis padres en mi casa. Lao se fue con mi mamá y yo fui a la oficina con mi papá.

En cuanto entré a la empresa comenzaron a murmurar.

— ¿Qué es esto Daniel?

— Cuando lleguemos a mi oficina te cuento.

Llegamos a la oficina.

— Okey cuéntame.

— Mmm lo que pasa es que hace algunos días renunció una joven que por decir mentiras a Lao. Aquí nadie sabe o sabía que yo estaba en una relación con Lao. Y andaba diciendo que yo le aceptaba sus coqueteos y que texteaba y hasta mensajes falsos le enseñó a mi novia. También hay otros chismes, rumores que soy homosexual, eunuco, autista, que soy aspie y no sé qué más.

— ¿Por qué has permitido que hablen mal? Voy a cambiar a todo el personal para que respeten.

— No lo hagas. La verdad me da igual. Además no me gustaría que muchos se queden sin empleo.

— Si las murmuraciones continúan conmigo en presidencia no te aseguro nada.

Después de mostrar todo lo que llevo trabajando a mi padre nos fuimos de compras.

Nos compramos unos smoking. Nos arreglamos y estábamos en la capilla a las 4:30 pm. Esperando a Lao con mi mamá.

LAO

La mamá de Daniel me llevó a una boutique solo de vestido de novia. Me probé un solo vestido que desde que entré a la tienda me llamó la atención.

Luego me llevó a un salon para que me arreglaran el cabello y que pusieran un poco de maquillaje.

— Te ves realmente hermosa. Gracias por darle esa felicidad a mi hijo.

— No me de las gracias porque a Daniel yo lo amo.

Le mandé unos mensajitos a Mariam y Soni que llegarán a la capilla.

Llamé a mi mamá. Le conté que me casaba y que quería fuera a la boda.

Llegamos a la capilla a eso de 4:50 de la tarde. Ahí estaba mi madre, mi tía Perla, Mariam, Soni y el padre de Daniel sentados en las bancas. En el altar estaba Daniel esperándome con un smoking blanco. La madre de Daniel se apresuró a sentarse a lado de su esposo.

Caminé hasta llegar donde Daniel. Mis piernas temblaban de nervios. Era el camino más largo de mi vida.

— Dios mío, pensé que nunca llegarías— Daniel tomó mi mano.

El sacerdote nos casó. Ante Dios soy la esposa de Daniel. Nos trasladamos a la mansión donde nos esperaba el abogado. Firmamos los documentos.

— Ahora si eres mi esposa ante Dios y ante las leyes terrenales— me dio un beso.

Si me pongo a pensar en todo lo que he vivido estos últimos días con Daniel, creo que han sido cosas muy fuertes. Casarme con él significa que llevaré esa carga emocional que él lleva como mochila en sus hombros.

Estamos a doce días de su cirugía. Solo espero que todo salga bien y que él sea muy feliz.

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