Capítulo 10

Máximo le explica a los padres de familia su metodología de trabajo. A pesar de ser un hombre joven, es muy organizado en su profesión. Informa que la razón del primer taller tan largo es porque basándose en eso trabajarán el primer semestre.

Máximo es un profesor con vocación, de los que quedan pocos. Su interés por los jóvenes va más allá de lo pedagógico, a él le interesa forjar buenos adultos para el futuro y se empeñará en conseguirlo.

El profesor da un informe detallado de su cronograma de estudio, pero Lauren se enteró de muy poco, está indignada de que las personas en las que confía, sabían esto y se lo ocultaron. Se siente burlada por ellos.

Ahora será más difícil alejarse, está enamorada de ese hombre, han sido dos meses maravillosos a su lado, realmente no sabe qué hacer.

La asamblea termina, los asistentes abandonan el aula, excepto Lauren y Pilar, aunque la segunda al ver que Máximo se acerca, sale para darles su espacio.

Lauren sale de sus pensamientos cuando él se sienta a su lado y le toma su mano. Ella lo mira sin expresión, lo cual sobresalta al hombre.

— Mi diosa, ¿te pasa algo? — el hombre pregunta con preocupación.

— ¡Eh, no!, me tengo que ir — Lauren se para apresurada para salir del aula.

Máximo camina rápidamente y la toma de la cintura, se acerca y la besa. Una pequeña lágrima rueda por el rostro de Lauren, realmente le duele tener que romper su relación.

— ¿Qué pasa, mi amor?, ¿por qué estás en este estado? — dice Máximo abrazándola con fuerza.

El hombre está totalmente confundido, cuando ella llegó no estaba así. No entiende que pudo haber pasado que le haya afectado tanto.

— No me pasa nada, solo... debo irme, nos vemos en la tarde, en tu apartamento — planea acabar todo, esa misma tarde, no puede dejar crecer más sus sentimientos. Lauren escapa lo más rápido posible de ese lugar.

Afuera está esperándola Pilar, pero Lauren pasa de largo por su lado, así que tiene que trotar para poder alcanzarla.

Cuando llega al auto los chicos están ahí esperando, sube al auto y lo enciende, Pilar llega y de nuevo emprenden su camino para regresar a casa.

Nátali intenta decir algo, pero Santiago la detiene, aún no es momento de hablar y mucho menos el lugar adecuado. Todos están en silencio en todo el trayecto. Lo que menos quiere Lauren es escucharlos o hablar. En cualquier momento romperá en llanto.

Una vez están frente a la casa de Pilar, esta no se baja, le dice a Lauren que quiere que hablen.

— Ahora no, Pili, ahora no, estoy... Alterada, no es el momento — Lauren habla lo más calmada que le es posible. Si hablara con su amiga estando en ese estado podría decir cosas de las que luego se arrepienta, necesita calmarse.

Pilar se baja frustrada en compañía de su hija y Lauren continúa su viaje.

— Mami, ¿podemos hablar?, te juro que no callamos para lastimarte, lo hicimos porque queremos que seas feliz — dice Santiago cuando su madre comienza a subir las escaleras.

— Más tarde hablamos, cariño, necesito un momento a solas — responde Lauren sin girarse.

Estando en su habitación, toma su celular que acaba de sonar con una notificación de un mensaje nuevo.

— 📨 Hermosa, no sé que te pasa, pero te juro que todo estará bien, no estás sola. Te amo. — Máximo no ha dejado de pensarla, está muy preocupado.

En este momento se permite llorar, el nudo que tiene en su garganta por fin es liberado, tiene una mezcla de sentimientos, rabia, decepción, dolor, pero no con sus hijos, ni con Pilar, mucho menos con Nadia.

La rabia es con ella misma, por permitirse sentir de nuevo, estaba sola y estaba bien, pero tenía que complicarse la vida, ¿cómo va a estar con el profesor de sus hijos?, a lo mejor esto le traiga problemas a él en la institución.

Un rato más tarde, ya más tranquila, sale de su habitación, sus hijos están ahí, con la misma ropa de la mañana, evidentemente todo el tiempo la han estado esperando, no tiene más remedio que darles la cara.

Es Santiago el que habla primero.

— Mami, por favor no te niegues esta oportunidad, sabíamos que ibas a reaccionar mal, por eso no te lo contamos, lo descubrimos por casualidad, pero de verdad te pido que no rompas con Máximo — la voz de Santiago es de súplica.

Lauren siente que no es justo que sus hijos se sientan con ese peso encima.

— Mis niños, no estoy molesta con ustedes, lo juro, es solo que no es correcto seguir con esta relación. Además, Nadia y tu hermana babean por él, es un poco incómodo — habla Lauren con calma.

— ¿De qué hablas mami?, el profe es guapo, eso es innegable, pero nada más, a Nadia y a mí todos nos parecen guapos, incluso los personajes de libros solo por su personalidad, aún sin rostro decimos estar locas por ellos, pero nada más — explica Nátali — desde que nos enteramos de que él y tu novio eran el mismo, lo vemos con otros ojos, mami estoy de acuerdo con mi hermano, por favor no te alejes de él, tú eres feliz a su lado y mereces serlo, ¡por favor! — Nátali abraza a su madre, sus ojos están llenos de lágrimas.

Lauren aún no está segura de qué hacer, deberá hablar con Máximo y ahí tomará la decisión.

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Lauren llega al apartamento de Máximo y toca el timbre. Él abre vestido con delantal y pantalón, ya tiene la mesa casi lista para una cena romántica. La comida tardará unos cuantos minutos más en el horno, pero todo está bajo control.

—Preciosa, ¿por qué no me llamaste? Yo iba a ir a recogerte, pero ven, sigue —dice Máximo entusiasmado por tenerla de nuevo tan cerca.

Lauren ingresa al lugar, todo está hermoso, flores, velas, la comida huele delicioso, Máximo guapísimo como siempre, todo es tan perfecto... Tanto que la asusta.

—Max, no podemos continuar con lo nuestro, no es correcto —dice Lauren con resignación. Necesita salir ya mismo de ese lugar. El delantal deja ver piel, músculos que le inspiran unas cuantas perversidades, esto no ayuda mucho a ser firme en su propósito.

Máximo la mira preocupado, no sabe que hizo mal, pero no está dispuesto a dejarla escapar.

—Mi diosa, no me gustan las bromas pesadas, ven, siéntate, me voy a poner presentable para que comamos —Máximo habla sin dejar de mirarla a los ojos, no se quiere perder ni el más mínimo de sus gestos.

Pero Lauren no ríe, no hay señales de que esté bromeando, ella se ve tan seria como nunca antes la había visto, él sigue sin entender bien que es lo que ella quiere, pero está seguro de que no es nada bueno.

Tiene miedo de que si la deja sola un momento, se marche del lugar, así que no va por su camisa, la acerca a una de las sillas, lleva al comedor la comida, se retira el delantal y comienza a servir lo que por horas ha preparado.

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Estoy muy feliz por la acogida que ha tenido esta historia, quiero agradecerles su apoyo, Dios los bendiga inmensamente siempre. 🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗

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