Un día a sus clases de yoga llegó un alumno nuevo, un hombre realmente apuesto, pensó ella. Pocas veces alguien llamaba su atención, pero este sin duda lo había hecho. Lauren no ha estado con ningún hombre en ningún sentido desde que enviudó, por supuesto que ha visto hombres apuestos, pero no le interesaba ningún tipo de relación, ni seria y mucho menos ocasional.
Pero este hombre es realmente impresionante, 26 años aproximadamente, alto, quizá un metro noventa de estatura, cabello negro un poco largo, cejas negras gruesas, ojos verdes, unos labios carnosos y sensuales, nariz totalmente simétrica con su rostro, una mandíbula perfecta. Comenzó a bajar con su mirada y notó que la manzana de Adán del hombre subió y bajó, siguió descendiendo con su escrutadora mirada y unos fuertes brazos sobresalen de la playera sin mangas, un torso marcado se deja notar debajo de esa tela, sigue bajando se encuentra con una discreta pantaloneta que tapa un poco más de lo que le gustaría, pero unas piernas bien trabajadas se abren paso por las mangas, regresó su mirada de nuevo hacia arriba y de nuevo ese movimiento de la manzana de Adán se hizo presente, ella inconscientemente, en un acto reflejo, se mordió su labio inferior y subió un poco más, para encontrarse con una descarada sonrisa y unos ojos que la miran sin parpadear, "¡trágame tierra y escúpeme en Inglaterra!" fue lo que pensó al darse cuenta de que el dueño de ese cuerpo al que había estado mirado descaradamente y sin pudor, se había enterado de todo.
En un intento por salir de tan bochornoso incidente, comenzó su clase sin mayores preámbulos, no entiende qué fue lo que le pasó, ella suele ser tan discreta, obviamente no es la primera vez que ve un hombre guapo, "¡pero sí la primera que se lo come con la mirada!", le recrimina su conciencia, es la primera vez que no muestra pudor al observar a alguien.
Desea que a ese hombre no le agraden sus clases para que nunca más regrese, o que se haya sentido tan incómodo que quiera estar lo más distanciado posible de ella, claro que hasta podría denunciarla por acoso y eso sería algo muy vergonzoso de explicarle a sus hijos, pero no quiere tener a ese hombre cerca, el cual sería una deliciosa tentación todo el tiempo, quizá necesita colágeno, pero mejor lo toma en tarro.
Lauren termina su clase deseando con todas sus fuerzas que aquel hombre se marche rápido y no vuelva nunca, pero nada más lejos de la realidad, el hombre no solo piensa seguir tomando las clases, sino que se queda hasta que todos los demás se han marchado, una vez están solos el hombre se acerca, Lauren teme que el hombre le reclame por su descaro, pero se lleva una gran sorpresa cuando sucede todo lo contrario.
–Me gustó mucho la clase, solo que tengo un inconveniente, a veces me queda un poco difícil este horario, ¿será posible que me dé clases privadas? –el hombre habla mirando sin disimulo los labios de Lauren.
Ella está pasmada, ese hombre quiere clases privadas, ¿acaso no le importó que ella le haya hecho rayos x, resonancia magnética y cuanto examen se le ocurra?, no puede aceptar, o mejor dicho, no debe aceptar, no es sano tener esa deliciosa tentación tan cerca.
–No doy clases privadas, de hecho soy una mujer sumamente ocupada, el único espacio que tengo es este, es una pena que no puedas seguir asistiendo –dice Laurent con fingida lástima, realmente eso es lo que más desea, no volverlo a ver nunca, pero las cosas no serán tan fáciles como ella cree.
–¿Quién dijo que no asistiré?, claro que lo haré y me convertiré en un alumno tan destacado que conseguiré esas clases privadas, eso te lo prometo, a partir de hoy las clases de yoga son mi actividad favorita, te lo prometo, hermosa –dice el hombre al tiempo que se retira, un momento después se detiene y se gira hacia Laurent –por cierto, soy Máximo, ¡es un placer... conocerte!, ¡Laurent! __ Laurent no sabe si está enloqueciendo, alucinando, o qué tiene, pero su nombre en los labios de aquel hombre suena... Sexy, tentador y hasta excitante. Y no está equivocada, Máximo deliberadamente puso su voz más ronca para pronunciarlo y provocarla.
Laurent no puede evitar mirarlo mientras se marcha, esos glúteos perfectos y duros son como un imán para sus ojos, así pasa hasta que él desaparece por la puerta, pero el tema no es solo físico, hay algo en él que le llama la atención, emana un aura de seguridad que lo hace endiabladamente interesante, la ha dejado con un problema un poco embarazoso, su cuerpo ha reaccionado ante esta inusual presencia masculina.
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Al día siguiente, Laurent está muy temprano preparando todo para su clase como todos los días, de repente escucha esa sexy voz pronunciar un escueto "buenos días", ella de verdad anhelaba con todas sus fuerzas que él no asistiera, aún está avergonzada, pero ahí está parado, oliendo a jabón de baño y a un masculino champú y con un café en la mano que no tarda en ofrecerle.
Los nervios la hacen actuar torpemente, por lo cual, casi se va de cara contra el suelo, pero Máximo logró atraparla antes de que esto ocurra, el hombre nota lo que causa en ella, así que decide ponerse a ayudarle a poner las colchonetas para los ejercicios, lo que menos quiere es incomodarla, aunque está feliz de darse cuenta de que no le es indiferente.
Laurent hace su mejor esfuerzo para concentrarse en la clase, aunque al principio se le dificulta un poco, luego con una buena técnica de relajación que hace para todos logra dejar las preocupaciones a un lado y da de manera profesional su clase.
Al terminar, nuevamente Máximo se queda esperando a que todos se marchen, Laurent comienza a recoger las colchonetas y él le ayuda, cuando terminan de ordenar todo, Máximo la invita a desayunar, ella trata de negarse, pero de verdad tiene hambre, además las palabras de sus hijos y de su amiga Pilar diciéndole que se abra de nuevo al amor llega a su cabeza, así que contra todo pronóstico acepta la invitación.
Máximo la lleva a un bonito restaurante, al llegar, el dueño sale y lo saluda efusivamente, Máximo los presenta, el dueño del restaurante es un gran amigo suyo, un chico Boyacense de unos 25 años muy amable, les ofrece el desayuno típico de su región y ellos aceptan. Un rato después y con el estómago lleno, salen del lugar despidiéndose de Julián y prometiendo volver.
Máximo se ofrece a acompañarla a su casa, pero Laurent en realidad debe ir a su empresa, así que le pide que la lleve al salón de yoga; en el lugar le agradece por el desayuno y se despide. Cada uno toma su camino, con una sonrisa dibujada en los labios y los ojos iluminados ante las nuevas sensaciones.
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Updated 49 Episodes
Comments
Eylin Moya Taly
/NosePick//NosePick//NosePick//NosePick//NosePick//NosePick/
2025-02-24
1
Amelia Mirta Fernández
papito PAL loro
2024-10-11
2
Marta Bedetti
ya está se gustan...
2024-08-23
0