Capítulo 5

Tatiana no había revisado el dinero, pero cuando lo hizo contuvo un grito en su garganta, jamás había visto tanto dinero junto, Tatiana estuvo viendo el dinero por horas no sabía que hacer, tampoco conocía a Lothar o Leon, por lo que devolver esa cantidad de dinero sería muy difícil.

El dinero no le venía mal, pues, debía abandonar su mayor fuente de ingresos y podía buscar otro trabajo de noche, con ese dinero la deuda de su padre bajaría totalmente y solo tendrían que buscar dinero para el día a día, Tatiana no sabía que hacer, pero decidió dejar el dinero guardado en su habitación hasta decidirlo.

Tatiana esperó a que su horario en el bar comenzará para poder ir a renunciar, era lo mejor que podía hacer, además su padre tenía razón, por lo tanto, cuando estaba por anochecer Tatiana se encaminó hasta el bar.

Su compañero Billy la recibió con una sonrisa, un día antes la estaba separando de un borracho y ahora le sonreía animadamente, esa era la señal de lo acostumbrado que estaba a las actitudes de Tatiana y al parecer no le importaba mucho.

—Hola –Dijo con un tono amable– escuché que te fue bien y aquel tipo te pidió perdón.

—Hola… –Respondió Tatiana un poco decaída– sí, su esposa estaba enojada y amenazó con dejarlo.

—¿Por qué te ves tan triste?.

—No puedo seguir trabajando aquí, mi padre está muy enojado por el peligro al que me expongo a diario, en realidad, vengo a renunciar.

Billy estaba un poco sorprendido ante las palabras de Tatiana, a pesar de los inconvenientes, Tatiana era responsable y también una buena compañera, era la menor de todos, pues, todavía no había cumplido los dieciocho años, pero se esforzaba tanto o más que los demás, se había ganado el aprecio de todos.

—Es una pena –Dijo Billy con cierta tristeza– en verdad me gusta trabajar contigo, entiendo que fue difícil adaptarte e incluso defenderte de los borrachos, pero coincido con tu padre, este ambiente no es apto para ti, no porque no puedas estar aquí, sino porque mereces un mejor trabajo, con menos peligro y más beneficios.

—Bueno, sí, tienes razón.

Tatiana se despidió de Billy y fue a la oficina de su jefe, su jefe era un hombre de al menos unos cuarenta y cinco años, era un hombre justo que estaba muy al pendiente de cualquier cosa que ocurría en el bar, cualquier otro jefe me hubiese echado tras mi primer incidente, pero contrario a lo pensado, el señor Carlos era alguien muy paciente.

—Buenas noches –Dijo el hombre mientras apagaba el cigarro en sus manos– ¿Qué te trae a mi oficina?, escuché sobre el incidente de ayer, por lo que no debes explicarme nada, igual te pagaré tus horas de trabajo, sé lo asquerosos que pueden llegar a ser los borrachos.

—Buenas noches, no vengo por eso, bueno, quería disculparme por armar un alboroto, soy muy impulsiva y, bueno, sé que reaccione de forma exagerada.

—Eres la única mujer que ha trabajado en este bar sin ser acosada, no digo que tus métodos sean los mejores, pero eres una de las mejores empleadas que he tenido –Sonríe– bueno, ¿Qué era lo que querías decirme?.

—Entiendo que tiene una muy buena imagen de mí, pero no puedo seguir trabajando aquí –Tatiana hizo una pequeña pausa y miró a Carlos– me gusta trabajar aquí, pero por ahora no puedo trabajar aquí, mi padre e cree que es un trabajo inadecuado.

—Comprendo… me gusta tu forma de trabajar y has sido de mucha ayuda, pero no puedo oponerme a los deseos de tu padre y sobre todo, tú ya decidiste renunciar, no me queda más que agradecer tus servicios y darte un cheque de liquidación, has trabajado por casi un año aquí, por lo que será una muy buena liquidación.

—Con mi pago de esta semana será suficiente.

—O no, te corresponde una liquidación.

Carlos sacó una pequeña chequera y firmo un cheque rápidamente, Tatiana recibió el cheque y como había dicho su jefe, era una buena suma de dinero, en el fondo Tatiana estaba muy agradecida, al menos obtuvo una buena bonificación por su renuncia.

—Muchas gracias por dejarme trabajar aquí por tanto tiempo –Dijo Tatiana con una sonrisa– no puedo mentir, trabaje de forma muy cómoda aquí.

—Lo mismo digo, en realidad, dale las gracias a tu padre por firmar un permiso, bueno, si en algún momento llegas a necesitar ayuda, un favor, alguna recomendación laboral o lo que sea, estaré aquí para ti.

Tatiana sonrió y asintió, tras esa acción procedió a salir de la oficina, se despidió de sus compañeros y volvió a casa, al llegar a casa las luces estaban apagadas, su padre llegaría tarde por lo que era lógico.

Tatiana soltó un largo suspiro y fue a la cocina para prepararse algo de comer, una de las razones por la cual ella trabajaba tanto, era ese horrible sentimiento, siempre estaba sola, no culpaba a nadie, desde pequeña entendió a su padre, pero era imposible para ella no sentirse así.

Pasaba muchas horas sola cuando estaba en casa, limpiaba y mantenía su mente ocupada, pero a veces estaba no era suficiente para no sentirse sola, esa noche era una de esas ocasiones donde hubiese deseado estar trabajando.

Después de comer Tatiana se sentó a ver la televisión, con el dinero de su liquidación ayudaría mucho a su, padre y tal vez si usaba el dinero que le dieron por ayudar a Leon podría hacer que su padre pasara más tiempo en casa y descansará como es debido.

Estaba decidido, ella utilizaría ese dinero, de todos modos fue un regalo, si su padre preguntaba solamente intentaría ignorar la pregunta, aunque era poco realista, tampoco podía decirle que había ayudado a un hombre herido y de la nada le regalaron una gran suma de dinero.

Después de tanto pensar, Tatiana dejó de ver la televisión y fue a su habitación a descansar, debía levantarse temprano para trabajar y charlar un poco con su padre, esa noche, Tatiana durmió un poco más tranquila.

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