Capítulo 15

Todos los empeñados de la mansión estaban reunidos en el salón de esta misma, ninguna sabia la razón por la que estaban todos allí, pues, simplemente se les ordenó asistir sin hacer preguntas, todos se sentían nervioso, ya que parecía que algo serio estaba pasando.

Cosa que confirmaron al ver a Lothar y Leon pararse frente a ellos, nunca se les había pedido reunirse de tal forma, ni siquiera para la organización de alguna fiesta o evento grande, ¿Qué estaba pasando?.

—Buenos días –Dijo Lothar con un tono formal mientras miraba a sus empleados– lo más seguro es que se estén preguntando la razón por la que están aquí reunidos, puesto que hasta ahora nunca se les ha llamado a todos como se hizo hoy.

—Esto tiene que ver conmigo –Prosiguió Leon con su típico tono serio y desinteresado acompañado de una mirada que no transmitía nada– a partir del día de hoy vendrá mi futura esposa a vivir aquí… nadie debe desobedecerla, desde el momento en el que ella entre por la puerta principal será la señora de esta mansión. Esto quiere decir que seguirán sus órdenes, claro, solo si no pasan sobre mis decisiones o sobre las de Lothar.

Los empleados se observaron unos a otros confundidos, ¿Cómo era posible que el Joven Leon estuviera comprometido? Todos sabían sobre el abandono de su novia y prometido meses antes ¿Había podido enamorarse otra vez?.

—Espero que mi cuñada reciba un trato digno, lo más probable es que sea un poco difícil acostumbrarse a ella, esto en consecuencia a su fuerte temperamento y difícil personalidad, ella ya ha venido en otras ocasiones.

En ese momento las sirvientas tuvieron una idea sobre quien sería la misteriosa prometida de su jefe, aquella joven que iba de vez en cuando en las mañanas, las sirvientas no creían que aquella joven tenía algún tipo de relación con Leon, puesto que ellos no se miraban con cariño o se dirigían mucho la palabra. Pero ella era la única opción, pues, ninguna otra mujer había ido a la mansión además de aquella desaliñada muchacha.

—Esto es todo lo que deben saber –Dijo Lothar con un tono un poco más serio– no necesitan más indicaciones, por cierto, nada de susurrar entre ustedes o decir cosas inadecuadas frente, cerca o siquiera a las espaldas de esta, saben que cortar una lengua es más fácil que lidiar con el enojo de una mujer.

Tras esas palabras Lothar y Leon caminaron saliendo del salón principal, los empleados se vieron entre ellos todavía más confundidos que antes, pero las condiciones eran claras, ninguno tenía permitido decir algo al respecto ni tampoco podían comentarlo.

Por otra parte, Tatiana se despertó muy temprano y organizo sus maletas, su padre se levantó desde mucho antes y salió, pero Tatiana sabía que este no iba a trabajar, Leon le contó que su padre pidió un permiso para ir al hospital.

Tatiana estaba cansada, ¿Por qué su padre no era honesto? Ella tampoco estaba siendo honesta, pero era por el bien de ambos, el único anhelo que ella tenía, era ser alguien más confiable y madura, tal vez de esa forma su padre no dudaría en confiarle sus problemas.

El sonido del timbre la desconcentro de sus pensamientos, había olvidado que esa casa tenía un timbre, se levantó y al abrir la puerta se encontró con el rostro de Lothar, por un momento creyó que sería Leon.

—Hola, Leon tuvo… una reunión y por eso vine yo.

En pocas palabras Leon estaba con alguna otra mujer y no tenía tiempo o simplemente no quería ir por Tatiana, era algo que ella ya tenía muy claro, aunque Lothar intentaba decir las cosas de la forma más sutil posible.

—Sí Leon no quiere venir simplemente dilo, estoy enterada de sus diversas compañeras.

–Esto es increíble –Suspiró y luego volvió a verme– te pido perdón por la terrible personalidad de mi hermano.

—Oh, no importa –Sonrió amablemente– al menos no finge una personalidad amable.

—¿Ya estás lista?.

Tatiana asintió y de repente los hombres detrás de Lothar entraron y sujetaron sus maletas, ella los miró un poco confundida, sin embargo, estos no le prestaron atención y subieron todo al auto en el que había llegado Lothar.

—Creí entrarías un rato.

—No, lo siento, acostumbro a hacer todo de forma rápida.

—Entiendo.

Lothar camino hasta su auto y abrió la puerta para Tatiana, Tatiana entró y Lothar se sentó junto a ella, aún le sorprendía la asombrosa diferencia entre Lothar y Leon, Lothar era más tranquilo y caballeroso, no hablaba mucho, pero sus acciones demostraban más de lo que pudiera decir.

Los hombres de Lothar subieron a otro auto y siguieron de cerca el auto, Tatiana aún se sorprendía mucho al ver la gran cantidad de seguridad con la que contaban siempre.

Al llegar a la mansión Tatiana se quedó encantada, ya había ido en otras ocasiones, pero no había detallado bien el lugar, miró el jardín, un jardín tan grande y hermoso que le recordaba al jardín que su madre cuidaba en su antigua casa.

Su madre amaba ese jardín y por ende tenía a dos jardineros que cuidaban minuciosamente cada planta, al entrar en la Mansión había una fila de empleados frente a ella.

“Buenos días”, fueron las palabras de aquellos empleados dándole la bienvenida a Tatiana mientras hacían una leve reverencia.

Lothar le dio un recorrido por el lugar, un tanto innecesario, puesto que Tatiana ya conocía el lugar, sin embargo, era un desperdicio decirle eso a Lothar, pues, estaba mostrando el lugar de forma seria.

Tatiana pudo respirar en paz al descubrir que tendría una habitación por separado, no tendría que dormir con Leon, aunque era un poco improbable que este deseara compartir su espacio con Tatiana, ya que entre ellos había una mala relación, no se llevaban bien.

Al principio se llevaban de una forma normal, pero suss personalidades chocaban mucho y la arrogancia de Leon no le permitía ser amable con Tatiana o siquiera intentar entablar una amistad con ella.

Lothar dejo a Tatiana sola para que se sintiera más a gusto y se acostumbrará a la habitación.

Tatiana se sentó sobre la cama, era cómoda y suave al igual que las sábanas, reviso el closet y estaba lleno de ropa y zapatos, toda la habitación tenía un aspecto agradable y limpio, tenía ventanas de vidrio bastante grandes, a causa de esto la luz del sol se desbordaba en la habitación brindando luz natural.

Tatiana sacó todo lo de su maleta, en realidad, sus maletas no tenían ropa, solo fotos de su padre, su laptop y pequeñas pertenencias que quería conservar cerca, ya que Leon no le permitía vivir con su padre, quería sentirlo cerca, esas pertenencias explicaban el porque sus dos maletas eran tan pequeñas.

Estaba atada a un destino del que no podía huir y también a un hombre que no la veía como algo relevante, pero al menos ahora su cárcel tenía un aspecto más agradable, pero eso no quitaba el hecho de que se había convertido en un juguete dentro de una caja de cristal.

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