Capítulo 6

—No creo que esa sea una verdadera excusa, podríamos haberlo intentado juntos... yo no tenía miedo de nada a tu lado, pero simplemente me dejaste atrás ¿Dices que fue por miedo? Realmente no lo creo, si sentías algo como dices, hubieses encontrado la manera.

—No había manera Anna, yo te amo todavía. Quiero todo contigo, quiero hacer las cosas bien esta vez

—¿Ya no tienes enemigos? ¿Gente que te quiera muerto?

—...

—Lo sabía

—Anna, yo...

—No Nicolas, ya no queda nada que intentar ¿Puedes decir que estar a tu lado no lleva ningún riesgo? Jura que nadie va a querer lastimarnos

—No, no puedo mentirte así

—Lo ves, el tiempo de nosotros dos acabó. Sentí por ti lo que jamás podré sentir con otro hombre y aceptaría sin dudarlo una y mil veces si la situación fuese diferente. Te amaba tanto que no me importaría correr ese riesgo con tal de estar contigo. ¿Pero sabes qué? Ahora tengo algo mas que proteger, algo que no puedo poner en riesgo por nada ni nadie y eso es mi hija.

—También es mi hija, quiero intentar esto, que seamos una familia juntos

—¿Familia? No sabes lo que es eso

—Tú tampoco te quedas atrás, no sabes más que yo sobre que es una familia

—Lo mejor que puedes hacer es olvidarnos, todos estaremos mejor así, tú no tendrás "debilidades" como me llamaste esa vez y yo no tendré problemas.

—¿Y si renuncio? Dejo todo y nos vamos lejos... juntos...

Antes de que Anna pudiera responder, uno de los hombres de Nicolas entró interrumpiéndolos para decirle algo al oído a su jefe.

—Entiendo —Fue lo único que dijo y se dio la vuelta para irse rápidamente

—Nicolas —Ella dudó en seguir hablando por un instante

—Luego hablamos Anna —Él se dio la vuelta y escuchó a Anna hablar

—No, ya no vuelvas aquí, sabes que no vas a cumplir con lo que dices

—Entiendo... —contestó apenas volteando y se fue sin más. Al instante Anna se dejó caer al suelo y comenzó a llorar, dejó caer las lágrimas que se había estado aguantando todo ese tiempo.

Narra Anna...

Tenía tantas ganas de decirle que si, quería irme lejos con él, olvidar todo y empezar de cero, empezar una familia... aunque lo niegue mis sentimientos siguen ahí, como desde el primer día.

Cuando dijo que renunciaría por nosotras ¿Cómo podría no estrujarse mi corazón? Lo que más deseaba es que Nicolas fuese un hombre normal y pudiéramos vivir juntos en familia, pero ¿A quién engaño? Solo a mi misma, él se fue una vez y estoy segura de que volvería a hacerlo, lo que acaba de pasar fue la prueba de eso.

Pasaron unas horas y yo no podía dormir cuando un dolor de cabeza insoportable comenzó a invadirme, tuve que agarrar a mi hija y salir para comprar algún medicamento que me aliviara, mo quería salir tan tarde con ella pero no tenía con quien dejarla.

—Anna ¿Verdad? —Me preguntó una mujer que salió de la farmacia, intenté ignorarla, pero me siguió hasta adentro así que pensé en agarrar mi celular y fingir que nada estaba pasando.

—Buenas noches ¿En qué puedo ayudarla?

—Buenas noches, necesito algo para el dolor de cabeza —dije mientras miraba por el reflejo del mostrador a esa señora que seguía detrás de mí. Marqué el número de Nicolas, pero me daba ocupado, lo llamé unas tres veces y como si fuera de película, mi bateria murió, no tenía muchas opciones que digamos, lo único seguro es que la situación no sentaba para nada bien.

Tal vez solo estas algo perseguida Anna, cálmate, es lo que repetía constantemente mi cabeza, pero sabía que algo andaba mal, por uno de los reflejos vi que a esa señora se le sumaban tres hombres con armas en la cintura. Opté por dejar a mi hija en el baño y en el ticket de compra avisar que ella estaba alli y dejar el numero de Nicolas y el de Dan, por si seguia sin contestar, luego me decidí a salir del negocio e intentar caminar lo más rápido posible hasta mi casa, no vivía tan lejos y lo más importante era alejarlos de Fernanda ¿Por qué no quedarme allí o pedir que llamaran a la policía? Es fácil, sé muy bien que uno de esos hombres era el jefe de la policía. Caminando a paso rápido era seguida de cerca por esa gente hasta que uno de los hombres comenzó a hablarme.

—Ya te encontramos Anna —Intenté acelerar el ritmo y corrí con todas mis fuerzas, pero ellos me alcanzaron y me tomaron del cabello tirándome al suelo. Solo agradecía haber dejado a Fernanda en ese lugar.

—Tú vienes con nosotros —Quise resistirme y todos mis esfuerzos eran en vano, no había nada que hacer, me hicieron dormir con una sustancia extraña que me inyectaron y desperté en una habitación oscura, en el suelo con las manos y los pies atados.

—Despertaste, bien, comencemos con las preguntas.

—¿Preguntas?

—shh niña, ese es mi trabajo. A veer, primero... la niña que iba contigo ¿Quién era? —No saben de Fernanda, que alivio

—Soy niñera, es de una compañera de donde trabajaba, me echaron y ella me dio trabajo —No era mentira la parte en la que me habían echado al menos.

—Siguiente pregunta ¿Conoces a Nicolas?

—...

—Así que aquí comienza lo difícil, donde hay algo que te importa. Bien, voy a tomar eso como un sí y continuar.

—¿Dónde está Nicolas?

—... —Era por él... já, que irónico

—¿Dónde está Nicolas?

—...

—¿¡Dónde está Nicolas!? ¡Maldita sea!

—No lo sé —contesté en un tono bajo mirando al suelo, realmente no sabía en dónde estaba

—Está es tu última oportunidad

—No tengo idea de donde puede estar Nicolas ¿Por qué lo sabría? Él no revela información personal

—Así será entonces, bien, te lo buscaste —Él hombre me tiró un balde con agua helada encima y comenzó a preguntar repetidas veces el paradero de Nicolas ¿Cómo podría saberlo yo? Ya se lo hubiera dicho si fuese así, por mi mente solo rondaba Fernanda.

Hija mía, espero que tu padre te encuentre fácilmente, al menos sé que tiene los recursos para esconderte lejos de esta gente. Ruego que Dan no la tenga, no porque fuese un mal hombre, simplemente que no podría protegerla como Nicolas. Por suerte o no, sólo me tiró agua helada y al ver que yo no sabía nada se fue dejándome sola y casi con hipotermia.

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