Capítulo 19

 Tal y como Amalia le aconsejó, Anna estuvo entrenando muy duro para aprender a defenderse, Nick estaba feliz de que le gustara aprender y lo hacía sentirse un poco más tranquilo, aún no sabía cuándo podrían atacarlo otra vez. Estuvo en un exhaustivo entrenamiento militar ruso, era uno de los mejores que existían, en varios meses pudo aprender desde artes marciales hasta como desarmar una bomba, se había vuelto alguien muy hábil en casi todos los campos.

 Al haber pasado varios meses Nick ya estaba decidido a hacer todo de manera definitiva, por eso en la noche decidió que le pediría matrimonio, Fer ya tenía 2 años y habían pasado tantas cosas, el tiempo se había pasado volando, Anna y él se llevaban de maravilla y ya no había dudas por parte de ninguno de los dos. Llegó finalmente la noche y ambos cenaron juntos, porque Fer se había ido con su abuela esa noche.

—¿Por qué tanto misterio hoy amor? ¿Tienes algo que decirme?

—Me descubriste, quería decirte algo muy importante, sabes que llevamos mucho tiempo juntos, bueno, dos años viviendo juntos

—No es tanto tiempo, pero si contamos años anteriores, tal vez sí. Nos conocemos hace mucho tiempo.

—Lo sé, y sabes que te amo demasiado, más que a mi mismo y que daría todo por ti... por eso...

—¿Por eso...? —Él se levantó de su asiento y se arrodilló frente al amor de su vida

—¿Quieres casarte conmigo y ser una familia definitiva? —los ojos de Anna se agrandaron un poco por la sorpresa, imaginaba que en algún momento podría pasar, pero no imaginaba que fuera ahora, habían avanzado mucho como pareja —Por favor contesta, me pones más nervioso

—Claro que sí —dijo ella levantándose con una sonrisa al verlo agachado frente a ella y lo besó con amor mientras él le ponía el anillo.

—Te amo Anna

—Te amo más Nick, fue una buena decisión quedarle a tu lado

—Voy a encargarme que siempre pienses así cariño, te amo demasiado, no podría vivir sin ti.

—Tampoco podría seguir sin ti, eres una de las personas más importantes de mi vida —Anna lo volvió a besar y él la empujó un poco contra la mesa por lo que sonrió pícara. —Podríamos festejar ¿No crees?

—Yo creo que si, futura esposa mía —contestó subiéndola a la mesa un poco, ella abrió sus piernas dejando a la vista su ropa interior de encaje rojo, parece que estaba preparada para la ocasión, él sonrió aún más y siguió besándola mientras deslizaba de a poco sus manos para quitar la ropa interior de Anna, ella tembló un poco ante el roce de sus dedos y mordió los labios de Nick, por otro lado, él comenzó a tocarla lentamente y bajó a su cuello, Anna, mientras esto sucedía estaba con sus dedos enredados en el cabello del hombre, pero pronto apartó sus manos para apoyarse más en la mesa. Nick con la mano que no estaba usando comenzó a desabrocharse el pantalón quedando todo en evidencia, se separó un instante de ella y tomándola con suavidad del cuello la recostó un poco más para finalmente entrar, entró hasta el fondo haciéndola estremecerse de placer, él la tomó por la cintura y comenzó con sus movimientos que al principio eran lentos, pero terminaron cada vez más rápidos, ella hizo su cabeza hacia atrás mientras sus gemidos se descontrolaban, luego se acomodó más sentada y Nick la levantó para caminar hasta la oficina, que era el lugar más cercano allí la acomodó en el sillón y continuaron hasta que ambos llegaron a su clímax. Una vez que Anna se recuperó un poco vio a Nick sentado y se volvió a prender, él que ya se había puesto su ropa interior otra vez no vio venir a su futura esposa y lo tomó por sorpresa subiéndose en él.

—El día de hoy amerita más ¿No crees?

—Sabes que estoy a tus órdenes amor mío —Ella sonrió y lo ayudó a quitarse la ropa interior para seguir con su festejo.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

—¿Crees que esto esté bien? —dijo Anna viendo a su suegra

—Es hermoso, además todo le queda bien a mi nieta —Ambas mujeres habían ido a comprar ropa para Fernanda, ya que se acercaba el día del casamiento.

—Tienes razón, pero aún no me decido

—Entonces llévale todo mi amor —dijo Nick llegando con su hija en brazos, se veía tan hermoso, llevaba una camisa negra un poco desabrochada y arremangada, un reloj plateado y el cabello algo desordenado y además traía a Fer, con su cabello negro, esos bucles perfectos y sus hipnotizantes ojos verdes, una escena digna de retratar, era increíble. Anna lo miró fijamente y luego miró a unas mujeres que lo observaban con deseo, ella se acercó hasta él y lo besó con algo de enojo.

—Llevaremos todo —dijo ella a la mujer de la tienda que se fue rápidamente a embolsar las cosas

—¿Y eso porque fue querida esposa?

—Aún no estamos casados —contestó ella fríamente

—Pero lo estaremos en poco tiempo —Amalia vio la escena divertida y dijo que ya tenía que irse porque iba con unas amigas a pasear

—Todas esas mujeres te devoran con la mirada, no me gusta eso.

—Tu futuro esposo es demasiado hermoso, es eso, cariño —ella lo miró con enojo en sus ojos y solo fue a pagar las cosas, luego salieron y decidieron ir por un café, ahí entró solo ella para comprar, ya que Nick se quedaría con Fer a comprar un globo rosa con luces.

Terminaron de comprar el globo y Nick quiso ver que hacía Anna que estaba tardando y se encontró con una escena que lo hizo hervir de celos, quien le vendía el café estaba sonriendole coqueto y ella le sonrió también, rápidamente entró al lugar y se acercó hasta ellos.

—¿No estabas esperando afuera? —dijo ella, entonces él la abrazó por la cintura y respondió.

—Si amor, pero nuestra hija quiso venir a ver que hacías ¿Está todo bien? Tarda bastante esta cafetería, no deberíamos volver —Dijo él viendo directamente a ese hombre que le sonreía a su mujer.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Anna al salir

—Te estaba sonriendo mucho, claramente te tenía ganas. —Ella soltó una risa y le contestó con una sonrisa malvada

—Es que tu esposa es demasiado hermosa, debes acostumbrarte a eso.

—Ya no salgamos de casa cariño, no me gusta que te miren así, y a ti tampoco te gusta que me miren así. Ya está, solucionado.

—Oh, mira eso —Dijo Anna señalando a su hija que había ido a los columpios, Nicolas volteó a ver y casi que se pone rojo de celos, su pequeña hija estaba abrazando a un niño, se levantó de inmediato y fue a buscar a su hija para llevársela lejos de ese niño atrevido.

—Definitivamente, no tenemos que salir más —Ella se rió ante sus palabras y volvieron a la casa.

.

.

.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***