TE AMO

LAO

Los meses iban pasando, seis para ser exacto, mi herida puedo decir que se recuperó tal ves un poco más lento de lo habitual. Prácticamente vivíamos en el hospital. Íbamos casi diario. Daniel había recuperado el habla con la rehabilitación aunque la motriz iba un poco más lento. Nuestra actividad sexual había parado desde la cirugía, tenía miedo a lastimarlo y él con sus movimientos torpes no hacía intento de nada. Aveces lo veía demasiado pensativo pero no me decía nada.

Daniel nuevamente empezó sus citas con el psicólogo.

Ha sido duro todo eso. Se empezaba a notar mi embarazo. Daniel estaba en la habitación. Me acosté un rato me sentía cansada

— ¿Te sientes bien Lao?

— Estoy bien. ¿Quieres que te traiga algo?— él solo bajó la mirada.

— No se si estar agradecido, triste o molesto.

Después de tanto tiempo, Daniel empezó a expresar sus sentimientos.

— ¿Por qué te sientes así?

— Evidentemente estás cansada, en tu cara se nota el agotamiento pero siempre estás diciendo ¿qué necesitas?, no todo gira alrededor de mi. Tú estás embarazada pero no aceptas ayuda de nadie.

— Si me siento cansada, se que estoy embarazada pero también se que en este momento tú eres mi prioridad y quiero estar para ti en estos momentos.

— Quiero que descanses. Mañana iré a rehabilitación con mi mamá.

— Esta bien. Lo único que te pido es que no me trates de hacer a un lado.

— Estás embarazada Lao, quiero que nuestro bebé nazca bien. Entiendes. Ahorita tu prioridad no soy yo, es ese bebé, es nuestro hijo.

Por una parte Daniel tenia toda la razón. Estaba enfocada solo en él y no he descansado como se debe.

Me levanté de la cama y fui donde estaba sentado Daniel.

— Tienes toda la razón. Pero quiero que sepas que ayudarte para mí no es una tarea más que estoy cumpliendo en el hogar. Lo hago porque tú me importas mucho y quiero estar contigo en este proceso. No sabes cuánto te amo.

— Me sigues amando aun cuando no hemos podido tener sexo en seis meses. Cuando volví a ser el mismo hombre de siempre.

— Te amo Daniel. La sexualidad solo es una parte de la relación. Te voy a demostrar que no volviste a ser el mismo.

Me acerqué y besé sus labios. Bajé su cremallera y saqué a su amiguito. Miré su cara, él mordía sus labios y tenía su entrecejo fruncido. Le tiré una sonrisa y subí mi ceja.

— No eres el mismo de antes— Sonreí.

Pasé mi lengua con movimientos verticales y circulares alrededor de su amigo. Lo besaba y lamía. Me detuve un rato.

— Yo también quiero sentirlo— me desnudé.

Daniel suspiró fuerte. Me senté encima de él en reversa. Tomé sus manos y las puse en mis senos. Y empecé el movimiento de mis caderas. Era algo que tanto deseaba y necesitaba. Hasta hoy tenía miedo a lastimarlo y su parte insegura de él había regresado y hasta hoy comprendí que Daniel también necesitaba esto para afirmar que todo estaba bien. Nos unimos en un solo sonido. Daniel me abrazó. Sus respiración entrecortada y sus suspiros eran pausados y profundos.

— Quiero ir a la tina contigo y que demos un baño.

— Está bien. Quiero expresarte algo Lao.

— Dime.

— Te amo.

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