Capítulo 9

Al día siguiente Tom fue a la empresa de Leon, al principio no lo quisieron dejar pasar, según la recepcionista Tom no podía pasar sin una cita, tampoco quiso escucharlo cuando este le dijo que Leon le había pedido venir.

—Señor, usted no cumple con los estándares de esta empresa, simplemente váyase sin hacer un escándalo.

Por alguna razón Tom se sintió muy irritado simplemente con el hecho de escuchar la voz de aquella recepcionista, esta no lo escuchaba y solo le hablaba de mala manera por su apariencia.

Tom no estaba en su mejor estado físico, además de que estaba usando un traje viejo y un poco desteñido a causa del uso, pero el trato que estaba recibiendo era simplemente ridículo. Desde que Tom entró al edificio supo que era un lugar de alta clase, pero una recepcionista no tenía ni el más mínimo derecho de actuar de esa forma hacia otra persona.

Por su parte, Leon se destacaba por ser una persona que odiaba esperar, jamás rogaba y poco se disculpan de sus errores, era la personificación del egocentrismo, ese día había despertado con un humor peor que en otros días, por lo que se irritó de forma muy fácil al tener más de media hora esperando por Tom.

Harto de la espera, Leon decidió ir a recepción y se encontró con una escena desagradable, su recepcionista no dejaba entrar a Tom y en ningún momento le aviso de una visita, Leon se acercó con una cara de pocos amigos y la recepcionista le sonrió de forma amable.

—Señor, este hombre no quiere irse –Dijo la recepcionista con un tono dulce y coqueto– al parecer dice que usted lo llamo, no creo que sea el caso.

—Veo que eres tonta…

Tras las frías palabras de Leon aquella recepcionista cambio su rostro amable por uno confundido, no sabía la razón por la que Leon le hablo de tal forma, estaba haciendo bien su trabajo ¿O no?

—Se… señor –Dijo aquella recepcionista mientras tartamudeaba y temblaba sin poder sostener la mirada de Leon– yo…

—Creo que no entiendes que hiciste mal –La irritación y molestia en la voz se Leon hicieron que aquella mujer estremecer– ¿Quién te dio el derecho de tratar a otros como basura?, te recuerdo que eres una asalariada igual que los demás. Este hombre es mi amigo y tiene más derecho que tú para estar aquí.

Aquella mujer comenzó a temblar con más insistencia, se había equivocado, todos la estaban mirando, había quedado en ridículo, esta sentía unas grandes y persistentes ganas de llorar.

—Cuando alguien quiera verme, debes preguntarme, no tienes el derecho de echar a nadie si ya no lo ordeno primero, no tienes más derechos que nadie aquí, espero que mañana vengas a retirar tu cheque de liquidación.

—Si… señor.

Aquella mujer estaba reteniendo sus lágrimas, deseaba desvanecerse de la existencia, no soportaba tal humillación.

Tom el cual había observado todo estaba un poco sorprendido por lo intimidante que podía llegar a ser Leon, sé sorprendió un poco cuando Leon lo miró directamente a los ojos, no solo eso, también sintió como un escalofrío recorría inclusive sus huesos.

—¿Vendrás? –Dijo Leon mientras miraba a Tom– mi oficina está arriba.

Tom asintió y acto seguido Leon camino hasta el ascensor, Tom lo siguió en silencio, al entrar al ascensor Tom se sintió un poco nervioso.

—Lamento el recibimiento que tuviste –Dijo Leon de forma seria–no sabía que algo así pasaría.

—No hay problema, la culpa es mía, debía venir vestido de forma más adecuada.

Leon dejó de ver a Tom y comenzó a ver al frente, estaba muy amargado como para lidiar con cualquier cosa, pero el mismo se metió en ese problema, Tom se relajó y decidió hablar de forma amable.

—Me sorprendió saber que mi hija estaba con alguien, siempre está al pendiente de su trabajo y la casa, tampoco deja que ningún hombre se le acerque, podría decirse que eres alguien especial.

“Especial”, el hombre frente a Leon lo describía como alguien maravilloso, palabras vacías y aburridas, Leon sabía que él no amaba a Tatiana ni la quería cerca, lo único que quería era tener su vientre prácticamente de alquiler y tenerla a ella como una distracción para su familia.

¿Qué había de especial en una relación falsa? Algo pautado simplemente por un contrato para beneficiar ambas partes, absolutamente nada, únicamente el beneficio a la mafia.

Al entrar en la oficina Tom no pudo evitar mirar todo el lugar, aquella oficina emitía era hermosa, tenía ventana enorme y un escritorio de mármol, ver una oficina tan grande y bien cuidada le trajo recuerdos de sus mejores épocas, aquellos años antes de su desgracia.

Leon se sentó y Tom tomó asiento frente al escritorio de Leon, torpemente le entregó el sobre con sus documentos e incluso una carta curricular con todos sus años de experiencia, Leon empezó a ojear aquello que obviamente ya sabía, ya que anteriormente ya había investigado todo sobre Tatiana y su padre.

—Tienes mucha experiencia –Dijo Leon con un tono de voz más tranquilo– aunque aquí dice que estás enfermo y necesitas varios días libres entre semana variando de tus consultas ¿Tatiana sabe sobre esto?.

Leon sabía que Tom estaba intentando mantener su enfermedad en secreto, esa fue la mejor forma de hacerlo quedar en una situación que no lo favorecía.

—No, no quería que ella se preocupará por mí –Dijo Tom con un tono de voz cansado y triste– ¿Podrías mantener el secreto?

—Lo haré.

Tom sonrió al escuchar como Leon cedió rápidamente.

—Con la condición de que pueda pagar todos sus gastos médicos, no quiero que algo malo le ocurra, Tatiana lo adora y usted es el único familiar que le queda.

—Lo sé, pero no puedo aceptar algo así.

—Entonces todo será cubierto por el seguro médico que ofrece la empresa.

—Seguirás pagando tú.

—Lo hago por Tatiana, usted también debería pensar más en ella.

Esa frase siempre lograba su objetivo y Tom termino cediendo, tras firmar un contrato laboral, Tom ya era oficialmente un empleado de la empresa de Leon, estaba feliz, iba a cobrar tres veces más su sueldo anterior.

Tom no sabía nada sobre Leon, pero él creía que era un ángel, el ángel que apareció para ayudarlos y para cuidar a su hija, pero Tom no era consciente del mar de mentiras en el que estaba envuelto y probablemente tampoco lo sabría.

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