Capítulo 5

Nicolas no podía mantenerse un segundo más con Anna, le dolía que haya podido decirle algo así mirándolo directo a los ojos, él le había ocultado una parte de su vida, es cierto, pero ¿Pensar que dañaría a su propia hija? Ella es quien más lo conoce en el mundo, conoce sus miedos y lo que lo hace feliz. Ella lo hace feliz, pero también puede sacar su peor versión.

Decidió irse de esa pequeña casa porque no quería empezar mal las cosas, sabe que Anna no confía en él y que tiene razones para no hacerlo.

Nicolas Narra...

¿No puedo tener familia? ¿De dónde sacó algo así? Mi empresa no toma gente con familia por seguridad, al entrar se exponen a muchas amenazas, pero yo soy el jefe ¿Quién se atrevería a contradecirme? Ella no entiende nada. No hay algo más importante en mi vida que ella... yo la amo con todo mi ser.

Tal vez sí lo vuelvo a intentar... quizá me perdone y podamos volver a formar una familia juntos, quiero que mi hija crezca sabiendo que tiene un padre a su lado, ni siquiera sabía su nombre, no quiero que esto siga así.

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Al otro día Nicolas fue muy temprano a visitar a Anna y du hija, esta vez decidió tocar la puerta para ya no tener más problemas.

—¿Qué haces aquí? —preguntó ella mientras entrecerraba la puerta

—Traje algunas cosas que vi que servían para los bebés, sabes que no se mucho del tema —Él entró enseguida y con él entraron unos hombres que traían juguetes y cosas para niños

—Es muy chica para jugar con estas cosas ¿A qué vienes realmente? Te dije que no quiero nada contigo.

—No vengo por ti, vengo por mi hija, quiero hacer las cosas bien como padre desde ahora

—¿Cómo padre? Estas loco

—Si, como padre porque no quieres dejarme ser tu esposo

—¿Qué tomaste? No parece que seas tú quien me habla

—Voy a ver a Fer —Sin más Nicolas fue a buscarla y la tomó en brazos, ella despertó y lo miró con una sonrisa y sus ojos brillantes. Esa mirada que dejó embobado a su padre, Anna sólo observaba la escena en donde Nicolas le sonreía a su hija y se preguntaba si realmente habría una chance de que sea un buen padre. No, no debía pensar en eso.

—¿Cuándo vuelves a tu país?

—No lo sé, no estoy planeando irme de aquí, quiero pasar tiempo con mi familia.

—¿Tienes familia aquí?

—Sí, de hecho no lo sabía, pero hace poco me enteré de que tengo una hija. —él la miró fijamente por unos segundos y luego habló —Ustedes son mi familia Anna. Entiendo que estés enojada conmigo, pero realmente quiero intentarlo. Estar con ustedes.

—¿Qué va a decir tu jefe si no vas a trabajar?

—¿Realmente me quieres muy lejos? Yo no tengo un jefe, yo soy el jefe.

Ella se quedó callada por unos segundos y luego se fue al baño dejando a Nicolas solo con su hija. La situación era algo que la estaba alterando, de repente aparecía el padre de su hija diciendo que quería intentar tener una familia ¿Una familia? él nunca estuvo interesado en algo así, no podía creer del todo en sus intenciones.

—Anna, ¿Podemos hablar? En serio quiero que hagamos las cosas bien. No vine hasta aquí para molestarte, sabes que hablar de estas cosas nunca fue mi fuerte, pero estoy intentándolo y tú solo escapas —Anna salió del baño y se encontró de frente con Nicolas. Él tania razón, tenía que comportarse como una adulta y enfrentar los problemas, no podía simplemente esconderse.

—Está bien, hablemos....

Ambos fueron hasta la habitación y se sentaron cada uno en una esquina de la cama con Fernanda en el medio ya dormida.

—Es muy hermosa, no imaginé nunca tener una hija así

—La verdad es que se parece demasiado a ti... Dime a que viniste y por qué tuviste que buscarme

—Está bien, te seré sincero, primero me sentí con el orgullo muy herido, me dejaste sin decir absolutamente nada.

—...

—Luego descubrí a Fer y me enojé, demasiado a decir verdad... después de eso gracias a Moreno entendí porqué querías alejarte de mi, nunca te expliqué nada de lo que hacía... Y no sabia que te había afectado tanto que yo me haya ido así. La verdad es que nunca quise irme de tu lado, escúchame, voy a empezar desde el principio.

Mi familia desde hace muchísimos años que tiene un negocio que no es para nada legal, nunca me prestaron demasiada atención y desde pequeño que los otros niños no se juntaban conmigo por miedo a ellos. Crecí y me volví algo antisocial, en mi vida siempre tuve lo que quise con solo una palabra y estaba acostumbrado a eso, no tenía amigos, tenía empleados, siempre fue así. —mientras tanto Anna sólo lo miraba con atención, nunca le había contado tanto de su vida

—continúa, te escucho.

—Bueno, mi vida siempre había sido así hasta que te conocí, al principio me parecías alfo molesta intentando ser mi amiga, pero lograste llegar a donde nadie nunca lo había hecho.

Te convertiste en mi amiga y la única persona que quería ver todos los días, siempre parecías muy alegre y positiva, lo contrario a mi, yo creía que tenias una buena vida, ya sabes, la típica niña rica criada con amor y que no conocía lo que es un problema real. Mucho tiempo creí que eras así y no me importaba, porque contigo podía hablar de tantos temas diferentes, ser un poco más yo.

—Soy una buena amiga.

—Lo eres. Poco antes de que me fuera del país tú me llamaste, lo recuerdo como si fuera ayer, me pediste que te acompañara y cuando llegué estabas mirando el cielo ¿Lo recuerdas? Ese día decidiste confiarme todo lo que sentías... Luego de ese momento me prometí cuidarte siempre, cuidar a la única persona que me entendía, o al menos yo creía que lo hacia.

—Y te fuiste igual

—Déjame terminar. Al poco tiempo mi padre sufrió un atentado, tuvimos que irnos del país, yo no quería hacerlo, me negué, pero luego mi padre me dijo que tú correrías un gran riesgo por ser cercana a mi, entonces me fui para que tu estuvieras bien, fui egoísta, lo admito pero solo pensaba en que estuvieras viva. Después de años mi padre murió y volví a buscarte.

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